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Alexis:

La fuerza y la iniciativa para hacer lo que hice me dejan sorprendida después de darme cuenta lo que acabo de hacer.

Bese a Emmet...

Y saberlo no me pone un alto, mucho menos que acabe correspondiéndome, no lo esperaba, pero tampoco me quedo en shock, mis brazos se sujetan más de el como los suyos me aprietan la cadera, besándome más profundo.

La cabeza me da vueltas y jadeo ante la deliciosa sensación, sus labios son suaves y encajan muy bien con los míos, me corresponden con hambre que va creciendo hasta marearme, las manos no se me quedan quietan y las bajo por su torso, busco aire y sus labios llegan a mi cuello, para luego subir otra vez a mi boca.

Esta vez su lengua se une a la mía y gimo con ganas de más, le acaricio el cabello y lo atraigo hacia mí, envolviéndonos en un beso más profundo, sus labios se vuelven difíciles de abandonar y sino fuera porque por el rabillo del ojo vi como Beta se comía nuestra cena, no hubiera parado.

Rompo el beso y Emmet se gira.

—Mierda.



(***)



—Ten. —Me alcanza uno de los palitos con pescado y lo recibo, sentándome junto a la fogata.

Emmet recoge la ropa que se encuentra sobre el suelo y me cubre con el camisón.

—Debes tener frio..

—Tu...

—Yo estoy bien. —Asegura y cuando voy detenerlo, no logro tomarle la mano porque se dirige a sentar frente a mí, en la fogata.

Cenamos juntos, lucha con Beta ya que este le quiere quitar el pescado, acto que me hace reír, aunque no hay palabra que nos regrese a ese beso, bajo la mirada un poco decepcionada y le doy un mordico al palito con pescado.

Vuelvo a levantar la mirada y esta vez él le está dando pequeños trozos al perro, la mirada de Emmet encuentra la mía y simplemente sigue con lo suyo.



(***)



Me preparo para irme a la cama cuando veo a Emmet preparar sus cosas y meterlas en su maleta médica.

—¿Vas a salir?

—Si. —Responde sin mirarme y continúa seleccionando sus medicinas. —Debo atender a un paciente.

Me asomo a la ventana, hay otro cochero.

—De acuerdo, iré por la...

—No, tu quédate aquí.

Me detengo y volteo a verla confusa.

—¿Puedes quedarte aquí?

—Ya dijiste que no quieres que vaya... ¿Por qué preguntas ahora?

Se me queda viendo y escucho que hacen sonar una bocina desde afuera.

—Princesa.

—Alexis. —Le corrijo. —Llámame por quien soy ¿Por qué de pronto? —Hago una pausa. —Contigo soy solo Alexis.

Vuelven a hacer sonar la bocina y me volteo irritada.

—Me tengo que ir. —Me anuncia y pasa de largo, sin darme tiempo de detenerlo.

Creo que.... He echado todo a perder.

Huyendo de la Corona (#3 Amores en la Realeza)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora