10

1.4K 216 10
                                    

Alexis:

Despierto en medio de la madrugada por las luces fuera de la cabaña, el ruido dentro de esta me hace sobresaltar y me cubro con las sabanas, sentándome sobre el colchón.

—¿Emmet?

No hay respuesta y con precaución y después del tercer llamado, me pongo de pie y camino hacia la puerta.

—Emmet.

El voltea a verme y mi cuerpo se relaja al notar que todo está bien, frunzo el ceño viendo que se encuentra alistando su maletín de médico.

—¿A dónde vas?

Se agacha a acariciar a Beta.

—Han venido por mí, tengo una urgencia médica. —Me responde. —Beta se quedará contigo ¿Verdad, amigo?

—¿Qué clase de emergencia?

Sus ojos me observan, pero enseguida me responde. —Una mujer está en favor de parto.

Frunzo el ceño.

—¿No hay una partera para eso?

—Al parecer hay una complicación y me necesitan, no puedo fallarles. —Mira la luz que proviene de las lámparas de kerosene. —Hay traído un cochero por mí.

Guardo silencio y pasa de largo.

—Espera.

Se vuelve hacia mí.

—Voy contigo, iré por mi túnica.

—Alexis...

No le hago caso y tomo la túnica cubriendo mi cabeza, antes de salir.

—¿Nos vamos?

El mira a Beta, quien va directo a su cama, Emmet encoge los hombros y me da el pase a mí.




(***)



Los gritos de la mujer se escuchan desde que el carruaje se posa fuera de la vivienda, Emmet es el primero en baja y cuando yo lo hago me ofrece la mano.

El carruaje es algo viejo y le falta un escalón con el que tuve cuidado al subir también, estiro la mano y mis dedos rozan los suyos, me olvido unos segundos de los gritos al mirarnos y regreso a mi realidad cuando él me deja en la entrada y va hacia la vivienda.

La puerta se abre y el hombre agradece que Emmet haya llegado, me presenta como Alexis e ingresamos dentro de la casa.

—Quédate aquí.—Me pide y eso hago, me quedo en la sala mientras los gritos provienen del segundo piso.

El sube escaleras arribas guiado por el hombre mayor y me pongo a caminar de lado a lado, nerviosa por los gritos.

Cuando no aguanto, subo escaleras arriba con cuidado y me acerco a la única puerta abierta que tiene luz, el hombre llora y al asomarme veo la sangre manchando las sabanas.

Emmet se incorpora al mirarme y me sigue.

—¿Qué está pasando? —Logro preguntar en voz baja. —¿Por qué'..

—Él bebe viene de los pies.

Abro mucho los ojos.

—Ya está en labor, no puedo esperar que se voltee solo.

Huyendo de la Corona (#3 Amores en la Realeza)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora