Mi plan había funcionado.
Demi había llegado a las siete treinta jueves y viernes, gracias a Harry; por lo tanto, los minutos se me reducían a la mitad para estar con Nick. Algo que aunque no me gustaba mucho hacía menos difícil la resistencia. Sin embargo no dejaba de ser dura.
Miré la hora cuando el timbre sonó, sólo dos minutos tarde había llegado Blanda. Apagué el televisor y me encaminé hasta la puerta.
-Lindo departamento-musitó paseando su mirada por todo alrededor-. Aunque el edificio es... un poco melancólico.
Sonreí.
-Gracias por venir-le dije.
-Para mi es un honor que me hayas invitado a tu casa... bueno, departamento-rió.
-Gracias, eres la única con la que puedo hablar de esto-fui hasta mi habitación e hice que me siguiera.
-Sabes que siempre podrás contar conmigo, ______-me sonrió, demostrándome confianza.
-Soy un caso perdido-me puse en cuclillas y rebusqué entre los cajones de mi buró, del inferior saqué mi gran tesoro. Un sobre amarillo en tamaño carta y de un grosor considerable que aventé luego sobre la cama, haciéndolo rebotar sólo un par de veces.
Le hice una seña a Blanda para que abriera aquel sobre y al instante que comprendió, se acercó y lo tomó entre sus manos.
-Vaya, sí que pesa-bromeó, alzando las delicadas cejas.
Deshizo el pequeño hilo rojo y abrió el sobre. Sacó el montón de fotografías que estuvieron apunto de caérsele.
-¡Wow!-dijo, sorprendida cuando notó cuántas fotos eran y sobre todo, de quién eran-. Este tipo podría trabajar de modelo-musitó y aunque aquello era para hacerme reír, no pude hacerlo-. Esto es como un libro-hizo referencia al grosor-, o como una exposición de algún museo.
-O un manual de lo prohibido-musité.
-Eso suena interesante-rió.
El timbre apagó la risa de las dos, eran las seis con quince minutos apenas, ¿quién sería? Ambas nos miramos extrañadas.
-¿Esperas a alguien?-me preguntó Blanda.
-No que yo sepa-negué con la cabeza y luego salí de mi habitación para abrir la puerta.
Blanda fue detrás de mí y cuando abrí la armazón de madera me llevé una gran sorpresa al ver a Nick allí. Los ojos casi se me salían de las órbitas.
-¿Nicholas?-articulé, claramente sorprendida.
-Ay, yo pensé que ya habíamos dejado las formalidades-bromeó y luego miró por encima de mi hombro a Blanda, quien lo miraba embobada.
Se pasó sin que le dijera que lo hiciera y le sonrió a Blanda.
-Hola-le dijo-. Soy Nick-le extendió la mano.
-El novio de Demi-dije, cerrando la puerta de mala gana. ¿Por qué nunca dejaba bien claro quién era?
-Hola-musitó Blanda, tendiéndole la mano también-, Blanda.
-No, yo soy Nicholas-dijo éste.
Blanda rió.
-No, no, digo que yo soy Blanda.
-¡Oh! ¡Blanda, claro! He oído hablar tanto de ti-dijo-. Me da mucho gusto conocerte al fin.
Me aclaré la garganta, haciéndome notar.
-Blanda, amm... el manual en mi habitación, amm... podrías guardarlo, ¿por favor?-farfullé, recordando que habíamos dejado las fotografías al descubierto y regadas en la cama.
-Claro-captó rápidamente el hilo de mis palabras y salió disparada a mi habitación.
Miré a Nick, aunque no quería admitir que estaba encantada de que estuviera allí traté de permanecer seria.
-¿No es muy temprano para que vengas?-traté de sonar lo más normal posible, pero el pánico no se podía ocultar muy bien detrás de mi voz.
-Sí, pero ya que mañana será la fiesta del señor Vittore, quiero saber qué vamos a hacer mañana o a qué hora nos iremos-su mirada gacha bailó fugaz.
-Pero...
-¡Listo!-Blanda me interrumpió, saliendo de mi habitación con su sonrisa brillante en el bello rostro.
En ese momento agradecí al cielo de que ella se encontrara allí; así al menos no me vería tan obvia, no sería tan torpe al hablar con él. Y mi razón mantendría calmado a mi corazón.
Blanda y Nick conectaron enseguida, ambos eran muy sociables y la plática entre ellos fluyó de manera rápida, aquello me alegró.
Cuando Demi llegó junto con Harry sonreí de manera significativa, aunque me doliera en lo más profundo de mi alma ver juntos a Nick y a Demi sabía que aquello me servía para ponerle un freno a mis absurdos sentimientos.
Luego de que Harry y Blanda se fueran, me encerré en mi habitación como de costumbre, pero no pasó mucho tiempo cuando oí que llamaban a mi puerta, el murmullo de voces había desparecido del exterior y sólo los golpeteos en la puerta, algo apagados, se oían en aquel silencio sepulcral.
Salté de la cama y abrí la puerta, la cara de Demi no era la misma, estaba bastante triste, podía notarlo.
-Demi, ¿qué pasa?-pregunté, preocupada.
-Necesito hablar contigo-me dijo y se sentó en mi cama.
No sólo su rostro estaba triste, su voz parecía haber dejado la alegría también.
-¿Sobre qué?-inquirí, ahora nerviosa, ¿sospecharía acaso que yo estaba enamorada de su novio?
Me quedé de pie, mordiéndome el labio inferior y esperé a que hablara.
-Es Nick-musitó.
El corazón se me paró por un segundo.
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El Manual de lo Prohibido (Nick Jonas y tu) (ADAPTADA)
FanfictionSINÓPSIS: Falso y pérfido eran sinónimos de mi nombre. De todos los papeles que pude protagonizar, era dueña del único que todo el mundo en mi situación, rechazaría. Lo peor era que esta no era una obra de teatro, cuyo objetivo es sólo representar...