Ikusa

Capítulo I. La ilusión es una prisión sin paredes y a cielo abierto.

No eres lo que piensas.

"La ilusión es una cárcel sin paredes y a cielo abierto".

Hace mucho tiempo que no hablaba, no por este medio, pero aquí estoy conversando en el silencio, sin escuchar, sin recibir palabras de otros, pero no importa, sé que me escuchas, sé que estás allí; podrás decir que soy un invento, una soñadora, una loca, una psicópata, una actriz, que sé yo, pero no, yo soy lo que soy. No te pido que me entiendas, que me comprendas, que me quieras, que me odies, no, eso no tiene sentido, lo que sí te digo es que no somos lo que nos han dicho que somos, por años nos han dicho que somos superiores, que los demás seres vivos son inferiores y que podemos manipular y manejar a la naturaleza a nuestro antojo, eso es lo que nos han dicho, es lo que nos han hecho pensar; te confieso algo, no somos lo que pensamos, somos lo que hemos construido, mejor dicho, lo que nos han hecho construir, somos utilería de un gran escenario con más de cinco mil años, créeme si sigues allí y te suenan mis palabras, gracias, gracias por escucharme.

He permanecido mucho tiempo sola, escapando de los códigos, de las palabras, de los pensamientos, la verdad es que los pensamientos te aprisionan y te esclavizan. Cuando desperté lo hice, no con mis sentidos, sino con ese algo del que nadie te habla, pero que todos tenemos, nos miente, tanto que ninguna persona cree que existe un sexto sentido, pero un sexto sentido real, no el que han idealizado, es como la película Matrix, cuando a Neo le muestran las dos píldoras, sabes, la roja y la azul, le dan a elegir, solo que a mí ninguna persona, ningún ser me mostró una pastilla, yo desperté espontáneamente como lo pudiera hacer cualquiera, si supiera como hacerlo.

Sabes, cuando era niña mi madre peleaba con mundo para que no me señalaran, y es que todos, todos señalan lo que para ellos no es normal; Mi madre no estaba despierta, no, pero permitió y garantizó que desarrollara mi don, me decía que llegado el momento cambiaría al mundo, aunque ya sabemos que eso no pasó, no he cambiado nada, sin embargo, una sola decisión puede cambiarlo todo, cuando se está justo en el preciso momento, cuando todo se alinea en una sincronía perfecta, bueno allí, allí ocurre el cambio. Y después no hay vuelta atrás, porque en realidad no existen las vueltas atrás, el pasado es solo un concepto, al igual que el futuro, lo único real, lo único que siempre es eterno es el presente, ese es nuestro norte, es nuestra única realidad: el presente.

Ver al mundo como yo lo veo a veces da miedo, y otras veces es como una danza de armonía perfecta. Navegar entre los códigos no es fácil, los códigos, los conceptos, las ideas, los pensamientos y las fallas, las fallas son las peores, algunos despiertan por ellas y quedan atrapados como en un bucle atemporal, rara vez salen de allí y cuando lo hacen, salen enfermos aferrados a la falla que los mantuvo cautivos.

Disculpa si te hablo de este modo, es la única forma que tengo para desviarlos, ellos están por todas partes. Si te mantienes con interés y sin prejuicios, entonces puedo evitar que me atrapen, es sencillo y complicado a la vez, pero así es. Por tu atención no pueden atraparme; por el contrario, si te digo todo, absolutamente todo lo que sé, júralo que ya estaría a cien metros bajo tierra. Te preguntarás quién soy, pues dime Ikusa, es una denominación antigua con la energía necesaria para poder transitar por este medio. Sé que tratas de interpretarme, confía en tú intuición, pocos lo hacen, no nos enseñaron a confiar en nosotros, sino a depender del pensamiento, a depender de ellos, a depender de lo que ellos han construido, la verdad es que nos implantaron una semilla a la que ellos riegan con creencias alejándonos de la verdad. Si piensas que este mundo debería ser diferente no estas mal, esa es tu intuición manifestándose, así que hazle caso y comienza a ver los detalles que están en el gran escenario al que llamamos vida.

Sabes, a veces dormimos y a veces estamos despiertos; La primera vez que tuve consciencia lo hice cuando tenía aproximadamente cinco años, le pregunté a mi madre algo que ella no esperaba, le dije:

- ¿Yo existo? -

Su cara fue un poema, qué hace una niña de cinco años preguntándole a su madre si ella existe en verdad, si es real. Mi madre no era una mujer muy estudiada, pero sí tenía mucha didáctica para explicar las cosas, así que me tomó de los brazos y me dijo:

- ¿Sientes esto? ¿Puedes sentirme? Tòcame, ¿Me sientes? Respira, ¿Sientes el aire en tu nariz? Entonces estás viva, eres real y sí existes. -

Wow, mi cabeza va a explotar en este momento, pero cuando yo tenía 5 años eso no era suficiente, así que seguí preguntando:

- ¿Y quién te creó? -

Entonces ella respondió que su madre, que su padre la crearon, y que a estos los crearon sus abuelos, y así era una larga lista, pero mi mente era muy inquieta y yo necesitaba más respuestas, seguí preguntando:

- ¿Y quién los creo a todos? -

Mi mamá respondió de inmediato, claro y a viva voz:

- Dios creó a todos. -

Aún no era suficiente para mí, así que pregunté:

- ¿Y quién creó a Dios? -

Mi madre se quedó un poco pensativa, aletargada, confundida y dijo:

- No lo sé. -

Por primera vez en los cinco años que yo tenía de vida, esa persona a la que yo siempre le preguntaba y me tenía todas las respuestas, por primera vez me decía que no sabía algo. Creo que esa fue mi primera pregunta autentica. Extraño a mi madre, a sus dulces, a sus besos, a sus cálidas manos, a la manera tan sabia de responder mis preguntas, y si no las sabía les buscaba la vuelta.

Es impresionante cómo se acumulan tantos momentos en un aparato biológico tan pequeño con relación al universo, nuestro cerebro, ese centro de control de lo que somos, cuántos pensamientos, cuántas verdades nos oculta y cuántas ilusiones nos ha creado. Debo ausentarme, estar contigo durante estos minutos me han expuesto, los siento cerca, y a pesar que no te veo, te siento.

Nos conectamos en otro momento.