Capítulo 3

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Junmyeon parpadeó mirándo la hoja de papel sostenida por su médico de cabecera. Su rostro se había vuelto completamente pálido y estaba seguro que su presión arterial estaba ahora mismo por los cielos. El hombre mayor, se reclinó en su silla esperando que Junmyeon procesara la noticia antes de que sufriera un desmayo.

Trimestralmente él debía realizarse exámenes de rutina. En parte, debido al estrés tan grande que acarreaba trabajar con personas y tolerar la personalidad arrogante de algunas estrellas. La empresa garantizaba una semana entera pagada para que sus trabajadores descansaran y sus pruebas médicas salieran lo más real posible. Junmyeon llevaba ya un par de días con malestar corporal y el día anterior, había sufrido un desmayo en casa de su hermano Jongdae. El menor y su cuñado le habían advertido que necesitaba hacerse otro chequeo de rutina en caso de que hubiese desarrollado una úlcera gástrica.

- Eso es imposible – tragó saliva negando varias veces – Es simplemente imposible.

- ¿Has tenido relaciones sexuales consentidas en el último mes? - para su vergüenza asintió Junmyeon – No es imposible.

- Pero yo...

- Junmyeon, siempre hablamos de que había un porciento de que salieras embarazado. No debe sorprenderte que haya sucedido si has comenzado a tener una vida sexual más activa.

Embarazado. La noticia le había caído como un cubo de agua helada con pequeños trocitos puntiagudos. Nunca en su vida pensó o planeó que sería posible y, ahí estaba la consecuencia de sus actos tocando a su puerta. Suspiró y tomó el maldito examen guardándolo en el fondo de su portfolio.

- Es mi deber derivarte con un ginecobstetra – el médico comenzó a escribir en su computador y le extendió una tarjeta que tomó de mala gana – Con él sabrás mejor la dieta y los cuidados que debes llevar. Es posible que debas trabajar desde casa pero no nos adelantaremos. Programa una cita para el mes próximo luego de que lo veas a él.

Junmyeon asintió y agradeció saliendo de la consulta rápidamente. Suspiró tomando el ascensor y marcó el primer piso listo para irse. Recostó su cuerpo en la pared metálica tratando de no llorar. La noticia aunque le congelaba y aterraba le daba algo de felicidad. Inconscientemente se llevó una mano al vientre y sonrió. Las puertas se abrieron y él caminó hasta el auto de su cuñado. Minseok le miraba expectante con el rostro cargado de preocupación por su cuñado y buen amigo pero, cuando el pelinegro entró al asiento copiloto con aquel brillo en los ojos, supo que esto era bueno. Condujo sin preguntar hacia una cafetería a las afueras de Seúl porque sabía se venía una larga conversación.

El lugar tenía un aire hogareño y, al entrar ocuparon una de las mesas al final. Junmyeon dejó que Minseok se encargase de pedir mientras él recostó la cabeza en la mesa.

- ¿Y bien? - preguntó Minseok observándole - ¿Que dijo el médico?

- No es gatitris ni una úlcera – Myeon levantó la cabeza con un puchero – Ni siquiera enteritis.

- ¿Entonces que es? Porque has estado muy raro desde que entraste al carro y no has abierto la boca ni para..

- Estoy embarazado.

Minseok abrió los ojos perplejo. No era que supiera mucho de la vida personal de su cuñado pero eso era una sorpresa gigante.

- Oh Dios Mío, Myeon – carraspeó Minseok y tomó sus manos por encima de la mesa – Esto es una sorpresa buena.

- ¿Cómo voy a criar a un niño, hyung? Tengo 32 años, trabajo 24/7 y no tengo ni un solo minuto para respirar. Súmale que estoy soltero y no tan económicamente estable como quisiera.

La conversación fue pausada al llegar sus bebidas y un dulce de canela para Junmyeon. Minseok le sonrió y continuaron la conversación luego de agradecer al amable camarero.

- ¿Recuerdas cuando supe que estaba embarazado de Haneul? - habló el mayor con una sonrisa – Dae y yo llevabamos solo un año de estar casados y apenas nos acostumbrábamos a la convivencia pero fue uno de los momentos más bonitos que tuvimos. Siempre será dificil Myeon pero si no comienzas a verle lo positivo a todo, ¿de qué te vale vivir?

El aludido suspiró con un asentimiento. Encontró consuelo en las palabras de su hyung pero aún le pesaba sobre los hombros. Esta criatura dependería totalmente de él y el miedo apabullante a no hacerlo bien lo estaba matando antes de tiempo.

- ¿Es de Sehunnie? - cuestionó Minseok y él asintió – Oh mierda.

Minseok y Jondae eran los únicos que sabían su historia con Sehun. El mayor se mordió el labio sin saber que decir ante eso así que continuó comiendo. Conversaron un poco más con Minseok brindándole más consejos ahora que estaba empezando. Era primordial para ambos, el bebé y él, que comenzara a cuidarse desde ya.

El mayor le dejó en su casa temprano puesto que debía recoger a sus pequeñas y él usó el resto del tiempo para ir de compras y rellenar su alacena de comida fresca. Aprovechó de cocinar como hacia siempre para varios días y un poco más, puesto que debía llevarse refrigerios al trabajo. Tomó una ducha cerca de la hora de acostarse y peinó su cabello húmedo hacia atrás. El timbre de su casa sonó y, con preocupación, se acercó a la mirilla.

- ¿Sehun? - abrió la puerta rápidamente y el olor a alcohol le golpeó la nariz - ¿Qué estás haciendo aquí?

- Quería verte... - Sehun se recostó en la puerta observándolo sin decir una palabra - ¿Podemos hablar?

- Estás borracho, Sehun – se apartó dejando al menor entrar - ¿Se puede saber quién te trajo hasta aquí?

Sehun miró alrededor el lugar tratando de grabar el hogar de su hyung. El pequeño apartamento era perfecto para él pero, él firmemente creía que Junmyeon estaría mejor en su casa y en su vida. Había pasado exactamente un mes desde que no se veían ni hablaban. Junmyeon siempre se escondía de él o le ignoraba y aunque entendía su razón estaba cansado de jugar al gato y al ratón.

- ¿Por qué siempre huyes de mí, hyung? - se aclaró la garganta acercándose hasta qedar frente a frente del más bajo – Si supieras cuanto me duele alejarme para darte tu espacio.

- Yo no huyo, Oh.

Ah, si Junmyeon pudiera sentir su corazón correr como loco con solo escuchar su voz o mirar sus ojos café achicarse cuando sonreía. Si Junmyeon supiera cuantas veces lloró solo en Londres por no poder llamarlo y decirle cuanto lo sentía por ocultarle todo. Él tenía la culpa por herirle pero quería remediar eso sabiendo que no era demasiado tarde.

- ¿Alguna vez me perdonarás, Cotton? - susurró disfrutando de la sopresa en los ojos marrones por el apodo familiar – Este pobre corazón ha sido tuyo y lo será por siempre.

- Sehun...

- Dime Cotton, ¿me dejarás abrazarte y sostenerte nuevamente sin huir al día siguiente? ¿Besarte en una habitación llena de gente sin importarte si alguien nos ve?

- Yo...

Sehun tomó sus manos y las puso sobre su pecho justo dónde cada latido era para Junmyeon. Lo miró a los ojos y se perdió en ellos. La vida tenía maneras muy extrañas de hacer las cosas para él y algo le decía que este era el momento dónde podían vivir su pasión y su amor reconstruyendo su relación paso a pasito. Junmyeon asintió y llevó a Sehun a su dormitorio. Lo ayudó a desvertirse y se acostaron uno frente al otro, con Junmyeon entre los brazos de su menor.

Solo esperaba que cuando supiera la noticia al día siguiente mantuviera sus deseos.







Cortito pero encantador. Mañana empieza mi vuelta a la rutina no tan súbitamente como esperaba pero, como dijo Minseok si no le hallas lo positivo a la vida te pierdes en el mar de la desmotivación.

Sweet like Cinnamons (Seho) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora