Día 3

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Niñeros

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Niñeros

Cuando Yaga sensei les informó sobre la misión asignada de proteger al recipiente de plasma estelar, no reflexionó demasiado sobre lo que esta podría implicar a gran escala

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Cuando Yaga sensei les informó sobre la misión asignada de proteger al recipiente de plasma estelar, no reflexionó demasiado sobre lo que esta podría implicar a gran escala.

No hicieron preguntas, tanto Satoru como él ya sabían en qué consistía la técnica maldita del señor Tengen —bueno, Satoru la entendía a partir de Digimon, pero al final del día, mientras la comprendiera, da igual el método—, así que para qué insistir; la niña era importante porque era la única compatible y eso era todo. Aunque en el fondo los dos sabían que no era así.

En el momento en el que se les dijo la edad de la niña, acordaron que si esta decidía renunciar en algún momento a la unión, respetarán esa decisión. Al fin y al cabo, solamente tiene catorce años, todavía tiene mucha vida por delante y, en definitiva, no debería desperdiciarla solo por contentar al señor Tengen.

—Los altos cargos nos seguirán, lo sabes, ¿no? —Señaló Suguru, mientras caminaban.

Satoru lo miró y emitió una pequeña risa. —Que, ¿estás asustado? —Preguntó con un tono burlesco. De todas formas, eran los más fuertes.

Pero, definitivamente, lo que no tuvo en cuenta en el momento en que aceptó la misión, es que terminaría haciendo de niñero para esa misma cría en las próximas horas.

«No me pagan lo suficiente por esto —piensa Suguru, observando a Riko y a Satoru jugar en la orilla de la playa—. Bueno, en sí no me pagan».

—¿Está bien que hagamos turismo? —Pregunta Kuroi, la cuidadora de Riko, a su lado, apartados de la orilla, donde Satoru se encontraba tirando el pepino de mar que habían encontrado a Riko.

—Fue idea de Satoru. —Aclara con una sonrisa—. Probablemente, lo hizo pensando en Riko, aunque... —Dice, mirando el reloj de su muñeca—. Ya va siendo hora de irnos.

Caminan unos pasos, acercándose a la orilla para que los otros dos escuchen bien.

—Satoru, ya va siendo hora. —Avisa, haciendo que Satoru y Riko paren en seco, frenando así la "venganza" de la chica por haberle lanzado el pepino de mar. El peliblanco lo mira de inmediato, como siempre hace cuando le dirige la palabra y no le apetece molestar a Suguru necesariamente.

SatoSugu Fluff Week 2023 - JUJUTSU KAISENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora