𝐆𝐞𝐭𝐚𝐰𝐚𝐲 𝐂𝐚𝐫 ;; 𝗦𝗶𝗺 𝗝𝗮𝗲𝘆𝘂𝗻

03

03: ❝ Está ha sido la última vez... ❞

No podía ser real. Me había casado con la hermana de la mujer con la que horas antes había tenido una aventura. Eso no podía estar pasandome.

Después de aquel encuentro con el señor Koo, no me quedó otra opción más que regresar al salón y dejar a Yumin sola. Cuando lo hice, mi madre me presentó un par de amigas suyas y les metió la idea de que mi relación con Jihyun llevaba tiempo siendo oculta.

Mis padres le mentían a todo el mundo y los señores Koo también lo hacían. En ese salón no había ni una sola persona –a excepción de Sunghoon– que supiera que en realidad mi matrimonio había sido por conveniencia. Todos creían que amaba con locura a Jihyun y que ella me amaba igual y eso me abrumaba.

Yo no quería a Jihyun, de hecho, si lo pensaba bien a la única que quería en ese momento era a Yumin.

—Cambia esa cara —ordenó Sunghoon, en voz baja—. Las personas comenzarán a pensar que tu boda es en realidad un funeral.

Me encontraba en la habitación que horas antes Sunghoon y yo ocupabamos. Donde me vestí para la boda. Había dicho que necesitaba un corto descanso y entonces Sunghoon me siguió.

Yo daba vueltas por tada esa habitación mientras que mi mente enloquecía por lo que acababa de descubrir mientras que mi amigo me observaba vacilón desde la silla.

—¡Son hermanas! —exclamé angustiado—. No puede ser, no puede ser, no puede ser, no puede ser. ¡Esto no puede estar pasandome!

—Si te está pasando —mencionó Sunghoon, con calma, a la vez que se servía otro trago de la botella de vino que había llevado con él—. ¿Quieres un poco de vino?

—¿Qué se supone que voy a hacer? ¿Qué hare cuando preguntén como la conocí o por qué me pongo nervioso de solo verla? ¡Sabes que soy un pésimo mentiroso!

—En realidad no mientes tan mal, ya te lo he dicho.

—Por eso no dio detalles, por eso desapareció temprano. ¡No puede ser, estoy acabado maldita sea!

—Tú lo dijiste, no yo.

—¡Es mi castigo! —grité aún más alterado—. Es lo que recibo por haber fallado en mi matrimonio en tiempo record. Me lo merezco.

—Bueno, un poco sí... —me detuve de golpe y lo miré serio—. No me hagas decir lo contrario, sabes lo que hiciste. Te acostaste con una chica la noche antes de tu boda que resultó ser la hermana de tu esposa. ¿Es bueno? No, pero tampoco es un crimen que se pague con muerte o carcel. Solo es moralmente incorrecto.

—¿A dónde se fue el Sunghoon enfadado que aseguraba que lo que hice fue malo? —cuestioné cruzando mis brazos.

—Sigo molesto, eso no ha cambiado, pero admito que estoy disfrutando verte entrar en pánico.