Pandemia

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Bueno, cuando inicio la pandemia  yo acababa de pasar al tercer semestre de la carrera, me encontraba trabajando en una fábrica por la tarde y parte de la noche, la carga académica y mis horarios escolares eran perfectos, salvo por una materia, aquella materia se salía por completo de mi  horario soñado, veras, todas mis materias quedaban casi perfectas todas estaban continuas hasta las dos de la tarde y no tenía ni una hora libre, y yo entraba a trabajar a las 4, todo hubiera sido perfecto si no fuera por esta materia, la cual por alguna razón solo la podía tomar a hasta las 6 de la tarde, evidentemente no podía cursarla, necesitaba trabajar para poder vivir, comer, pagar recibos, pagar transporte, todo, entonces tome la decisión de dar de baja la materia y llevarla el siguiente semestre, no era mala idea y todo saldría bien, ¿No?, pues resulta que aveces si la vida te mira muy pedante y abusando de tu suerte suele darte un golpe de humildad y recordarte que nada es tan fácil. Pero no comas ansias, todo continuará a su tiempo. Entonces  mi plan era  estudiar y trabajar sin llevar aquella materia y todo estaria bien. Llevábamos apenas algunas semanas de clase cuando todo comenzó, el día anterior a la suspensión de clases recuerdo estar hablando con unos amigos de como contactarnos en caso de que aquella situación se convertirá en un apocalipsis zombie, e incluso armamos todo un plan para la supervivencia, incluía un punto de reunión y como cada uno se encargaría de una provisión para sobrevivir, a mi me correspondia conseguir galones de agua. Entonces nos despedimos y dijimos "nos vemos en 15 días, disfruten el puente" aquello fue la última conversación que tuvimos. Yo en realidad era un torpe social, creo que aun se me complica un poco, pero estar cara a cara con las personas me ayudaba, en persona hablamos de todo, viendo a las personas podía hacer cualquier cosa, solia ponerles mis audífonos sin pedir permiso para que escucharan mi música, estudiamos juntos, jugábamos UNO, de todo, no demostraba mi inseguridad y mi miedo a iniciar una conversación, pero por mensajes no, por alguna razón no podía, me sentía fuera de lugar y no sabía que escribir, solo contestaba con cosas como "si"  o "no" y mandaba stickers, ni siquiera podía mandar emojis por que pensaba que eran incómodos, apenas si tenia algunas cuantas conversaciones en mensajes. Entonces en esos días no les escribí ni una sola vez y ellos nunca escribieron, pero era normal, casi no sucedía así que estaba bien.  Pero luego el mensaje llegó, no habría regreso presencial. No sólo eso, mi trabajo en esta fábrica no era relevante y más pronto que tarde me despidieron, en plena emergencia sanitaria de la cual ni siquiera habían pasado 4 meses desde que había iniciado, intente buscar otro empleo pero me fue imposible. No tenía dinero, no tenía trabajo, no podía salir, no sabía como hablar con mis amigos y estaba encerrado en una casa que a donde quiera que mirara estaba llena de  recuerdos dolorosos, no por los traumas y cosas malas, si no por las cosas buenas, extrañaba a mis padres por que pese a todo eran mis padres, extrañaba jugar con mis hermanas, extrañaba sentarme con ellas a ver la televisión, extrañaba estar con mi madre cuando estábamos en paz cocinando juntos y platicando de sus telenovelas, extrañaba estar con mi padre trabajando en casa mientras me enseñaba cosas de mecánica, de electricidad y de como reparar fugas o mientras le sujetaba la escalera mientras podaba los árboles, extrañaba la compañía y no sabía cómo pedirla y tampoco podía tenerla, entonces con el poco dinero que me quedaba decidí iniciar algún negocio, al menos en lo que me daban trabajo, traté de vender comida, traté de ser repartidor o hacer mandados, intente vender ropa, juguetes, puse un cartel en el que ofrecía mis servicios como estudiante de medicina e incluso busque trabajo de cuidador, de niñero, lo que intentará fallaba, apenas y ganaba lo suficiente para pagar la luz y el intenet para tomar mis clases, casi no podía pagar mi comida, de hecho en todo ese tiempo nunca pude pagar el agua y acumule una deuda. En un punto por los trabajos y todo lo que hacía, el hecho de que estaba desesperado y el estrés que me generaba ese encarcelamiento realmente no podía concentrame, me conectaba a las clases y me hiba a hacer cualquier cosa, y además los profesores no sabían enseñar por esos medios, eran materias de dos o tres horas seguidas donde solo escuchaba una voz leyendo unas diapositivas de power point en las que ocasionalmente pasaban lista o hacían preguntas, preguntas que casi nadie contestaba, solo mandaba trabajos. Tuve dos profesores que simplemente nunca nos dieron clase en línea, solo mandaban una actividad a la semana y era todo. Lo cual hacía que no aprendiera, pero irónicamente mantenía buenas calificaciones. El que no comiera bien y el que estuviera moviéndome tanto en la calle provocó que me enfermara  de covid y en un movimiento de desesperación tuve que pedir ayuda a mi familia, habla con ellos de forma regular, podría decirse que estar lejos nos hizo mucho bien, estábamos realmente en paz, ellos ganaban increíblemente bien, pero yo jamas les había pedido un peso, cuando hable con ellos creo que la culpa o el hecho de que yo era su hijo hizo que entraran en razón o compadecerse de mi, me empezaron a apoyar con 2000 pesos a la semana, pude superar la enfermedad y podía relajarme un poco, seguía intentando trabajar y fallando en el intento pero al menos tenia asegurado el pago de los servicios que necesitaba y un poco de comida. Pero no era el único que no podía encontrar un buen trabajo, y, para las personas que nunca lo tuvieron también ers una mala racha. ¿Recuerdas que te dije que la casa  que había comprado mi padre estaba lejos de la humanidad? Bueno, así era, la casa era bonita, cuando mi padre la compró apenas estaba terminado de construir aquel fraccionamiento, los planes eran que ese lugar sería una muy buena zona de la ciudad, de hecho estaba relativamente  cerca de una sección privada que igual apenas estaba en construcción, todo hiba a ser increíble, los parques de esa zona estaban diseñados bastantes grandes, con baños y muchos juegos, las casas eran bonitas y un poco más caras de lo usual para la época y el diseño, pero de verdad se tenían muchas esperanzas en esa zona, pero nada nunca sale como lo planeas, en esa zona si bien en sus primeros años estaba bastante bien de repente todo cambio, mi padre había comprado la casa literalmente en una esquina en la última línea de casa del fraccionamiento, lo más lejos de donde se estaban comprando las casas iniciales por sus celos enfermizos. Pero eso hizo que las personas compraran esas casas para rentar, entonces varias familias que no eran dueños de la casa llegaban, vivían y se hiban, esta inestabilidad en los ocupantes se volvió una debilidad para quienes sí eran propietarios y empezaron a llegar delincuentes a rentar las casas, y en algunos casos llegaban paracaidistas a ocuparlas. Tuvimos un vecino que compró su casa y cuando decidió cerrarla también cerco la casa de aun lado que estaba sin dueño y se la apropio, literalmente el tipo demolió la pared de esa casa y unió las dos casas, nadie dijo nada por que en primera, nadie compraría nunca esa casa y en segunda, al tipo le decían "chocokrispis" por que se parecía a la mascota del cereal, el tipo manejaba varios negocios ilícitos, nada muy peligroso pero no era muy buena idea meterse con el. Como sea, pronto se infesto de ratas, se robaban cualquier cosa mal puesta, incluso escobas, botes de basura, las lavadoras con cualquier jabón o suavizante que dejaras cerca, ropa que dejas tendida, carros, todo, y si dejabas tu casa sola por más de dos días, olvídate que cualquier cosa que dejaras en ella estuviera cuando regresaras, si tenías suerte el cableado y la estructura de la casa estaría intacta, si no, bueno, era usal que las vaciaran y luego les prendieran fuego. Con la pandemia todo el mundo estaba encerrado en su casa, no había un momento para poder entrar a robar y las personas de la zona ya no dejábamos nada mal puesto para esos momentos, de hecho la mayoría de casas estaban bardeadas, con  herrería en puertas y ventanas, cámaras de seguridad y otras cosas por que la delincuencia había pasado años orillandonos a esto. Entonces algo que no solía pasar comenzó. Una pandemia silenciosa de la que los medios no hablaban para no empeorar la cara del presidente por su manejo tan terrible de la situación, pero de la que al menos las personas en ese fraccionamiento sabíamos y por desgracia no sabíamos como enfrentar. El allanamiento de las casas con las personas adentro. Creo que nunca se había atravesado ese límite, si, destruían tu casa y tus pertenencias, pero jamás a las personas, los homicidios, los crímenes violentos si pasaban, pero no ahí, no en la zona, o al menos no a las personas "buenas" de la zona, pero como dije, todos teníamos problemas. Empezaron a meterse a la casa a robar con las familias adentro. Las presas fáciles eran las madres solteras, los ancianos, casas donde los niños se quedarán solos por que sus padres trabajaban y no había guarderías y personas que vivían solas. Y no sólo eso, todo tipo de violencia se elevo. Ya no eran robos, ahora eran asaltos, violaciones, homicidios, secuestros, esto se extendió por toda la ciudad y las víctimas ya eran de todas las edades, de cualquier género y resultó que lo único que no descrimina a nadie es la maldad. Como sea, yo estaba en mi casa en medio de una de mis crisis de ansiedad por que uno de los amigos con los que ya no hablaba por que no sabía como, un joven apasionado por su carrera, que soñaba con ser médico, con atender a los pacientes, había muerto por el covid. El, que tenía toda una vida por delante, que era feliz y no estaba solo, había muerto por la enfermedad a la que yo sobreviví. Incluso casi después de 8 meses que había iniciado el confinamiento yo nunca pude decirle hola. El se fue junto con su padre por la diabetes. Estaba destruido, me sentía fatal y en mi dolor no escuché cuando alguien abrió la puerta de mi casa, la cual estaba abierta por que eran las 6 de la tarde y solía salir a cerrar todo hasta las 9, yo estaba en la sala tirado en el suelo del piso y de pronto miré hacia arriba y de repente me comenzó a sentir cientos de golpes, uno tras otro, grite tanto como pude, en algún punto perdí el conocimiento y desperté en una ambulancia, los vecinos habían escuchado mis gritos y habían llamado a la policía. Me rompieron el brazo izquierdo en dos partes, la nariz y tenía una fuerte contusión, pero el hospital estaba abarrotado de pacientes de covid y no pudieron tenerme demasiado tiempo. Mi abuela fue por mi para llevarme a casa y cuando llegue el dolor de mi cuerpo se había esfumado ya que el dolor emocional me había invadido, los vecinos aseguraron que los ladrones no se habían llevado ni un mueble en el momento del incidente, tal vez cosas pequeñas de valor. Pero en los días que estuve en el hospital se había llevado mi televisor, mi laptop, mercancía que tenia de mis emprendimientos fallidos, un míni refrigerador que tenia en mi cuarto, mi celular, mi dinero, mi consola y algunos juguetes que estába coleccionando, unas bocinas, herramientas de trabajo de mi padre, cosas de mi madre y hermanas que habían dejado cuando se fueron y que yo nunca pude tocar, la casa era un caos, yo estaba destruido y no conforme con quitarme mis cosas, con haberme molido a golpes también se habían llevado mi seguridad. Me daban miedo estar en mi casa. Casi no dormía, todo lo que quedaba en la casa lo encerré en el cuarto de mis padres y tape las ventanas de las tres recamaras con ladrillos y cemento, dormía en la cocina y la casa quedó prácticamente vacía, mis padres me dieron dinero para proteger la casa, poner herrería en toda la casa y coloque candados donde pude, cámaras, luces con sensor de movimiento, incluso conseguí dos perros y comencé  a desarrollar paranoia, todos estos desórdenes mentales me estaban afectando académicamente. La  materia que no había tomado la pude tomar en línea, pero los horarios de las clases, aunque no fueran presenciales debían respetarse y al tomar esa materia tuve que dejar otra y entonces llego un punto que una materia importante, una materia seriada no la pude tomar por el asunto de llevar las materias atrasadas. Necesitaba tomar esa materia para continuar con la siguiente pero en esos momentos realmente no prestaba atención a mis decisiones, estaba ocupado sufriendo las consecuencias de casi todos los traumas de mi vida, y de repente, cuando llego el tiempo de tomar esa materia seriada la reprobe, para ese punto ya habían pasado creo que tres semestres en línea, pero yo llevaba uno de atraso por la materia que no había tomado en su momento por que debía trabajar, y entonces al reprobar la materia seriada me atrase un año. Eso fue un golpe terrible para mi salud mental y en un acto de desesperación tuve una idea. Dejé mi teléfono y cartera en casa, cerré mi fortaleza y me fui caminando a llevar a cabo mi gran plan. Arrojarme del puente vehícular más grande y alto de la cuidad.¿Sabes de cual hablo verdad?. Camine fácilmente unas tres horas de mi casa hasta ese lugar, era una calle infestada de tráfico y ya eran casi las 11 de la noche, o eso creo ya que no llevaba conmigo absolutamente nada más que mi ropa, empecé a subir por la orilla de la autopista la cual no tenía espacio para caminar ya que no se supone que un peatón subiera ahí, los carros que hiban a casi 80 km/h pasaban a mi lado pitandome, pero aquello no me importo, subí hasta la mitad del puente, el punto más alto y mientras me preparaba para brincar me sometieron dos policías, alguno de los conductores debió llamarlos, tenían las sirenas encendidas pero nunca las escuche, fui esposado y me subieron  a la patrulla, donde me empezaron a hacer preguntas. Recuerdo unas muy claramente. -¿A que te dedicas? Soy estudiante. -¿Que estudias?.  Medicina. -Estudias medicina y estabas apunto de saltar, hijo, paraces un buen muchacho, lo que estudias es muy noble, que pasaría si cuando yo fuera mayor necesitará que tu me atendieran y no lo pudieras hacerlo por que decidiste saltar, cuantas personas que estás destinado a salvar morirían por que tu decidiste no estar ahí. Llegamos a la estación donde siguieron haciendo preguntas, les di el número de teléfono de un amigo con el que aveces hablaba por teléfono, supongo que el contacto a mi familia, me revisaron y me tuvieron que encerrar en una celda en lo que alguien venía por mi. Pasé 3 días y dos noches en prisión hasta que mi abuela fue por mi. Mientras estuve ahí conocí dos chicos los cuales estaban ahí por que habían decidido hacer una fiesta (en pandemia) uno de ellos estaba con su novia y en eso llegó el ex de la chica y se empezaron a medio matar, incluso hubo un disparo según lo que me contaron y ellos estaban ahí ya que habían sido arrestado ese mismo día y debían pasar al menos 4 días ahí en lo que se solucionará su problema, hable mucho con esos tipos, me contaron cosas jodidas que me hicieron reflexionar mucho. Cuando salí les di mi número y después que ellos salieron empezaron a llamarme y nos hicimos amigos. Pero retomando, cuando llego mi abuela y su esposo por mi no los pude ver de inmediato, me subieron a una patrulla otra vez y me llevaron  a un instituto de psiquiatría donde me dieron una platica, me diagnósticaron depresión severa, me dieron medicamentos y empecé a recibir atención psicológica. Estuve ahí casi una hora, después de eso mi abuela firmo una carta responsiva, me subió a su auto y una lluvia de porquería de la que me había logrado salvar durante ya casi dos años desde que mis padres se habían ido me empapó, obviamente mi abuela le dijo a todo el mundo lo que había hecho, todos, absolutamente todos mis familiares lo sabían y en lugar de tener una red de apoyo o un poco de consideración humana y me tacharon de loco. Mis padres se pusieron histéricos pero me siguieron apoyando. Nunca me tome los medicamentos ya que mi abuela me había hecho sentir culpable por necesitar pastillas para ser feliz. Empecé a comer sin control y mis problemas emocionales no dejaban de crecer. Con eso, el final de la pandemia llegó...

Un pobre imbecil Donde viven las historias. Descúbrelo ahora