The Witch

Capitulo 6- El Dueño de la casa

Después de desayunar, Jonathan me dio un recorrido por toda la casa.

Y así siguieron pasando los días...

Era un viernes por la tarde cuando Jonathan y yo nos encontrábamos discutiendo acerca del libro favorito de ambos...todo estaba en calma en la casa. Damian, como de costumbre se paseaba por la casa en su forma gatuna mientras que Jonathan y yo nos la pasábamos en la biblioteca de la casa. De momento Damian abrió la puerta de la biblioteca...
-¡Ya llego!-dijo Damian
-¿Quien?-le pregunté, pero este me ignoro y se acerco a Jonathan y le dijo algo en voz tan baja que no pude escuchar.
Jonathan se levantó abruptamente y salio, y luego Damian salió no sin antes dedicarme una sonrisa malévola.

Espere un momento para asegurarme de que Damian estuviera lo suficientemente lejos y salí. Y los seguí pero a distancia, estos se detuvieron en el vestíbulo y tuve que esconderme detrás de la escatalina. La persona que había llegado era un hombre mayor quizás de unos 50 a 60 años. Tenia el cabello color cobrizo, piel cremosa, sus rasgo me eran parecido a los de alguien muy detestable; Damian, pero tenia gestos y personalidad de Jonathan, no se algo me decía que tenía algo que ver los hermanos.
- ¡Padre! ¡Volviste!-escuché decir a Damian.
-¡Pues claro que volví Damian!, mi pronto regreso fue debido a un mensaje que recibí de parte de Jonathan explicandome sobre la llegada de una chica a la casa. ¿Y donde está ella?-termino de decir mirando a su alrededor.
Antes de que a Damian se le ocurriese decir algo salí de mi escondite.
-Aqui estoy señor.-dije haciéndome notar mientras me acercaba con paso firme. El me observo detenidamente y me dedicó una sonrisa amable.
- Claro, vayamos a mi despacho-me dijo mientras se hecha a a andar con los hermanos pisándoles los talones. Cuando llegamos, Jonathan se me acerco.
-El es nuestro padre aunque creo que ya lo habrás notado por el parecido con Damian.-me dijo en voz baja, yo asentí y le sonreí.
El padre de los hermanos se sentó en una silla acolchonada que se encontraba detras del escritorio.
-Damian, Jonathan ¿me podrían dejar a solas con la señorita, por favor?-le dijo a los hermanos dedicándole una sonrisa, estos en cambio asintieron y salieron fuera.
-Sientese, que tenemos mucho de que hablar.-dijo señalándome el asiento ubicado frente el escritorio. Yo solo asentí y obedecí. El me observó con detenimiento y comenzo a hablar.
-Bien, primero que todo quiero disculparme por el comportamiento inadecuado de mis hijos.- dijo en tono de disculpa.
-No, como cree, me han tratado muy bien.-dije forzando una sonrisa.
El carcajeo y levantó las cejas, -no te preocupes no tienes porque mentir, conozco a mis hijos, ¿y cual de los dos te ha causado problemas?-me preguntó, curioso. -Damian-dije bajando la mirada.
-¡Wow!, por lo general es Jonathan el que causa problemas, pero siempre hay una primera vez. ¿Pero no fue a eso a lo que vine?-me dijo mirándome. -El asunto que vengo a tratar contigo es sobre tu padre.- me dijo seriamente.
-¡Sobre mi padre! Pero no entiendo mi padre esta muerto. Que tendría que decirme usted de él.-le dije alterandome levemente.
El me miró y suspiro.
-Por lo que veo, va a ser algo difícil tratar contigo el tema, pero tengo que dejarte las cosas claras no puedes seguir pensando eso.-me dijo.
-No entiendo, ¿porque no quiere que yo piense que mi padre esta muerto?-le pregunté confusa.
-Porque no lo está. -me dijo así sin mas.
-¿¡COMO!?, no eso no puede ser cierto, mi madre siempre me decía que el estaba muerto.- le dije.
-Tu madre solo te dijo lo que tu padre le mandó a decirte.-Me dijo.
-Pero...no entiendo...¿porque mi padre se haría pasar por muerto? ¿Y mi madre esta muerta en realidad?-le pregunté asombrada.
-Quizas porñque lo buscaban para matarlo por lo que era... Un brujo. Y si, tu madre esta muerta ella no tuvo la suerte de tu padre.
-¿Pero y donde podría estar mi padre y porque no ha vuelto?-le pregunté.
-Tu padre esta en el bosque encantado, queda en la ciudad del espejismo.-me dijo.
Y yo que ni sabia donde quedaba ese lugar ni creía que existiera una ciudad del espejismo, le dije -¿Y como puedo llegar allí? -El solo me miro y sonrió.