Capítulo 7

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— ¡Andrea coge tú al bebé! — escuchó Mikel de una voz lejana que apenas entendía.

Mikel parpadeó.

«Brummm»

— ¡¿Lo has atado?!

— ¡Sí, listo!

Parpadeó nuevamente.

— ¡Cuidado! — dijo la voz femenina — ¡Ve por la derecha!

«Ñiiiiiiiiiiiiiiiiii»

— ¿Por qué nos siguen? ¿Es por esos malditos papeles?

— ¡Son muy importantes! ¡En ellos tengo pruebas de que la vida no es real, de que hay algo más!

— ¡Por andarte con esas tonterías nos has metido en un lío!

— ¡No son tonterías! ¡Tengo pruebas!

Parpadeó por tercera vez.

— Cuatro coches — dijo la voz femenina al mirar a los lados.

«Crash»

Parpadeó de nuevo.

— Tranquilo pequeño, con nosotros todo va a estar bien — dijo una nueva voz femenina.

— AAAAAAAAAA — gritó Zac.

Todos se despertaron.

— ¡Muere asqueroso traidor, muere! — gritó Gorka mientras apuñalaba a Zac en su cama.

— ¡PARAAA! — gritó Julia.

Mikel, sudoriento por el sueño y sin acabar de entender que pasaba, se abalanzó sobre Gorka y lo agarró por la espalda para separarlo del sangriento Zac.

— ¡MADRE TERESA, MADRE TERESA! — gritó Eider.

Acto seguido, la Madre Teresa apareció en el cuarto y vio la escena. Sin dudar un segundo esta le quitó el cuchillo a Gorka de la mano y llamó a otra monja del orfanato. Esta llegó y llamó a una ambulancia y a la policía.

— ¡Suéltame, hijo de puta! ¡Te voy a matar, asqueroso hijo de madre muerta! — empezó a gritar Gorka, que había perdido la razón.

La Madre Teresa también agarró a Gorka para que dejase de moverse, y la otra monja fue a presionar con las sábanas las heridas de Zac para evitar que se desangrase.

Poco después, tanto la ambulancia como la policía, llegaron y llevaron a Gorka a la comisaría, y a Zac al hospital acompañado de Julia.

— ¿Qué es lo que a pasado chicos? ¿Por qué ha ocurrido esto? — les preguntó un policía a Eider y a Mikel.

— No lo sé... estaba dormido y... de repente Zac comenzó a gritar y me desperté. Vi como Gorka apuñalaba una y otra vez a Zac por todo el cuerpo — dijo Mikel aterrado y titubeante.

— Exacto. Todo fue muy repentino — añadió Eider.

— ¿Qué creéis que impulsó a ese chico a hacer tal cosa?

— Ni idea — respondió Eider mientras Mikel negaba con la cabeza.

— Era un chico problemático— dijo de pronto la Madre Teresa — se había saltado varias veces las normas y recientemente había estado aislado y castigado.

— Entiendo, gracias — finalizó el policía saliendo del cuarto.

— Hasta que limpiemos todo este desastre, os vamos a llevar a una habitación del primer piso. Después volveréis a este cuarto. ¿Entendido? — les dijo la Madre Teresa impasible.

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⏰ Última actualización: Jul 24, 2023 ⏰

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