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Unos días antes.

Un mujer rubia apareció por las puertas del ascensor, pasó por el lado del escritorio y entró a la oficina.

—¡Dios, Melissa! —dijo Draco enojado.— Esto no es lo que te pedí, te lo explique tres veces.

—¡Lo siento, señor Malfoy! —habló la chica de pelo castaño, mientras tomaba rápidamente los papeles sobre la mesa.

—¿Llamaste al restaurante que pedí para hacer una reserva?

—No, lo hago enseguida.

—¿Está la fecha para la reunión con los Riddle?

—No, señor Malfoy, los voy a llamar para preguntarle.

Draco cerró los ojos, tomando aire.

—Bien, Melissa. —suspiró.— Déjalo. Estas despedida.

—¿Q- qué? Pero, señor Malfoy..

—Guarda tus cosas y vete.

La chica salió corriendo de la oficina, mientras sollozaba.

—Buenas tardes, hijo. —Narcisa cerró la puerta tras ella y se sentó en la silla frente al escritorio.

—Madre, ¿qué ocurre?

—Solo venía a verte, cariño. ¿Dónde está Harry?

Draco se dejó caer en su asiento.

—Renunció.

—¿Qué? —preguntó ella preocupada.— ¿Por qué? ¿Qué pasó? —Draco apoyo su cabeza en su mano. Narcisa frunció el ceño.— ¿Qué hiciste, Draco Malfoy?

—¿Por qué crees que hice algo?

—Porque eres un testarudo, frío que no muestra sus sentimientos y los niega, al igual que tu padre. Y Harry es un buen muchacho.

El rubio miró a su madre.

—Tuvimos solo una pequeña discusión. Le pregunté donde estuvo, y porque se había juntado con Blaise.

—¿Cómo si fuera de tu propiedad?

—Por favor, madre, mi día ha estado como la mierda. No sigas.

—Eres igual que tu padre. —lo miro decepcionado.— Crees hacer lo correcto, pero no es así. Alejas a las personas, niegas lo que sientes porque no quieres que vean que en el fondo, eres un chico romántico y con muchos sentimientos, porque crees que todos lo que lo sepan lo van a usar en tu contra.

—Madre..

—Y eso hiciste con Harry.

—Estoy saliendo con Astoria.

—Pero no la amas. —tomó las manos de Draco.

—Estoy con Astoria, madre ella es una... mujer. Y Harry, es.. —agacho la cabeza.— Un.. hombre maravilloso, que hace que mi corazón se acelere y que me hace sentir muchas cosas. —negó con la cabeza. Se sentía cansado.— Si salgo con él, la gente comenzaría a hablar.

—¿Y qué? —preguntó ella.— ¿Qué importa que las personas hablen? Déjalas, Draco. Lo que importa aquí es tu felicidad y esa está con Harry. —levantó con su mano la carita de su hijo.— ¿Lo amas?

Draco asintió y una lágrima se deslizó por su mejilla.

—Si, madre. —ella sonrió y limpio su lágrima con su dedo.

—El amor no comprende edad, sexo, posición social o religión. —le dijo ella.— El amor.. simplemente existe y es eterno. —acaricio su mejilla.— Así que, no importa que, habla con Harry y arregla las cosas.

Mi Jefe, El Señor Malfoy [Drarry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora