🥀 Apollo Pevensie y Astrid De Verall, después de muchos años de entrenamiento, se embarcan junto a Caspian en el viajero del alba, para así finalmente poder cumplir su profecía y cumplir el propósito por el cual ambos tuvieron que quedarse en Narni...
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Apollo y Astrid Pevensie observaban toda la isla con demasiada cautela, ambos necesitaban encontrar las pistas necesarias para lograr resolver el misterio del objeto sagrado de su abuela.
Conforme ambos avanzaban, se preguntaban que demonios habia sucedido alli. habian demasiadas casas, pero en ninguna de ellas habianpersonas.
Momentos mas tarde, mientras todos inspeccionaban el lugar, encontraron un templo, por lo que todos decidieron entrar, excepto el niño lloron, como le decia Apollo.
—Yo opino que deberia quedarse aqui.—Setencio frio aquel pelirrojo, mientras se daba la vuelta para entrar al lugar.
—Ten.—Astrid le dio una pequeña navaja, para despues seguir los pasos de su hermano.
Caspian tambien le entrego algo con que defenderse a Eustace, para luego entrar todos al templo.
Apollo y Astrid se separaron de los demas para buscar informacion sobre los suyos y para su buena suerte, mientras investigaban por el lugar, encontraron un pequeño diario tirado en el suelo, este era color bordo y tenia unas iniciales escritas, "L,D,V". Leila De Verall, fue lo que ambos pensaron, al voltear aquel cuaderno, pudieron notar que también traía un pequeño dibujo al final de este, era una pequeña estrella y pequeño león dorado.
Con una sonrisa siguieron investigando, hasta encontrar un boligrafo con las mismas iniciales y los mismos dibujos. este fue tomado por Apollo, que al tocarlo, comenzo a oir voces de diferentes personas y tambien sintio una muy fuerte conexion, conexion que ambos sintieron.
Pero... antes de que pudieran hacer algo mas, comenzaron a escucharse unas campanas, por lo que, rapidamente ocultaron todo debajo de sus ropas y fueron corriendo hacia Caspian, Edmund y Lucy.
Todos miraron hacia arriba asustados, cuando comenzaron a caer sogas y demasiados ladrones bajaban de ellas.
Apollo Pevensie y Astrid De Verall luchaban codo a codo en la pequeña pelea contra los ladrones. Pero en un movimiento desprevenido, dos de ellos tomaron a Astrid de los brazos sin poder defenderse. Ella forcejeo pero fue imposible, uno de ellos le había puesto una navaja en el cuello.
—Baja esa espada brujito.—Apollo se detuvo al ver a su hermana menor en ese estado.—Si no quieres que tú hermana muera, diles a todos que se detengan.
Apollo de mala gana arrojó su espada al suelo, dándose vuelta para gritarles a sus tíos y al telmarino.
