Ella siempre trata de evitarlo a él, pero dijo si y ahora es su maestra de música. La atracción de ambos es inevitable, pero ¿Podrán soportar?
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Dafne quería pasar su último año de instituto tranquila, sin burl...
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2| Clases Extras
Dafne Brown
Ya era la última hora de clase y tan solo faltaba unos minutos para que la cárcel llamada instituto acabase.
Dicho y hecho, la campana sonó a los cinco minutos y como siempre me quedaba al final, aproveche el momento para ponerme mis audífonos y poner mi playlist. En mis oídos escuchaba Into you de Ariana Grande. Me había olvidado del mundo y mis hombros empezaron a moverse al ritmo de la canción, tarareando la canción y sintiendo cada letra.
So, baby, come light me up
And maybe I'll let you on it
A little bit dangerous
But, baby, that's how I want it
A little less conversation and a little
more touch my body
Cause I'm so into you, into you, into you…
Por un momento me había olvidado del mundo entero y cantaba, cantaba.
Las personas me habían dicho que tenía una linda voz para el canto y que entonaba bien, pero sin embargo no les creía.
Me negaba a creer que yo tenía buena voz para cantar.
Tan solo cantaba en los momentos que estaba sola, y en ese momento estaba sola.
Bueno eso creía, hasta que pude notar por el rabillo de mi ojo a alguien apoyada con las caderas en la mesa de los profesores.
Me gire tan rápido que por un momento creí que visitaría el suelo.
El que me estaba mirando y la persona que me había escuchado cantar era el mismísimo Apolo Johnson.
Algo aterrada me quito los audífonos y para mi sorpresa el aplaude, el maldito aplaude.
—Cantas muy bien…
No le deje terminar porque mi frase interrumpió:
—¿Pero? ¿Qué haces aquí?
—Muchas gracias querido Apolo, podrías haber dicho eso también, eh.
—En primer lugar, no te diría querido, en segundo lugar, no te daría gracias y, en tercer lugar, no te dejaría que me escuchase cantar.
—¿Acaso tu asombrosa voz es demasiado para que un pobre mortal como yo la escuchara?
El dejo de apoyarse en la mesa para acercarse a mi paso por paso, creo que conté los pasos que le tardaron en llegar a mí, fueron siete pasos, comenzó por el derecho y termino con el mismo pie.
Me puse nerviosa y no sabía el porqué, o… tal vez sí.
Era cierto, antes, aunque suene completamente raro, Terry y yo nos llevábamos muy bien, hasta teníamos apodos, ella me decía Daffy y yo a ella Tenne. Por alguna extraña razón nuestras yo pequeñas decidieron ponernos esos apodos horribles, pero con una gran historia atrás de esos apodos, éramos muy unidas de pequeña, en algunos momentos me gustaría volver a querernos como éramos de pequeñas, pero eso cambio de un día para el otro. Ambas decidimos entrar en el mismo instituto por lo unida que éramos, pero ella empezó a alejarse de mi de mí y a juntarse con personas que no eran de nuestro circulo social. Ella corto cualquier lazo que nos unía y desde ese momento dejo de llamarse Tenne para ser Terry, ella empezó a juntarse con otras personas, salir de fiesta y salir con chicos. La verdad es que nada de eso me importo mucho, lo que me dolió fue que empezara a usar el apodo que ella me puso para causarme daño, lo único bueno que conservaba de ese apodo era nuestra infancia y nada más, porque aquel apodo se convirtió el de burlas y risas de muchas personas incluidas las de ella. Terry sabía que Apolo me gustaba desde que entré a este instituto, sabia cuanto me gustaba y aun así ella hizo todo lo posible para que él no se diera cuenta de mi existencia y lo logró, en parte yo la ayude a ella, ella me hizo sentir tan miserable que me hizo dar cuenta que yo soy nada al lado de ella. Me obligué a mi misma a que Apolo dejara de gustarme, pero no podía. Juro que intentaba que mi corazón no palpitara tan fuerte cada vez que el me veía y me sonreía, juro que lo intentaba, pero aún así para el amor no hay fuerza tan grande como la de él.