Paso #2

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Paso #2: Llamar a emergencias y pedir asistencia médica inmediata.

"Sólo no te rindas, estoy tratando de que funcione. Por favor no te rindas, no te defraudaré. Esto me arruinó, necesito un segundo para respirar. ¿Qué quieres de mí?"

—"Whataya want from me?", de Adam Lambert.

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En toda su vida, Hoseok nunca llegó a sentir ni por un momento resentimiento hacia las personas que lo llegaron a llamar ingenuo o tonto al caracterizarse por ser alguien muy optimista.

Una vez en la escuela secundaria, mientras el profesor que le impartía las clases de literatura en ese entonces estaba haciendo un análisis sobre un personaje de un libro, comenzó a hablar de las esperanzas. Hoseok sólo tenía dieciséis años, así que esa clase de cuestionamiento nunca se le habían presentado en el camino, pero en ese instante, durante la clase de literatura, finalmente se conoció a sí mismo. El profesor comenzó a hablar del optimismo y las esperanzas, así como de la necesidad de los seres humanos de sentirse aferrados a algo, creer en algo para así no dejarse llevar por la corriente del dolor y los malos días.

El profesor puso como ejemplo a Hoseok (su personalidad era muy notable y varios de sus compañeros habían señalado antes ese punto) y le preguntó por qué siempre era tan optimista, de dónde sacaba las esperanzas y la fuerza para seguir creyendo incluso cuando el mundo se voltea en tu contra y nada sale como tú quieres.

Hoseok sonrió, miró por la ventana de su salón de clases y después encaró al profesor con una serena sonrisa. «Nada de lo que tenemos en esta tierra y en esta vida está asegurado ni mucho menos va a durar para siempre, todo lo que conocemos y consideramos nuestro está propenso a desaparecer al gusto de aquel que controla los dados en este universo tan misterioso. Así que yo le pregunto, profesor, si yo llegase a perder las esperanzas, ¿qué me quedaría? ¿Qué sería de mí?», respondió. El profesor no volvió a cuestionar nunca más la forma de pensar de Hoseok, por lo menos no su manera de ver el mundo con una sonrisa sincera.

Las esperanzas lo son todo cuando el pequeño vaso de agua del que solías beber se ha derramado y ha creado un enorme océano en el que estás a punto de ahogarte, las esperanzas regresan cuando encuentras un salvavidas en el preciso instante en el que el agua comenzaba a cubrir tu rostro, las esperanzas son esas ganas de querer esperar lo mejor, aunque el panorama no sea más que una postal de nubes grises. La esperanza fue lo que inundó las venas de Jung Hoseok cuando puso música a todo volumen en la casa de Min Yoongi.

Hoseok llevaba ya un mes cuidando del hombre enfermo y las cosas habían progresado... Por lo menos Hoseok ya no tenía que esperar toda una hora en la entrada de su habitación para que accediera a alimentarse y después ingerir los medicamentos. Los primeros días fueron un completo infierno para el hombre más joven, y no porque estuviera recibiendo malos tratos o palabrotas de Min, sino por lo insoportable que el silencio comenzó a sentirse después de una semana. Hoseok estaba acostumbrado al ruido, así que encontrarse con el lúgubre silencio de la casa de su paciente le hizo considerar un par de veces el arrancarse varios cabellos con sus propias manos.

El silencio comenzaba desde tempranas horas de la mañana, cuando Hoseok se levantaba para preparar un desayuno para Yoongi y para él, el silencio seguía siendo el mismo cuando comía a solas en la barra de la cocina y Yoongi hacía lo mismo en su habitación. El silencio era continuo hasta la noche, en donde Hoseok cerraba la puerta de la habitación del mayor después de haberle dado su último medicamento y se iba a dormir.

Cómo salvar una vida: Paro cardíaco [SOPE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora