Capítulo 3: Vesperia

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Luke y Alan cruzaron las zonas rurales del exterior de la cuidad, a Luke eso le trajo muchos recuerdos, los campos de labranza, las huertas, los pueblerinos, todo era demasiado nostálgico y él lo único que quería era olvidarse de todo eso para empezar su nueva vida. Una vez pasados estos lares llegaron a la falda de una gran muralla que rodeaba toda la cuidad, el joven nunca había visto algo de tal magnitud en su vida, por lo que pasó un rato hasta que se recuperase del shock.

-¿Qué pasa chico?- preguntó Alan, divertido.- Es grande ¿verdad?

-Es... increíble.- Luke seguía mirando la muralla con la boca abierta.

-¡Ja!- exclamó Alan.- Pues espera a ver el palacio real del virrey, la torre central es aún más grande que esta muralla, la has podido contemplar cuando recién salimos del bosque.

-No se si estoy listo para esto.- bromeó Luke.

Los dos, aún en lomos de Onagil, llegaron a una puerta de unos tres metros de alto en donde dos guardias vestidos con cotas de mallas y armados con una espada de acero guardaban la entrada.

-Identifícate, forastero.- le ordenó el guardia de la derecha a Alan.

-Parece mentira que no me reconozcas.- Alan se quitó el sombre de ala ancha de su cabeza.

-¡Sr. Alan!- el guardia hincó la rodilla.- discúlpeme, ahora mismo le abro la puerta de la cuidad.

Los dos guardias empujaron a la vez los dos portones de la entrada y poco a poco se abría el gran portón para poder vislumbrar dentro el gran ambiente que se respiraba ahí, Luke estaba nervioso y se notaba en el temblor de sus manos.

Alan y Luke bajaron de Onagil y le dio las riendas a uno de los guardias para que lo llevarán a los establos, acto seguido, Alan le dio una palmada en la espalda a Luke, este asintió y los dos entraron en la cuidad.

Luke jamás vio algo como eso, la entrada comunicaba con una gran calle que llevaba todo recto hacía el palacio real, a sendos lados de esta calle se hallaban tabernas, tiendas, viviendas y todo tipo hostales, y lo que más llamó la atención de Luke fue la gran cantidad de gente que pasaba y hablaba dentro de aquél lugar.

-Asombroso eh, esta gran calle lleva directamente al palacio real, hay que andar un poco pero en unos minutos llegaremos al palacio, vamos.

El caballero y el joven avanzaron sin pausa pero sin prisa por la abarrotada calle de la capital eldesiana, Luke se maravillaba a cada paso que daba, toda esa muchedumbre todos esos edificios, avanzados unos metros Luke vio un recinto gigante.

-¿Capitán, qué es eso?- le preguntó Luke sediento de saber.

-Ah, eso- Alan miró a aquel recinto.- ese es el coliseo vesperiano, uno de los más grandes de todo Anuryl, solo superado por el de Redoran, ahí es donde se llevan a cabo los torneos.

-¿Torneos?

-Si, hay muchos tipos de torneos, los aspirantes a caballero una vez que reciben todas las enseñanzas se han de batir en duelo en un torneo que se lleva a cabo en el coliseo, los cuatro mejores obtienen el título y los derrotados deberán repetir curso, lo mismo se aplica a los magos y arqueros. Aunque también se celebran torneos de exhibición, por ejemplo, una vez al año se realiza un torneo en donde participan los más experimentados guerreros de toda Eldesiah, puedo presumir de haber ganado tres de cinco ediciones que participé.

-Eso es genial, capitán.- Le dijo Luke con adulación.- Yo también quiero participar en alguno.

-Todo a su debido tiempo, si de verdad deseas convertirte en caballero entonces si o si tendrás que participar en uno, pero paciencia, primero lleguemos al palacio.

Crónicas de Thartos: El Caballero de EldesiahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora