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10: ❝ ¡Quiero que seas ella! ❞

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Si mi felicidad se basara en un simple hola, entonces había estado siendo feliz cada día por alrededor de una semana.

Podía haber sido la cosa más ridícula que alguna vez en la vida me había hecho feliz, pero no podía evitarlo si de él se trataba.

Después de aquella disculpa que Jake dio, su actitud conmigo cambió ligeramente. Comenzó a saludarme por la mañana y a mantener pequeñas conversaciones conmigo, e incluso se atrevió a ir conmigo a la universidad.

Sabía que era poco y que no debía ilusionarme por esas pequeñas cosas; sin embargo, esas pequeñas cosas me hicieron sumamente feliz por primera vez en semanas y no planeaba permitir que nada me arruinara eso.

Además, ¿Qué podía hacer si de un corazón sentimental se trataba? A mi corazón le gustaba Jake, sentía tanto por él; era inevitable no emocionarme por esas actitudes.

Estaba contenta por nuestro pequeño avance que, estaba segura, se convertiría en el inicio de nuestra amistad... y quien sabía si algo más podría pasar, lo que, en cualquier caso, sería conveniente para nosotros puesto que estábamos casados.

Casados. Seguía oyéndose rara esa palabra. Como algo irreal, inexistente. Matrimonio, compromiso, unión, relación. Ninguna de esas cosas existía entre Jake y yo, pero sabía que si continuaba esforzándome en conocerlo, íbamos a poder conseguir alguna de ellas.

Nunca esperé casarme con el chico que robó mi corazón una noche mientras intentaba no morir del aburrimiento en aquella fiesta de despedida. Todavía lo recordaba a la perfección. Era nuestro último año y un conocido de ambos había organizado una fiesta de despedida dado a que se iría a vivir a otro país. Al inicio no pensé en ir; sin embargo, Stela insistió tanto que terminé por aceptar. Nunca me habían gustado las fiestas, pero en aquella noche, la fiesta fue lo mejor que me sucedió. Estaba sentada en un rincón, observando a Stela divertirse con algunos conocidos cuando, de pronto, un chico que estaba sumamente ebrio llegó a mí con una amplia y hermosa sonrisa. Soltó un par de bromas malas y con el paso de los segundos empezó a coquetear sin mayor problema. Hablamos por alrededor de una hora, él ebrio y yo sobria. Fue la primera vez en mi vida que hable con un desconocido como si fuera mi mejor amigo de siempre. Al finalizar la noche, me despedí de él sin siquiera saber su nombre y regresé a casa con Stela deseando volverlo a ver, pues había quedado encantada con su personalidad. No creí volver a verlo, pero cuando Stela me contó que aquel chico era un conocido de su primo y que sabía algunas cosas sobre él, yo no pude evitar querer conocerlo. Fue así como conocí a Jake, el chico que me hizo reír toda una noche.

Al llegar la universidad descubrí que él también estudiaba ahí y pensé que podría acercarme, entablar una amistad con él, pero no pude hacerlo. No porque no lo quisiera, sino porque no sabía cómo. Él tenía popularidad y siempre estaba rodeado de chicos o chicas que parecían apreciarlo demasiado mientras que yo solo estaba ocupada estudiando e intentando no fracasar en mis calificaciones. Él vivía su vida yendo a fiestas o saliendo con amigos; yo la vivía siendo estricta conmigo misma. No fue difícil darme cuenta de las diferencias que habían entre nosotros y por eso preferí mantener distancia.

𝐆𝐞𝐭𝐚𝐰𝐚𝐲 𝐂𝐚𝐫 ;; 𝗦𝗶𝗺 𝗝𝗮𝗲𝘆𝘂𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora