Capítulo 1

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Julia

El pataleo constante de mis zapatos recorriendo los espaciosos y ahora silenciosos corredizos de la academia transmitía vibraciones que rebotaban en las paredes hasta perderse en el aire.

Mis brazos rodeaban la pila de libros y libretas con la asignatura de Ergonomía plasmada en su portada en tanto mis piernas se extendían en largas zancadas con el objetivo de alcanzar el aula donde se impartirían las primeras lecciones matutinas.

Durante mi recorrido, me detuve por única vez en una de las vitrinas que exponía los títulos, trofeos y diplomas académicos que había adquirido la institución a lo largo de los años. Desde mi admisión a la Universidad, había sido vencedora de varios campeonatos que se efectuaban anualmente.

Ingresé al aula con quince minutos de anticipación, el bullicio en aquel espacio era absolutamente insoportable. Desde los penúltimos lugares, Lydia obró un gesto con la cabeza para sentarme delante suyo.

—¿Qué tal, doña tufillas? - Me saludó

—¿No deberías estar con Axel en la cafetería? - Pregunté en tanto bajaba la caperuza de mi cabeza.

—Tuvo una clase pendiente con Rush. Y como no quería quedarme sola en casa, te hago compañía. - Argumentó

Me limité a asentir y a girar mi torso al frente.

Una corriente electrificante recorrió la dermis que cubría mi cuerpo, mi mente no dejaba de maquinear lo que había sucedido horas antes de atravesar la puerta de la universidad.

En mi cabeza se repitieron los gritos en el estacionamiento mientras llamábamos la atención, las palabras dolorosas que le dije sin pensar, los portazos del coche repercutiendo el exterior.

Despabílate, Julia.

Posé una mejilla en mi puño izquierdo e incliné la cabeza hacia un punto vacío. Dicho movimiento desplazó algunos rizos al frente.

El tipeo constante de un dedo sobre mi hombro volteó nuevamente mi tronco a mis espaldas.

—¿Qué te parece si luego de ir a la cafetería vamos de compras? Digo, como estaremos solas en casa... - Lydia retomó la conversación.

—¿Solas? ¿No estarán en la residencia?

—Nop. Ambos asistirán a un evento, creo que la organizaban en una especie de campamento o no sé dónde, a una hora de camino. Axel me... - hizo una pausa para reparar mi semblante - ¿Rush te lo mencionó?

—No me dijo nada.

—Tal vez se le olvidó.

—Ajá.

—Entonces, ¿Qué dices? ¿Te parece si salimos por ahí? - Insistió.

—Paso, con acompañarlos a la cafetería estoy bien.

Rendida, bufó apoyada en el respaldar de su silla a la vez que, nuevamente, me giraba hacia el frente para recibir a la educadora que impartía la asignatura de las próximas horas.

La estridencia del ruido del timbre que anunció el cese de la primera clase despegó a todo el grupo de sus asientos con el fin de huir del cuarteto asfixiante llamado salón.

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