OVERLORD, ALMAS EN LA OBSCURIDAD

GRUPO SIETE EN EL LABERINTO-07

//Los breves días de descanso habían terminado para los estudiantes de la Academia de Aventureros del Reino Hechicero, ahora la mayoría se formaba al exterior de un edificio de tres pisos recientemente construido, el primer piso contaba con una oficina administrativa, un área médica y dos grandes vestidores para hombres y mujeres, ahora ocupados, los estudiantes se equipaban de acuerdo a su ¡Profesión! con ropajes, armas, armaduras y aditamentos cedidos por el Reino Hechicero, conjuntos de segunda o tercera calidad, algo que un Aventurero clase plata tendría, resultaba ser equipos de practica desechables. El segundo piso tenía varios salones de reuniones disponibles para los estudiantes, donde varios equipos discutían sus estrategias y el tercero era una cafetería, ahí esperaban varias Elfas de la , por ahora no tenían nada que hacer pronto deberían curar a los estudiantes que ingresarían al laberinto

En la parte de atrás del edificio habia un enorme patio delimitado por una muralla custodiada por Death Knight, donde había un par de almacenes y en el centro del lugar una construcción asemejando ruinas, ahí estaba la entra al laberinto de estructura engañosa, las paredes en su interior podían moverse generando distintos tipos de caminos, algunos conducían al principio y otros a callejones sin salida, solo había dos opciones para lograr llegara una sala de combate donde se debía derrotar al jefe de piso y así acceder a la escalinata guiando al segundo piso. El grupo 07 comenzó su avance en el laberinto por décima vez, ya habían logrado terminarlo al llegar hasta el cuarto nivel, pero ahora sería distinto; la dificultad se incrementó, al frente estaba el Templario a su izquierda el Shinobi para detectar trampas o enemigos ocultos, a la derecha de la formación el Monje listo para un contrataque, al centro el Hechicero evaluando la situación o contrarrestar un asalto mágico, junto a él, la Bruja, su trabajo seria apoyar a quién lo necesitara y en la retaguardia evitando ser asediados, la Paladina Obscura

Caminaron en guardia, el olor a humedad enrarecía el aire, la obscuridad les impedía ver, incluso con sus sentidos agudizados debían recurrir a la destreza del Hechicero, usaria en sus compañeros Day Vision permitiéndoles ver en la obscuridad como si fuera de día y Guiding Light una esfera de luz, iluminando el área cercana, ambos de nivel 01, por varios minutos hasta llegar a una bifurcación, el Shinobi dio un paso adelante examinando el piso en búsqueda de algún rastro de pronto sus sentidos advirtieron un sonido, una formación de 8 esqueletos armados se dirigía hacia ellos –Sería fácil dejarles pasar, sin embargo sería contraproducente si más adelante encontramos alguien de mayor nivel y esta patrulla aparece– Anthony miro al líder del grupo susurrando –Es mi turno– Sin agregar más el Monje avanzo hacia los esqueletos, reaccionaron al momento levantando sus armas listos para atacar, Anthony no les daría oportunidad con rápidos movimientos de sus puños y patadas certeras había destrozado a la patrulla, los huesos desaparecieron sin dejar rastros cuando estaba por regresar a la formación observo a otra formación enemiga de esqueletos, esta incluía a un Mago, el ser espectral dirigía su viejo báculo hacia él, posiblemente utilizaría un hechizo de nivel 2, Spark o quizá Amber flame, sin contenerse el Monje se puso en guardia rodeándose de una aura de luz y lanzando un puñetazo al aire –¡Aura strike!– Una onda energía salió disparada a más de 5 metros de distancia, la técnica elimino la amenaza al instante reduciendo a la patrulla a un montón de polvo, el conjunto ahora estaba libre de seguir su avance

Scott detuvo otra vez al grupo al levantar su mano –Sucede algo– Curioseo el Templario manteniéndose en guardia –No me agrada este pasillo hay algo raro– El Shinobi uso Kuji Kiri activando su Chakra invocando un Shadow Wolf, una entidad obscura con un pelaje moviéndose como flamas negras, sus ataques transmitían energía negativa, la criatura avanzo por el pasillo siguiendo las órdenes mentales de su invocador; con movimientos lentos y pausados buscaba en sus alrededores, de pronto barras de acero emergieron de los muros y del techo, la entidad usaba toda su destreza para esquivar el asalto, brincando de un lugar a otro, incluso las paredes de donde salían otras barras de acero, su agilidad le permitió cruzar el pasillo de casi 10 metros de largo –Supongo tenías razón, hay algo raro en el pasillo...– Declaro la risueña Bruja, una de las reglas del laberinto indicaba que cualquier golpe de una barra de acero significaba una lanza los había atacado, un golpe directo significaba muerte instantánea y el participante debía abandonar, si la barra era bloqueada o destruida no existía penalización alguna.