Capítulo 2

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La brisa se filtraba por el ventanal moviendo las cortinas suavemente mientras el reloj de la pared marcaba las 2 de la tarde. En una habitación, en alguna parte de Bucheon, dos cuerpos enredados entre las sábanas se acurrucaban como si siempre hubieran pertenecido ahí. La ropa había sido olvidada en el suelo y los teléfonos estaban sin cobertura. Una noche interesante acababa de acontecer y, por el nivel de alcohol que ambos llevaban en sangre, ninguno recordaría lo ocurrido la noche anterior. Por la resaca fuerte que tendrían, podía considerar que la fiesta de despedida de soltero de su hermano fue un total éxito.

La tranquilidad se respiraba en el lugar. El de cabello castaño gimió suavemente y se removió en la cama con un dolor de cabeza brutal. Sentía cada pulsación de su corazón en su cabeza. Incluso el sonido del reloj era molesto. Bostezó reacomodandose en la cama cuando sintió un cuerpo al lado suyo. En la bruma alcohólica pensó que era algún acompañante que había decidido traerse a casa pero, sus ojos se abrieron en el momento que la ronca voz llegó a su nebulosa mente.

- Junmyeon hyung – dijo la voz con un gruñido – Deja de moverte maldita sea.

El nombrado pegó un gemido frustrado y rodó para alejarse, sin embargo, el brazo de la voz lo impidió.

- Ni pienses que te vas a escapar otra vez.

- Alejate de mí, Oh Sehun – gimió aclarando su voz aún pastosa – Déjame en paz.

Aquí esta la cosa. Oh Sehun, el actor impresionantemente atractivo que ganó el corazón del público en el K-Drama All that we loved, era el mejor amigo de su hermano menor. Ambos se habían conocido en el jardín de infantes cuando la familia de Kim se mudó a la ciudad de Seúl. Junmyeon, por su puesto de protector y hermano mayor favorito del pequeño Kim Jongin, también había cuidado al pequeño Oh. No recuerda cuando fue que entre ambos la dinámica cambió de tal manera que ver a Sehun sin camiseta jugando basquetball o riéndose le causaba mariposas en el estomágo y le volvía imbécil hasta que, una noche de julio calurosa, Oh Sehun de 15 años le robó su primer beso bajo el árbol de su casa con las estrellas y la luna de testigos.

A partir de ahí, Junmyeon quiere creer, sus sentimientos por su menor rebasaron los niveles permitidos. Perdieron su virginidad juntos en un viaje de la familia Kim (otra vez) a New York dónde compartieron habitación de hotel y un par de cervezas. Eran lo suficientemente felices como para contarles a sus familias que se gustaban y deseaban intentar una relación.

Incorrecto.

Sehun rompió con Junmyeon una semana después de Año Nuevo. Lo habían aceptado en una beca europea de la cual él no sabía para estudiar Artes Escénicas en Londres. Él, aunque estaba dolido lo aceptó sin mas pesares. Quizás fue esa la razón por la cual Kim Junmyeon se recluyó en si mismo que no quería abrirse con nadie. Ni siquiera Jongin sabía lo que había pasado entre ambos. Diez años después de que regresó siendo un hombre y todo un artista, Myeon lo evitó como la misma peste y evitaba cada posible encuentro entre ambos. Pero aquí estaba resoplando tratando de alejarse del caluroso cuerpo que lo sujetaba como si fuera una tabla salvavidas.

Junmyeon giró el rostro listo para decirle unas cuantas cosas vulgares para lograr su liberación pero Sehun aprovechó el momento. Estampó sus labios contra los abultados y se deleitó con la forma tan deliciosa en la que Junmyeon se abrió para él como si lo hubiera esperado siempre. Sus manos se permitieron adorar el blanquecino cuerpo bajo el suyo lleno de marcas rojas de dientes y de apretones. Myeon rodó encima suyo y se sentó encima de sus piernas sin dejar de besarle. No sabía que magia le hacía el menor que lograba enredarlo con pocas caricias y susurros al oído.

- Te extrañé tanto – susurró Sehun al separarse de su adicción – No tienes ni idea de cuando deseaba tenerte entre mis brazos otra vez.

Junmyeon cerró los ojos y le dió un beso esquimal con una media sonrisa triste.

- No mientas, Sehun – suspiró – Déjame ir.

- Junmyeon..

- Mira Sehun, me rompiste el corazón en pedazos y ni siquiera te importó como me sentía al respecto. Simplemente te fuiste a cumplir tus sueños y acepté eso porque era tu futuro. - confesó Junmyeon – Ahora llegas, me embrujas con palabras bonitas otra vez para volverte a ir.

- Eso no..

- ¿Qué es lo que quieres de mí? ¿Sexo? Puedo dártelo. Pero no me digas que me extrañaste cuando realmente no te importé.

Junmyeon se alejó y tomando sus cosas se fue al baño dejando al hombre aturdido en la cama. Encendió la ducha y dejó que el agua caliente despejara su cabeza y de paso se llevara las lágrimas que comenzaron a caer. Junmyeon amaba a Sehun con la vida, nunca negaría o se mentiría respecto a eso porque ya lo había aceptado pero, la punzada en su pecho le decía que había hecho lo correcto. El tiempo supuestamente lo curaba todo excepto los sentimientos. Las heridas que dejaban cicatrices nunca se irían, solo tenías que lidiar con ello y Sehun era como una cicatriz que no importa cuantas veces se cierre siempre volvía a abrirse.

Limpió los restos de alcohol y confetti en su cabello y salió vestido con la ropa del día anterior. Pensó que quizás su menor le había esperado pero al salir la habitación estaba vacía y solo una nota llenaba el vacío dónde él había estado. Junmyeon tomó la nota repasando la desordenada caligrafía de Sehun y chasqueó la lengua mientras leía el contenido. La guardó en su bolsillo y tomó su teléfono apagado de la cómoda. Salió de la habitación y, aunque sabía que probablemente le esperaban en el desayuno, Junmyeon fue hasta el estacionamiento y tomó su auto listo para volver a Seúl y enterrar lo sucedido en el montículo de su aburrida pero impertubable vida cotidiana.















Jongin y su prometido, Do Kyungsoo, contrajeron nupcias una calurosa tarde de agosto en la ceremonia privada más bonita que presenció jamás. La noche llena de estrellas brillantes como los prometidos tintinaron más cuando el Sí quiero fue dicho entre sonrisas. Los presentes aplaudieron con alegría contagiosa y él, como hermano mayor y mejor amigo del novio #1, se secó un par de lagrimitas traviesas de orgullo. Los novios de años afianzaron sus vidas con dos hermosos anillos plateados en los dedos anulares y las más brillantes sonrisas. Junmyeon bailó y bebió sin moverse de su lugar ignorando y declinando todas las invitaciones a bailar en el medio de la pista luego del primer baile de los novios.

Aquella punzada en su pecho volvió cuando la pista se llenó de parejas felices mientras él solo estaba ahí observando desde la cruel distancia. La suave melodía llenó el sitio y él tarareó cada nota y acorde. Sintió una mano en su cintura y luego un cuerpo pegándose al suyo incitándole a moverse al suave compás. El adictivo perfume que tanto conocía lo envolvió y él se dejó llevar por primera vez. Su lado masoquista se sometió al momento y se giró llevando las manos al cuello del hombre joven que escondió el rostro en su cuello.

- Por favor quedate así conmigo – imploró el joven afianzado su agarre a medida que la canción llegaba a su final – Por favor.

- Sehun.. - suspiró Junmyeon acercando al chico en su abrazo – Escucha..

- Solo esta noche.... - suplicó mirándole a los ojos con pena – Solo esta noche..





















Admi feliz :)

Sweet like Cinnamons (Seho) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora