Capítulo 10

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 Capítulo 10

  Julia

Los preparativos para la ceremonia que se avecinaba en pocos días asumió el protagonismo de la parlería en los corredizos.

Por mi parte, el único asunto relevante en mis propias cavilaciones es la insistencia de Madison con mi reintegro a la competencia, próxima a iniciar los entrenamientos.

Mi intento por integrarme al pasillo se ve denegado por la presencia hostigadora de quién dice ser mi mejor amiga.

—¿Cuándo me acompañarás al centro comercial?

—Otra vez con eso.

—Falta menos de una semana para la festividad y aún no preparamos nada. – Me insiste.

—Si te acompaño, ¿Me dejarás en paz?

Asiente varias veces con la cabeza y se reintegra al corredizo principal.

El transcurso rumbo al aula donde se impartirían las primeras lecciones de la mañana se acortaba a la vez que mis pasos se aligeraban en largas zancadas. A tan sólo pocos metros de alcanzar mi objetivo, el color refulgente de una pancarta captó mi atención.

Leí mentalmente las palabras plasmadas en el pequeño papel.

Inscripciones abiertas para los torneos de Básquetbol, Fútbol Americano, Tenis y Baile. Presentarse en la dirección, piso 2.

Mi boca traza una curva desagradable en mis labios y mis pies retoman su caminata. Penetro la habitación plagada de algazara y ubico mi lugar para tomar asiento.

Hago un repaso mental del contenido a profundizar y percibo la mirada curiosa de una buena cantidad de compañeros de asignatura. Mi lado instintivo me obliga a mantener la cabeza en el escritorio, pero quién goza de más autoridad es la poca racionalidad que conservo y me impulsa a levantar la mirada.

Efectivamente, la atención de una mayoría se hallaba sobre mí, ¿Qué demonios había hecho ahora?

En poco tiempo, el barbullo fue reemplazado por la voz imponente de la instructora.

Luego de dos insufribles y exhaustivas horas de teoría y práctica, la clase llegó a su fin para dar comienzo al tiempo de descanso.

Extrañamente, mis pasos se encaminaron hacia la cafetería, con Lydia pisándome los talones. El lugar estaba inundado de una multitud de estudiantes recorriendo todo el perímetro de un lado a otro. Nos acercamos hacia la barra donde una dependienta nos recibió con cara de pocos amigos.

Ambas pedimos café con un intento de galletas de chocolate que no sabían a nada.

Tomamos asiento en una de las pequeñas mesas metálicas del centro. Desayunamos en silencio, como acostumbrábamos hacer. Sin embargo, en la cafetería varias miradas estaban sobre mí, provocando que tragara con dificultad.

—¿Qué demonios le sucede a todo el mundo ahora?

—¿Mmmh? – Indagó Lydia mientras comía una galleta tras otra.

—Siento que todo el mundo me está mirando.

—¿Y qué hay de malo en eso?

—No me gusta que me miren. – Me defendí

—Eres una Leeson, es imposible que pases desapercibida. – Contestó, encogiéndose de hombros.

—Mi hermano es quién era popular.

—Y mujeriego. – Agregó, haciendo una pausa para beber un sorbo de su café. – Lerren sí que fue un Badboy en sus años de gloria.

—Típico cliché de dos mil catorce.

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⏰ Última actualización: Dec 13, 2023 ⏰

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