Capitulo 8

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 -¿Nicholas Jonas?-vociferé, echándome hacía atrás.


-¿Lo ves?-dijo de lo más tranquila- Tú no lo aceptas, yo sí.


-nicholas no me gusta, ¿estás loca? ¡Es el novio de Demi!


-Deja la histeria que sabes que tengo razón.


-Demente-farfullé.


-Bueno, ¿y qué si no fuera novio de Demi? ¿Aceptarías que te gusta?


-No.


Ella rió y su risa burlona me incomodó.


-Claro, por que si no fuera novio de Demi, quizá no lo hubieras conocido-pensó.


-No me gusta Nicholas-dije, tajante.


-Repítelo hasta que te lo creas, por que a mí no me engañas-me sonrió-. Además, ya viene siendo hora de que le llames Nick, ya le tienes el cariño suficiente para que lo hagas; quizá hasta más.


-¡Guarda silencio!


-¿Por qué? Nadie puede oírnos, sólo estamos tú y yo. Si aceptas que Nick te gusta, dejaré de molestarte.


-No-me crucé de brazos.


-Como quieras-se encogió de hombros-. A fin de cuentas para eso estoy yo.


-No sé de quién seas la otra parte, porque de mí no.


-Como digas-manoteó restándole importancia a mi comentario-. Pero ten en cuenta que yo, sí acepto que Nick me gusta y no olvides que sí soy parte de ti.


El sudor me perlaba el rostro cuando me desperté jadeante entre las sábanas. Eso sí que había sido una pesadilla. Un extraño y loco sueño, nada más. Miré el reloj, eran las ocho de la mañana. Recordé los planes que tenía con Joe y salí disparada de la cama para bañarme y vestirme.



Salí entonces a buscar a Joe pasadas de las nueve treinta, y como siempre, esa bonita sonrisa en su rostro de ángel me alegró la mañana.


-Hola-me saludó.


-Hola.


-¿Lista para irnos?


-Claro.


Enredé mi brazo al suyo y nos encaminamos a su mustang antiguo, color negro. Me abrió la puerta y luego puso el auto en marcha. El motor rugió bajó nosotros y las llantas comenzaron a rodar.


-¿Por qué ayer hablabas tan bajito? ¿Quién no querías que te oyera?-me preguntó.


Solté una delicada risita tonta, y sentí que enrojecí un poco.


-Demi y Nick... Nicholas.


-¿Por qué? Déjame adivinar, las especulaciones de Demi-rió.


-Eemm... sí, eso.


Me miró, aunque no parecía muy convencido debido a mí vacilar a la hora de responder.


Llegamos a la plaza de San Marcos y bajamos a caminar. Saqué un par de fotografías de cada monumento mientras que la gente andaba de aquí para allá bajo el tenue y apenas visible sol de la ciudad de Venecia.


-Joe-musité, como quien no quiere la cosa.


-Dime.


-¿Te ha gustado alguna vez alguien... prohibido?-me miré los pies al caminar, entre tanto que esperaba la respuesta de Joe.


-¿Prohibido?


-Sí, alguien que no te debe de gustar-vacilé.



-Mmm...-pensó-. A los cuatro años me enamoré de mi tía-rió.


Me reí también.


-Es enserio, Joe.


-¿De quién pudiste haberte enamorado, ________? ¿De un padre?


-Enamoramiento no, Joe. Y de un padre tampoco-lo fulminé con la mirada.


-Bueno, está bien. ¿En quién te pudiste haber fijado?


-Pues...


-¿Nick?


-¿Qué?-se me bajó la sangre de la cabeza hasta los pies y sentí como si fuera a tocar el piso.


¿Cómo sabía?

¿Cómo pudo haber adivinado tan fácil?

¿Era yo tan obvia?


El Manual de lo Prohibido (Nick Jonas y tu) (ADAPTADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora