Alexis:
—Escuche que tuvo inconvenientes tras su llegada. —Me dice la Reina, me he quedado a solas con ella en el gran salón de pinturas. —El consejo se toma en serio las visitas reales, pido una disculpa a la princesa en su nombre.
¿En su nombre?
—No es eso, solo me tomo por sorpresa, su majestad.
—¿Justo ahora como me ve también?
La cara me arde de vergüenza. —Lo lamento, mi intención no era incomodar... lo que ocurre.
Tomo un respiro y continuo.
—Es solo que estoy sorprendida porque recuerdo que la vi sin velo en la fiesta del reino de Alejandría.
—Mantengo un perfil diferente al estar fuera de mis tierras, al estar en ellas.
—¿Su luto no ha terminado?
—El consejo sugiere que no termine aun...
Alzo las cejas.
—¿Su consejo es quien... decide. —Hago una pausa. —Lo siento, cuando me decidí a venir no sabía que rango de poder ocupaba el consejo sobre el reino.
Está mirándome y no puedo descifrar ni que mirada tiene tras oírme y por culpa del velo.
Las puertas vuelven a abrirse.
—Ya que se me aviso de su llegada, pedi que le otorgaran una de las habitaciones... —Me dice sorprendiendo.
—Su majestad no es mi intención quedarme, solo venía a tratar asuntos importantes con usted.
—Esta por anochecer y ha sido un viaje largo. —Responde ella. —No puedo permitir que regrese agotada y sobre los temas a tratar, lo podemos hacer después de la cena.
(***)
El jefe de la guardia de Arcaría se queda fuera de la habitación, y yo ingreso a esta, el dormitorio que me dieron es tan grande como el mío, excepto con el detalle aquí tengo vista al mar y ya que el palacio se encuentra ubicado una montaña arriba de esta, las olas que llegan revientas en la estructura, razón por la que han reforzado las paredes y son más altas, además que las áreas donde logra filtrarse el agua se encuentran cerradas y no es hasta un piso más arriba donde hay funciones.
El aroma salado cruza por mis labios y respiro el aroma que ya siento en mi boca, corre aire por lo que opto por cerrar el balcón y las ventanas.
Golpean mi puerta ni bien lo hago y le pido que ingresen.
Es Chuck junto a unas criadas.
—Espero que este complacida con su habitación, princesa, le dimos la mejor vista.
—Lo estoy.
Sonrie despacio.—Me alegra, la cena estará servida dentro de poco, si gusta puede ir pasando al salón.
—Gracias.
(***)
—Bufet a elección del consejo. —Menciono Chuck. —Esperan que lo disfrute, princesa.
ESTÁS LEYENDO
Huyendo de la Corona (#3 Amores en la Realeza)
Historical FictionTras la sorpresiva renuncia a la realeza del príncipe Gael, Alexandra de Arcaría es la siguiente en la linea de sucesión a la corona. Pero el reino no esta seguro de su futura reina y ella menos. Motivo principal por el que tomara un camino similar...