Día 5. Desaparecido

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*¡mmnghh! * *¡ah~ah ahggcuummmming! *

Recostado sobre su cama, Kanaye termina de jugar con el juguete de Yuya.

"Solo tú me entiendes ¿Verdad Yuu~?"

*chuu* Kanaye le da un tonto beso al onahole y este solo le responde con babeante hilo blanco que empieza a caer sobre su pecho, ni siquiera él sabe por qué lo hizo, cansado lo hace a un lado y mira al techo.

"No quiero salir de la cama... "

Después de despedirme de senpai no he dejado de sentir este dolor en el pecho, el rostro de senpai aún punza mi mente, sólo masturbándome con las fotos de senpai en mi celular me mantiene tranquilo.

*Knock Knock Knock *

"... "

"Kanaye cariño... ¿Ya estas despierto?"

Mierda, y ahora que hago yo con todo este cagadero, si finjo estar dormido para no ir a la facultad ella va a entrar... ahggg diablos.

"Si mamá, me estoy cambiando, ahora bajo."

"Okey cariño~."

"... diablos, no quiero ir a la facultad."

Caminando pesadamente Kanaye se dirige a la facultad después de su matutina rutina familiar, esto es así hasta que decide entretenerse intentando no pisar las líneas del suelo y esquivando todo a su paso.

“Diablos, perdí.”- Dice Kanaye que a su vez que continua con su juego, su cabello se mece cuando Kanaye esquiva una grieta en el ultimo momento, adornado siempre con un pasador delicado y encantador, con una sencilla base de plata mate, el pasador presenta un discreto patrón repetitivo de adorables caritas de gato grabadas con precisión.

Cada gatito sonríe con una expresión juguetona, como si estuviera jugando a esconderse en su cabello rosa, decir que es lindo es discutible, y a pesar de su simplicidad, este pasador es un pequeño presente que Yuya le obsequio luego de que Kanaye culpara de dificultar su vista a su cabello cuando se lo dejo crecer, haciendo que se “tropezara” varias veces para así caer accidentalmente sobre Yuya, aunque se lamento de que tal truco barato no funcionaría más, su premio de consolación fue más que suficiente para complacerlo.

Antes de acostumbrarse a su accesorio lo había perdido ya un par de veces, la primera vez que lo perdió se acercó a Yuya con ojos vidrioso lamentándose, Yuya no tuvo más remedio que comprar un paquete con varios pasadores del mismo tipo, y aunque no tiene la misma intensidad que el primero, estos siguen siendo un regalo de Yuya, así que Kanaye los cuida con recelo.

Kanaye sigue su juego hasta que sin previo aviso.

"*Mmpgff*"

"¿Qué mier- senpai?"

Era Yuya, bueno, no exactamente, era un volante con la imagen de Yuya qué se pego a su cara por el viento.

"Mooo~, sabía que senpai no podría estar sin probar mis labios por mucho tiempo."

Riendo dentro de sí, Kanaye cambiaba su postura a una alegre y despreocupada, hasta que...

"Esa perra..."

Una leyenda bajo la imagen hizo que Kanaye mirara con rabia el volante.

"
DESAPARECIDO

Yuya fue visto por última vez cerca del parque XXXXX el día XX/XX/XXXX. Se desconoce su paradero actual y se teme por su seguridad. Cualquier información sobre su ubicación o paradero es crucial para su búsqueda. Si tienes información, por favor, comunícate a este número: 000-XXX-XXXX
"

"Ese es el número de Ryoko..."

Kanaye camina mientras mira el volante y...

"*Mmpghhh*"

"¿Qué mierda, otro volante?, pues cuentos pus..."

Kanaye no se había percatado, pero no hay esquina ni poste que no tenga la foto de Yuya, hay volantes con su rostro en todas partes.

El día de ayer Ryoko con la ayuda de sus amigos salió a colocar estos carteles, por la cantidad y la forma tan absurda en la que se pegaron tanta cantidad de carteles en tan poco espacio no es de extrañar que la mayoría de los amigos de Ryoko, aunque no tienen malas intenciones para Yuya, realmente no tienen nada para él, ni bueno ni malo, por lo que la mayoría de chicos solo estaban ahí por Ryoko, así que a excepción de los amigos de Yuya, son pocos los que fueron a petición de Ryoko y realmente ayudaron, cosa que no es de extrañar, que más occidental que la frase ”¡Si no me afecta no es mi problema!”

Por otra parte, Kanaye…

"Vaya... las calles se volvieron hermosas en poco tiempo, ahora puedo ver la cara Yuya senpai en cualquier lado... fufufu, qué maravilla."

Con una sonrisa de oreja a oreja Kanaye camina y tararea de camino a la facultad, nunca su paso hacía esta había sido tan placentero.

Ya en la entrada Kanaye retoma su normal actitud, camina sin freno hacia su respectivo salón de clases cuando.

"¡Kanaye!"

Demasiado bueno para ser verdad...

"Buen día Ryoko"

"¡¿Alguna noticia de Yuya?!"

"Tranquilízate un poco, y no, aún no se nada."

“Chicos, los encontré”

Un tercero interrumpe su platica, Kanaye la reconoce, es una profesora y en el caso de Kanaye su tutora, lo que no sabe es… ¿por qué lo buscaba?

“Chicos, que bueno que los encuentro, hace unos minutos llegaron unas personas, al parecer está relacionado con lo que paso con Yuya, querían hablar con quienes eran cercanos a él así que vine por ustedes, por favor síganme.”

“E-espere profesora, ¿sobre nuestros padres…?”

“¡Eso no importa Kanaye, es para encontrar a Yuya!”

Nuestra relación más intima son con los gusanos, puesto que, tal vez de diferentes maneras, pero viven dentro de nuestro ser y nosotros de vivimos de ellos, sin mencionar también que estarán con nosotros en nuestra romántica noche sin fin bajo tierra, sin embargo, para pesar de Ryoko, creo que los gusanos han hecho ya un festín en su cerebro.

Lo entiendo Ryoko, pero ir sin que nuestros padres sepan…”

No es que necesariamente tengan que avisar de ello a sus padres, dependiendo del lugar, 18 años es más que suficiente para ser considerando mayor edad, pero ser mayor de edad y ser un adulto son tan diferentes como tener frio y morir de hipotermia.

“Ellos lo entenderán Kanaye, esto es más importante, ¡vamos!”

Sin esperar respuesta de Kanaye, Ryoko lo toma del brazo y lo arrastra consigo.

Normalmente me considero agnóstico, pero la existencia de Ryoko me hace cada día más ateo, pues si existiera realmente un dios y este supiera que Ryoko es a lo que los creyentes dicen fruto de su imagen y semejanza sin duda Dios estaría encolerizado, ¡oh, Dios, si realmente existes, ilumínala o elimínala, pero no hagas que manche a lo que hiciste como humanos a tu imagen y semejanza!

Esta estúpida Ryoko, incluso aunque fueras inocente… ¡Apenas acabamos de ser mayores de edad aún necesitas la sabiduría de tus padres y peor aún, hablaremos sin abogado alguno!, me sorprende la burbuja en la que vives, quiero ver tu cara cuando le digas campantemente que tu fuiste la ultima persona con quien estuvo ¡maldita descerebrada, ahora que me arrestaste con esos tipos todo mi día se ira a la mierda ¡

Sin más opción que seguir a Ryoko, Kanaye es arrastrado a un salón cercano a control escolar, puesto que, aunque por su edad bien podrían ir a la fiscalía, la maestra y tutora de Kanaye ya había arreglado ese punto dado que “solo” harán unas preguntas.

Kanaye no sabia muy bien si seria un interrogatorio o unas simples preguntas, pero siempre debía de estar preparado, para zafarse él podría hablar a sus padres, pero dado que “solo” serán unas preguntas, Kanaye decide que tomar el papel de amigo preocupado es la mejor opción.

Mi kohai me secuestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora