-¿Nicholas Jonas?-vociferé, echándome hacía atrás.
-¿Lo ves?-dijo de lo más tranquila- Tú no lo aceptas, yo sí.
-nicholas no me gusta, ¿estás loca? ¡Es el novio de Demi!
-Deja la histeria que sabes que tengo razón.
-Demente-farfullé.
-Bueno, ¿y qué si no fuera novio de Demi? ¿Aceptarías que te gusta?
-No.
Ella rió y su risa burlona me incomodó.
-Claro, por que si no fuera novio de Demi, quizá no lo hubieras conocido-pensó.
-No me gusta Nicholas-dije, tajante.
-Repítelo hasta que te lo creas, por que a mí no me engañas-me sonrió-. Además, ya viene siendo hora de que le llames Nick, ya le tienes el cariño suficiente para que lo hagas; quizá hasta más.
-¡Guarda silencio!
-¿Por qué? Nadie puede oírnos, sólo estamos tú y yo. Si aceptas que Nick te gusta, dejaré de molestarte.
-No-me crucé de brazos.
-Como quieras-se encogió de hombros-. A fin de cuentas para eso estoy yo.
-No sé de quién seas la otra parte, porque de mí no.
-Como digas-manoteó restándole importancia a mi comentario-. Pero ten en cuenta que yo, sí acepto que Nick me gusta y no olvides que sí soy parte de ti.
El sudor me perlaba el rostro cuando me desperté jadeante entre las sábanas. Eso sí que había sido una pesadilla. Un extraño y loco sueño, nada más. Miré el reloj, eran las ocho de la mañana. Recordé los planes que tenía con Joe y salí disparada de la cama para bañarme y vestirme.
Salí entonces a buscar a Joe pasadas de las nueve treinta, y como siempre, esa bonita sonrisa en su rostro de ángel me alegró la mañana.
-Hola-me saludó.
-Hola.
-¿Lista para irnos?
-Claro.
Enredé mi brazo al suyo y nos encaminamos a su mustang antiguo, color negro. Me abrió la puerta y luego puso el auto en marcha. El motor rugió bajó nosotros y las llantas comenzaron a rodar.
-¿Por qué ayer hablabas tan bajito? ¿Quién no querías que te oyera?-me preguntó.
Solté una delicada risita tonta, y sentí que enrojecí un poco.
-Demi y Nick... Nicholas.
-¿Por qué? Déjame adivinar, las especulaciones de Demi-rió.
-Eemm... sí, eso.
Me miró, aunque no parecía muy convencido debido a mí vacilar a la hora de responder.
Llegamos a la plaza de San Marcos y bajamos a caminar. Saqué un par de fotografías de cada monumento mientras que la gente andaba de aquí para allá bajo el tenue y apenas visible sol de la ciudad de Venecia.
-Joe-musité, como quien no quiere la cosa.
-Dime.
-¿Te ha gustado alguna vez alguien... prohibido?-me miré los pies al caminar, entre tanto que esperaba la respuesta de Joe.
-¿Prohibido?
-Sí, alguien que no te debe de gustar-vacilé.
-Mmm...-pensó-. A los cuatro años me enamoré de mi tía-rió.
Me reí también.
-Es enserio, Joe.
-¿De quién pudiste haberte enamorado, ________? ¿De un padre?
-Enamoramiento no, Joe. Y de un padre tampoco-lo fulminé con la mirada.
-Bueno, está bien. ¿En quién te pudiste haber fijado?
-Pues...
-¿Nick?
-¿Qué?-se me bajó la sangre de la cabeza hasta los pies y sentí como si fuera a tocar el piso.
¿Cómo sabía?
¿Cómo pudo haber adivinado tan fácil?
¿Era yo tan obvia?
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El Manual de lo Prohibido (Nick Jonas y tu) (ADAPTADA)
Fiksi PenggemarSINÓPSIS: Falso y pérfido eran sinónimos de mi nombre. De todos los papeles que pude protagonizar, era dueña del único que todo el mundo en mi situación, rechazaría. Lo peor era que esta no era una obra de teatro, cuyo objetivo es sólo representar...