Capítulo 5. En la oscuridad eres luz

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En la oscuridad eres luz.

"En la oscuridad eres luz, en la luz eres consciencia

y la consciencia eres".

   Qué bueno saber que estás allí, escuchándome, me alegra tu presencia. A veces me siento fluctuando en el todo sin recibir un feedback, aunque no me respondes, mis ondas son capaces de tocar las tuyas, te siento.

   Por ahora estoy en un momento seguro, no pueden verme ni encontrarme.

   El día de la fase 1, cuando todos los vieron, escapé hacia la verdad, créeme este camino es oscuro, da miedo y asfixia, pero a medida que caminas te adaptas, logras ver, respirar y controlar el miedo. Se nos ha dicho que somos animales, que estamos vivos por instinto y que debemos huir cuando nos acecha el miedo. Nos ocultan la verdad; nos dicen que somos débiles, una presa más del gran ciclo de la vida; si así fuera ¿Por qué la raza humana ha dominado al mundo? ¿Por qué existe este sistema social que se aleja del ciclo de la vida? ¿Por qué los humanos se sienten con el derecho de utilizar los recursos del planeta a su antojo, vulnerando a la propia vida? Es incongruente, o al menos eso parece. Todo lo que ha vivido la humanidad hasta ahora ha sido muy bien pensado; somos fichas de un gran tablero. No somos lo que nos dicen, no estamos solos, y somos manipulados.

   Aquel 6 de junio escapé con otras personas por túneles oscuros, escapé dominada por el instinto, me sentía como los primeros habitantes del planeta, vulnerables y con miedo, pero allá, en esos túneles aprendí que aún en la oscuridad puedes ver; logré sentir mi fuerza, me liberé de las ataduras del pensamiento, de nada me sirvieron los bienes que acumulé, los conocimientos que tenía eran veladuras... lo que tenía realmente valor ya no estaba, solo tenía mi existencia. Mi razón de ser es conocer la verdad, por eso soy codiciada.

   Esos túneles nos llevaron a cuevas, sí, cuevas, cuevas que llevan siglos allá, han sido testigo de otras invasiones, en ellas se aprecia el testimonio de los primeros habitantes, códigos de un pasado desconocido, imágenes que hablan de advertencias, de verdades, de otros avistamientos. Me enteré que no es la primera vez que se hacen presentes.

   - Cada cierto tiempo lo hacen, montan un gran caos y los que sobreviven son dominados, manipulados y esclavizados, finalmente las nuevas generaciones olvidan su origen y obedecen fielmente a los opresores.

   Ellos viven entre nosotros, se ven como nosotros, mas no son de los nuestros. -

   Eso me lo contó Juan, el señor que me ayudó a escapar. Todo empezó a tener sentido, mientras él narraba lo que ha sucedido durante años, pude comprender lo ciegos que hemos sido al no ver la verdad, una verdad que siempre ha estado frente a nuestros ojos.

   Los que me acompañaron siguieron la ruta adentrándose a lo desconocido, por esos parajes de las cavernas, como nómadas siguieron sus instintos. Yo puse una pausa, me quedé entre los petroglifos. Juan antes de irse por el camino de vuelta me dijo verdades que llegado el momento te desvelaré, también me dio un consejo:

   - Confía en tú intuición más que en tus sentidos. -

   Le agradecí por salvarme, y me dijo:

   - Yo no te salvé, fuiste tú quien lo hizo. Decidiste salvarte. -

   Pensándolo bien, es verdad, nuestras decisiones generan consecuencias, somos responsables de lo que nos pasa; A mí me persiguen por buscar la verdad, me salvé porque decidí vivir. Por otra parte, tú estás escuchando lo que digo porque decidiste hacerlo, cada vez que te enteras de lo que estoy expresando es porque lo has elegido, no depende de mí a pesar de mi esfuerzo por dar a conocer lo que sé y he vivido, estás conmigo porque así lo has querido.

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