¿Cuando había sido la última vez que se había sentido realmente feliz?
Quizá fueron las horas previas antes que el mundo que se había esforzado por crear se derrumbase.
Su hija, su pequeña niña, se convirtió en la luz de su vida desde que llegó a ese universo, uno que era completamente ajeno al suyo... Pero era feliz.
Sabía que estaba mal, que no le correspondía ser el Spiderman de ese universo, pero aún así, ahí estaba.
El universo colapsó, y antes de poder despedirse, su pequeña luz de esperanza, se desvaneció como arena entre sus dedos.
Miserable, creo que esa es la única palabra con la que se identificaba Miguel O'Hara.
Jamás vio ser "Spiderman" como un regalo o un don, ser Spiderman era la razón por la que su vida se vino abajo.
Pero ella, le dio una razón para ponerse su traje, y investigarla, se podría decir que estaba hasta un poco obsesionado con ella.
En una noche oscura y lluviosa, O'Hara, se desplazaba sigilosamente por los tejados de la ciudad, buscando cualquier señal de actividad criminal. Sus movimientos eran rápidos y ágiles, mostrando su destreza como el héroe arácnido que era.
Todo parecía tranquilo, hasta que Layla habló por el comunicador, y apareciendo frente a el como un pequeño holograma.
— Miguel, hemos detectado actividad sospechosa en la red. Podría tratarse de Novikov.
— Gracias, Layla. Mantén un seguimiento cercano y avísame si encuentras algo relevante.
Movido por la intriga y la determinación de detener a la enigmática cybercriminal conocida como "Vi", O'Hara decide enfrentarla directamente. Con habilidad y agilidad, ingresa a su guarida virtual, un complejo sistema de redes y códigos que desafiarían a cualquier otro.
En medio de su intrusión, O'Hara se encuentra con Vi, ocupaba su máscara de Kitsune, más ella lo recibe con una sonrisa traviesa.
— Oh, ¿así que el famoso Spiderman ha venido a jugar? — preguntó la chica, acompañada de una sonrisa.
— No es un juego, Vi. Tus acciones han causado daño y eso no quedará impune.
— ¿Y qué piensas hacer, arañita? ¿Atraparme con tus redes?
— Si es necesario, sí.
Y antes de que pudiera seguir hablando, la chica manda a sus pequeños robots a aprisionar a O'Hara.
— No eres el único que tiene redes.
Miguel ya ni intentaba escapar del agarré de los robots, sabía que no podría escapar mientras estuviera aprisionado.
Ante esa actitud, Novikov hace un puchero, cruzándose de brazos.
— Eres un héroe aburrido, Spiderman. Tal vez podríamos divertirnos juntos en lugar de pelear.
— No tengo tiempo para tus juegos.
A pesar de la hostilidad entre ambos, O'Hara podía sentir una extraña conexión con Novikov. Ambos compartían un sentimiento de soledad y miseria en un mundo que parecía no comprenderlos.
La chica se dispuso a tomar el pendrive y salirse con la suya como siempre lo hacía, pero Miguel intervino.
—No, Vi! Espera! — Hizo una pequeña pausa— Escucha... Se lo que se siente perder a alguien
La joven frunció su ceño, visiblemente confundida.
— ¿Que es lo que sabes?
— Sé lo que es sentirse perdido y solo, Novikov. Pero podemos sanar esas heridas juntos.
— No hay cura para lo que siento. El mundo me ha quitado lo único que me hacía feliz.
— Y así es como tú padre hubiera querido que vivieras? Robando y causando desastres?
La chica sintió un pinchazo en su corazón, sentía sus ojos picar.
— No sabes nada Spiderman, no conociste a mi padre, así que cierra la boca.
— No lo conocí, pero sé que fue un buen hombre, estuvo una buena parte de su vida en la comisaría tratando de hacer un mundo mejor, poniendo tras las rejas a criminales como tú.
La chica se encogió de hombros, soltando una risa amarga en el proceso.
— Supongo que me debe estar tirando piedras desde el cielo. Pero hacer de este un mundo mejor fue su elección, no la mía.
A pesar de la resistencia de Novikov, O'Hara no se rinde. Ve en ella a alguien que, al igual que él, ha sido herido por la vida y busca su lugar en el mundo.
— Te ayudaré a buscar la redención, Novikov.
La mencionada niega con la cabeza, caminando lentamente hacia O'Hara. Le quita la máscara, y lo toma de la barbilla.
— La redención es para gente que quiere ser redimida, yo quiero de vuelta lo que este mundo me arrebató. ¿Te quedó claro, arañita?
Miguel la observó en silencio, cansado y superado por la situación. La observó irse y desvanecerse entre las sombras, mientras sentía sus rodillas caer en el frío piso de la habitación.
Quizá debería rendirse, y encerrarla de una vez por todas.
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Redención | Miguel O'Hara
FanfictionUn acto atroz había sido cometido, una abominación fue creada. Una mentira que le costó su vida y su familia, y no sabía cómo enmendar el daño. Siempre era el quien salvaba a los demás, pero, ¿Quien lo salvará a el? Ella podría ayudarlo a buscar l...