❝𝗡𝗼, 𝗻𝗮𝗱𝗮 𝗯𝘂𝗲𝗻𝗼 𝗰𝗼𝗺𝗶𝗲𝗻𝘇𝗮 𝗲𝗻 𝘂𝗻 𝗰𝗼𝗰𝗵𝗲 𝗱𝗲 𝗲𝘀𝗰𝗮𝗽𝗲.❞
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𝐉𝐊┊Sim Jake es un joven universitario que siente no tener control en su vida debido a las decisiones que toman por él. Cuando descubre que su padre lo comprom...
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Desperté por los fuertes rayos del sol que penetraban la ventana de la habitación haciendo que se volviera insoportable estar en la cama.
Abrí los ojos y me di cuenta de que era el único que estaba ahí. Yumin se había ido, no había dejado ni un solo rastro de que había pasado la noche conmigo. Su ropa, sus tacones, sus pendientes, su bolso e incluso su aroma. Todo de ella había desaparecido. Incluso se sintió como si la mejor noche de mi vida nunca hubiese existido.
Recordé nuestra fabulosa noche, la conversación infinita que pareció insuficiente, los apasionados besos con sabor a locura y la sensación de que la conocía de toda la vida. Su voz, sus caricias y todo de ella me habían dejado maravillado y solo deseaba volver a verla, al menos antes de casarme.
¿Cómo es que no la conocí antes? ¿De dónde era? ¿Cómo podía volver a contactarla?
—Ni siquiera tengo su número —dije en voz alta a la vez que retiraba la manta de mi cuerpo—. ¿Cómo la podré encontrar?
Se sentía extraño. Pensar en ella cuando ni siquiera estaba presente. Debía ser por lo fascinado que me había dejado.
Mi teléfono comenzó a sonar en alguna parte, haciendome volver al mundo real y desconectandome un poco de aquella fabulosa chica que conocí. Busqué el objeto por todas partes hasta que logré encontrarlo en el suelo, cerca de la mesa de noche.
Al ver en la pantalla el nombre de mi mejor amigo, no dudé en contestar la llamada para saber que era lo que quería decirme.
«¿Donde demonios estás?» cuestionó enfadado, del otro lado de la linea. «¿No piensas venir?»
«¿De qué rayos hablas? Recien despierto.»
«¡Que mierda, Jake! Tu boda es en menos de dos horas.»
Rayos. Mierda. Lo olvidé por completo. Los tragos y la perfecta conmpañía de anoche me hicieron olvider por completo la razón por la que estaba en ese hotel.
«¿Donde carajos estas? No me digas que dormiste en otro lado y no en el hotel...»
«¡No, nada de eso! Estoy en hotel.»
«Eso es genial. Ahora. ¡Baja en este mismo momento y ven a arreglarte antes de que a tu madre le de un paro cardíaco! ¿Me entendiste?.»
Había ocasiones en las que olvidaba lo mandon y estricto que era mi mejor amigo. Quizás por eso se llevaba tan bien con mi madre.
«Sí, ya te oí. Estaré ahí en pocos minutos.» dije malhumorado. No me gustaba que Sunghoon me diera ordenes, pero, aún así le obedecía.
