Capitulo 2- El chico gato

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Desvié mi mirada de las flores y pues me fije en la puerta y me acerqué a esta. Llame pero nadie respondió, en vez de eso la puerta hizo un crujido y se abrió. La empujé un poco más ya que esta se había abierto unos centímetros solamente y pues se veía que todo estaba oscuro pero tenia que entrar o si no...quien sabe lo que me podría pasar. Entré, cuando apenas di dos pasos dentro, la puerta se cerro detrás de mi y se hizo la luz, si las luces se encendieron pero cuando mire a mi alrededor no ví señal de movimiento alguno, frente a mi había una escatalina y al lado izquierdo de esta había una puerta, me acerque a esta y estaba abierta. Entre, era una habitación gigantesca, mire a mi alrededor y vi que había anaqueles con libros. Y yo que soy una comelibros era una tentación muy grande el tomar un libro y quedarme allí leyendo pero, no lo hice. Con un poco de fuerza de voluntad salí de allí para continuar curioseando. No quería subir las escaleras hasta que no viera todo lo del primer piso. Minutos después me encontraba en una cocina y me acerque a una mesa rectangular estilo barra en medio de esta. Cuando de pronto siento algo golpeándome en las piernas pegué un gritito pero cuando miré era un gato negro, con ojos color verde-amarillo. El gato me pareció amistoso, así que me acerque y lo acaricie y se dejó. Cuando me di media vuelta para irme a continuar mi expedición el gato me estaba aguantando con una de sus zarpas para que no me fuera, así que lo tome en brazos y me lo lleve conmigo. Este ronroneaba cada vez que lo acariciaba.

Decidi empezar a curiosear en el segundo piso, subí la gran escatalina y me recoste en la pared un momento para tomar un respiro. Bruscamente, el gato salto de mis brazos al suelo y empezó a cambiar y de un momento a otro ya no era el gato negro de ojos de color verde-amarillo sino que era un chico de cabello negro azabache y los ojos eran del mismo color que los que tenia el gato, vestido de negro completo. El empezo a acercarse a mi con una sonrisa picara en sus labios, trataba de que mis músculos respondieran y pues pudiera moverme pero no, no podia moverme ni un poco por el asombro que me habia llevado, estaba en shock. El continuo acercandose a mi hasta que me tuvo acorralada contra la pared. Yo no podía dejar de mirarlo ya que era muy apuesto y además aun estaba anonadada con lo del gato, o sea durante todo este tiempo he estado teniendo en mis brazos a un chico transformado en gato y yo no lo sabia, uy pero que tonta, pero claro como lo iba a saber...
De pronto, se escuchó el crujir de una puerta, miré por el rabillo del ojo y era la puerta de la habitación que se encontraba a mi derecha...

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