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Draco le había dado libre el viernes, así que, pudo relajarse y pasar el día sábado con Hermione y Ron en su casa, pidiendo comida y cosas para beber.

El día domingo había amanecido con un fuerte dolor de cabeza y había estado acostado todo el día.

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El día lunes llegó a su trabajo y se encontró con un traje sobre su escritorio. Draco ya había llegado y eso impresionaba a Harry, porque siempre llegaba atrasado o después del azabache.

—Harry. —Draco salió de su oficina y se acercó a él. Con una mano levantó su cara para ver su cuello.— Ya no son tan visibles. —Harry rogaba porque no se le ocurriera hacerle otra marca.— Tendré que remarcarlas cuando volvamos de la gala.

Harry se mordió el labio.

—¿Ese traje es mío, señor Malfoy? —preguntó para cambiar el tema.

Draco pasó un dedo por su labio inferior y sacó su mano.

En sus tres meses que llevaban haciendo eso, Draco nunca lo había besado en la boca. Y eso se le hacía extraño a Harry.

—Si, es para ti. Termina lo que tengas pendiente y arreglate, la gala empieza a las 2:30.

—Bien, señor Malfoy.

El rubio se retiró y Harry se quedó unos segundos allí parado, sintiendo el toque efímero de su dedo en su labio.

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A las 2:20 iban saliendo Harry con su traje negro y Draco vestido con un traje azul marino, mientras un guardia los venía siguiendo.

Llegaron afuera y el chófer de la limusina les abrió la puerta del auto para que entraran. Harry entró primero y luego Draco se sentó junto a él. El guardia los siguió en otro auto.

La gala era a beneficio de la pobreza en otros países.

—¿Cómo me veo? —preguntó Draco y se giro hacia Harry.

—Muy bien, señor Malfoy. —dijo sinceramente Harry y se mordió el labio para que no salieran las otras palabras que le gustaría decirle.

—Bien. —dijo. Y el resto de viaje se la pasaron en silencio.

Al llegar, el chófer les abrió la puerta y Draco salió primero. Varios camarografos esperaban afuera y en cuanto vieron a Draco salir comenzaron a fotografiarlo, mientras Harry se bajaba del auto y pasaba alejado de aquellos. Entró y esperó a Draco junto a la puerta.

Al entrar, Draco se dirigió a un gran salón con Harry detrás de él y el guardia detrás de los dos.

Draco comenzó a saludar a varias personas que estaban en ese lugar y luego se dirigió a una mesa.

—Harry, siéntate a mi lado. —le dijo y Harry le hizo caso.

Una mujer rubia se subió al escenario y empezó a dar un discurso.

—Señor, después de que ella termine, tiene que subir al escenario y decir cuanto dinero va a donar. —le informó Harry.

—Está bien. Zabini aún no llega, me dijo que igual iba a donar dinero.

—¿Quiere que me contacte con él, señor Malfoy?

—No, déjalo, ya llegará.

La mujer rubia siguió hablando por unos minutos cuando invito a subir a varias personas, incluyendo a Draco, que iban a donar dinero.

Cada uno se tuvo que presentar y decir cuanto dinero donarán. Blaise llegó a último momento, pero igual logró hacerlo.

La gala pasó rápido, después de esperar a que Draco converse con gente importante, se saque fotos y beba algo.

La gala terminó a las 7 de la tarde.

Salieron del salón y caminaron hacia la salida. Harry iba primero viendo su libreta, Draco iba detrás de él y el guardia detrás del rubio.

—Señor Malfoy. —se detuvo Harry y giro hacia el rubio quien se detuvo igual.— A las 7:30 tiene- —pero Harry no alcanzo a terminar de hablar cuando se escucho un vidrio romperse.

El rubio se cubrió la cabeza con sus manos. La gente grito y corrió hacia distintas partes.

—Señor, quédese detrás. —le dijo el guardia a Draco.

Este levantó la cabeza y miró a su alrededor. Todo era un desastre. Miró a Harry y lo vio mirándose las manos. Sus manos las cuales estaban manchadas de sangre.

—Se-señor.. —cayó de rodillas y Draco, con el corazón latiendole a mil, lo tomó en sus brazos.— Ah... m-me duele..

—Tranquilo, tranquilo. —trato de tranquilizarlo. Se ganó en un lugar seguro y dejó a Harry en el piso.— Déjame ver.

Abrió la camisa de Harry y vio la sangre salir de uno de sus costados.

—Okey, okey no es tan grave. —ojalá fuera así. No quería asustar más al azabache. Se quitó su saco, lo doblo y se lo puso a Harry en la herida, presionando.

—No.. me- me duele. —se quejó. Sus ojos llenándose de lágrimas.

—Tranquilo. Vas a estar bien, te llevare al hospital.

—Por... favor.. —sus lágrimas cayeron por sus mejillas.

—Te levantaré de nuevo, ¿bien? Aguanta un poco, cariño.

Lo más cuidadoso que pudo, levantó a Harry entre sus brazos. Corriendo se dirigió a su auto.

—¡Abre la puerta! —le grito al chófer, este corrió y abrió la puerta para que Draco entrar.— ¡Al hospital!

El hombre condujo lo más rápido que pudo.

—Ya vamos llegando, solo aguanta un poco más ¿si? —miro a Harry, sus ojos brillaban por las lágrimas acumuladas.— Mierda.

—Quiero... quiero solo cerrar mis ojos un segundo..

—¡No! —le grito Draco, asustado. No podía dejar que muriera Harry.

El azabache lloro y se quejó.

—Mierda. —murmuró Draco viendo como Harry cerraba y abria sus ojos a cada rato.— ¡Vaya más rápido!

El auto freno y la puerta se abrió, mostrando el hospital fuera.

Draco salió del auto y corrió gritando y pidiendo una camilla. Los doctores llegaron rápidamente con una camilla donde dejó a Harry. Tomaba su mano mientras lo guiaban a una sala de urgencias.

—Draco... —murmuró sin fuerzas Harry.— P-por favor.. no se vaya.

Draco asintió. No se iba a ir a ninguna parte hasta que Harry se recupere y le den de alta.

—No me iré a ningún lado.

—Señor, tiene que quedarse aquí. —le dijo un doctor que se arrepintió al segundo al ver la cara de enojo de Draco.— L-lo siento, señor, pero se tiene que quedar aquí.

—Si algo le pasa a él, te mataré yo mismo. —lo amenazó antes de dejarlo ir.

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Mi Jefe, El Señor Malfoy [Drarry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora