En Mil Vidas

V: Derrota.

Era tan injusto, pensó Nightmare mientras no podía hacer nada más que dejarse llevar por Cross y sus caricias a las que claramente y aunque lo intentara no pudo resistir.

Era tan humillante, fue lo que pensó cuando, con el correr de los minutos, ambos finalmente comenzaron a apartar la ropa que tanto estorbaba al hacer el amor y que Nightmare, sin embargo, trató de conservar como tratando de aferrarse a la última gota de su orgullo en el proceso.

Lo odiaba tanto, fue lo que pensó Nightmare cuando después de horas de acariciarse y llenar la habitación de jadeos y gemidos, ambos habían terminado en la misma situación que había comenzado todo este lío en primer lugar.

Nightmare estaba en el borde de la cama, su rostro estaba escondido entre las sábanas y sus manos se aferraban a ellas tratando de resistir de alguna manera las oleadas de placer que sentía con cada embestida que Cross le daba a su cuerpo, su rostro estaba sonrojado y el sudor le caía por la frente, sin mencionar que su túnica y las joyas que llevaba puestas tintineaban con cada movimiento, sonidos que a su vez se mezclaban con las voces de los dioses discutiendo en algún otro lugar de el Olimpo, lejos de ellos y sin tener idea de el momento apasionado que ambos amantes estaban compartiendo.

Cross estaba sobre el, disfrutando de los gemidos y jadeos de Nightmare, escuchando cómo el aliento del dios se hacía más pesado en el proceso, haciendo que el momento se sintiera más intenso para él de lo que ya era. Conforme pasaban las horas, Cross comenzaba a perder la cabeza por todo el placer que experimentaba, el dios debajo de él tenía que ser el ser más hermoso del universo y la idea de que Nightmare pensara que era débil o incapaz por dejarse tomar por Cross, era lo más absurdo que podía pensar, solo quería que Nightmare supiera que era amado y nada más, no quería que ese pensamiento de ser débil o femenino estuviera en la mente de Nightmare, quería su amor, nada más.

-Nightmare, esto es el paraíso...-Dijo mientras miraba el rostro del dios cubierto por las sábanas con amor, su cuerpo aún temblaba por la intensidad del momento y su voz era esposa y jadeante.

Los gemidos y sollozos de Nightmare se ahogaban contra las sábanas de la cama contra las cuales su pecho rozaba debido a los movimientos de Cross, las joyas de su cuerpo tintineaban con cada embestida y sus manos se aferraban tanto a las sábanas como a su propia túnica, en algún momento de la noche ambos habían pasado de estar en la biblioteca a mudarse a otra de las habitaciones del templo, cayendo casi instintivamente en la cama donde se encontraban ahora, a pesar de que el placer gobernaba al dios en ese momento, Nightmare no podía evitar pensar en lo humillante que era tener a Cross sobre él en ese momento, haciéndole el amor tal como lo habían hecho en el pasado, pero el éxtasis que sentía no era suficiente para compensar a Nightmare por su orgullo y Cross estaba al tanto de ello, pues podía sentir el cuerpo de su amante tenso y rígido, nada parecido a como hacían el amor usualmente y el semidiós sabiendo de que podría tratarse decidió consolar a su amante.

-Nightmare, solo disfruta el momento-Dijo con voz cansada mientras pasaba su brazo por el pecho de el dios, apartando su túnica al lado y manteniéndolo en su lugar bajo él, pero también tratando de mantener un tono suave.

Nightmare solo pudo responder a las peticiones del semidiós con un pequeño sollozo acompañado de un gruñido de frustración, odiaba estar debajo de Cross, incapaz de hacer nada más que ocultar su rostro entre las sábanas mientras su cuerpo recibía cada una de las estocadas del semidiós detrás de él, Nightmare cerró los ojos con fuerza, tratando de controlar sus gemidos y jadeos pero era imposible y las palabras de Cross no podían evitar irritarlo, por lo que Nightmare con la poca fuerza que le quedaba, trató de responder entre sus jadeos y gemidos ahogados.-Es fácil decir tales palabras c-cuando tú disfrute no afecta tu orgullo...-