Cartas a Marie.

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- ¡Hola Erwin!

- ¡Ay!

- ¿Qué haces? ¿A quién le escribes?

- Tn, menudo susto.

- Quiero ver... - Erwin dobló el papel y lo tiró a la papelera.

- No era nada importante. ¿Qué haces aquí?

- Me aburría, así que vine a ver qué hacías.

- ¿Por qué yo? Ves a molestar a Neil.

- Aburrido, sólo habla sobre Marie.

- ¿Marie? ¿La chica que viene por aquí de vez en cuando?

Ella sonrió - Parece que te interesa.

Él se sonrojó y miró a otro lado - No es verdad.

- Erwin, podrías darle todas esas cartas que le escribes.

- Estás loca, yo no escribo ninguna carta, y menos a Marie.

- No te preocupes, no se lo he dicho a nadie - ella le besó la frente y se fue.

Ella fue hasta donde estaba la joven morena hablando con su compañero.

- Quiero entrar en la Policía Militar, allí estaremos a salvo.

- Lo tienes todo planeado parece.

- Marie, no soy el hombre perfecto, pero quiero darte una vida perfecta.

- Neil, te amo.

- Oye, ya os vale, dais asco, sobre todo a los solteros.

Ambos se giraron hacia la chica.

- ¡Tn! - Marie la abrazó - Me alegra verte tan feliz como siempre.

- Vale vale hermanita, vas a terminar haciéndome daño con tus abrazos.

- No pienso pedirte perdón.

- Lo sé.

Al final ambas se separaron para sonreírse.

- Aún sois muy jóvenes para casaros.

- ¡No vamos a casarnos! - Marie estaba avergonzada, roja como un tomate.

Neil se sonrojó enseguida, miró al suelo, lo que hizo que Tn sonriera.

- Al menos no me hagáis tía ya, ¿vale?

- ¡TN!

Ella se fue riéndose.

Por la noche, Neil iba preguntándole sobre las flores favoritas de su hermana hasta que llegaron a la habitación de él, donde Erwin se encontraba leyendo unas notas que escondió en cuanto entraron.

- Vale, rosas y jacintos. Perfecto, gracias Tn.

- No hay de qué Neil. Hola Erwin. 

- Tn.

- Es genial volver a vernos, ¿verdad? 

- Sí. ¿Y Marie?

- Se fue a casa - contestó Neil yendo a su cama, la de abajo de Erwin.

- ¿Querías darle algo? - ella sonrió de lado sonrojando al rubio.

- No

- Mañana volverá seguramente - con eso, ella se fue.

Al día siguiente, mientras Neil hablaba con Marie, ambos sonrojados, Erwin suspiró al verlos.

- Deberías darle esas cartas antes de que fuera demasiado tarde Smith.

One shots Erwin SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora