-Eso fue distinto –dije, con voz ahogada.
-¿Por qué distinto?
-¡Por Demi! –su nombre hizo doler mis labios.
-Ella siempre fue tu elección –musitó-, ¿pero qué hay de ti? ¡Qué hay de mí! ______, te juro que quise evitar esto –me apretó las muñecas-, pensaba en Demi y en el daño que le provocaría si confesaba que estaba enamorado de ti. Muchas veces quise terminar con ella, pero no me atrevía y para ser sincero, tampoco quería cuando veía que coqueteabas con Joe. Estaba furioso de verte junto a él y yo no podía quedarme sólo en ese momento. No era que utilizara a Demi, también me dolía dejarla. Por supuesto que la quería, la quería mucho; y no me cabía en la cabeza como es que se podía llegar a estar enamorado de dos mujeres al mismo tiempo. Hasta que comprendí que no se puede, la quería a ella, pero de una manera distinta en la que sentía que te quería a ti. Cuando estaba contigo era como... no escuchar las voces de los demás, como si estuviera donde quisiera estar y no donde todo el mundo quiere que esté. Esa era la diferencia. Contigo era yo, con Demi era la orden de las personas a mí alrededor. Por supuesto que me sentí un idiota por fijarme en la persona menos indicada, traté de evitarlo, pararlo, ignorarlo, ¡de todo! Pero cada día era más imposible. Hasta que me di cuenta que no podía luchar más con esto. Pero estaba confundido, no sabía si tú me querías a mí o si yo era el único. Hasta ese día en que te embriagaste y te llevé a casa, no podía dejarte sola en el departamento por eso te llevé a mi hogar; cuando tomaste mi rostro entre tus manos delicadas y me besaste te juro que removiste todo dentro de mí, algo que jamás me había pasado. No me creas si no quieres pero es la verdad. _______, entiéndeme, me sentí como un idiota tanto tiempo, sé que tú viviste con la misma agonía que yo; nos merecemos una oportunidad, un final feliz –rogó.
-¿Feliz? ¿Podrá de veras suceder? –Dije- Tú dime Nick, ¿y Olivia?
Al oí su nombre Nick se echó hacia atrás, como sorprendido de que la mencionara. Intentaba controlar mis lágrimas, pero no podía pararlas.
-¿Olivia?
-Te vi hablando con ella la última vez, dijiste que... –la voz volvió a quebrárseme- fue la novia que más quisiste, ¿y me dices a mí mentirosa? –quise desasirme de su agarré pero fue imposible.
-Por eso escapaste –relacionó-, ______, ¿por qué no terminaste de oír toda la frase?
Le miré, ceñuda y aun con lágrimas en los ojos.
-Le dije eso, le dije que ella había sido la novia que más había querido, hasta que me fui a Venecia y conocí a Demi, y que gracias a ella había conocido después a la persona que más he amado en toda la vida. Le dije que lo sentía, pero que no fuera hipócrita conmigo. Por favor, ______, no me juzgues. Lo que siento por ti es verdad, me hiciste escribir canción tras canción, hiciste que mi sueño se cumpliera cuando un famoso cantante le puso voz a mi letra. Lo que acabo de cantarte, ¿no te dice nada? –Dijo, casi desesperado- No digas que es demasiado tarde para hacer lo correcto.
Me miró por un largo instante y yo, con la voz atascada en el nudo de mi garganta le sostuve la mirada, sin poder hablar. Su entrecejo se arrugó levemente en señal de desesperación a mi silencio y de pronto y sin aviso, soltó mis manos para colocarlas en mis mejillas y aferrar mi rostro con temor de abandono y lo condujo hasta sus labios, que al instante de juntarse con los míos, ardieron con un fuego descomunal que quemaba placenteramente. No podía creer que los estuviera tocando de nuevo, que ambas bocas estuvieran bailando con la misma pasión con la que danzaron al unisón la primera vez. Sentí que todo mi cuerpo se deshizo en el suyo y mi corazón golpeteaba contra su duro pecho.
Pero aun no estaba segura de nada y el pensamiento que me había cruzado la mente hace unos minutos volvió como una ráfaga y me hizo separarme abruptamente de él. Lo aventé del pecho con una escasa fuerza de voluntad y me miró, confundido; mientras sentía mis labios arder y pedir enérgicos ser de nuevo unidos a los de él.
-No es que sea tarde –dije-, pero tampoco que esto sea de verdad lo correcto –no pude resistir más e intenté alejarme de él.
-Te lo ruego, no escapes de nuevo –soltó, como si fuese un sollozo, viéndome caminar.
Giré sobre mis talones para mirarle, la vista volvió a empañárseme.
-No estoy escapando, Nick. Sólo dame tiempo para... para pensarlo.
-¿Tiempo para pensarlo? –repitió, incrédulo- _____, pasaron dos meses sin tenerte. No puedo creer que sigas pensando en algo que no seas tú.
No dije nada, sólo tragué saliva intentando deshacer el nudo que me asfixiaba la garganta y me di la media vuelta, dejándolo allí, mirando cómo me alejaba. Si él de verdad me quería no iba a dejarme ir, pero yo necesitaba tiempo para pensar qué hacer.Me decía que él y yo éramos lo correcto, pero ¿cómo estar segura de ello? ¿Lo correcto era pisotear el ya destrozado corazón de Demi? ¿Vivir con la culpa comiéndome por dentro? ¿O qué era lo correcto? Sentía que la cabeza me explotaba. Tomé un taxi para ir al hotel, pero en realidad le pedí que me llevara al parque central. No tenía ganas de encerrarme en un cuarto sofocándome a mi misma. Tenía que despejar mi cabeza, ordenar mis ideas, es que no había acabado cuando me fui de Venecia, el corazón roto de Demi me seguía persiguiendo incluso más que Nick. Pero, ¿no era lo que quería? ¿Tener a Nick para mí y que él me quisiera? Pero, ¿qué tanto me quería?
Bajé del taxi y caminé hasta alguna banca vacía, esto no era como los parques de Venecia, pero sí muy parecido.
Ubiqué una no muy lejos y al llegar hasta ella me senté, el frío metal me hizo estremecer la piel al contacto. Me llevé las manos a la cabeza cuando el aire me acarició en un soplo. Podía ver a Nick en mi futuro, pero Demi era parte de toda mi vida; allí estaba ese maldito dilema de nuevo, ¿es que nunca iba a terminar? ¿Había una solución acaso?
Sollocé en silencio, ¿qué era lo que yo quería? Quería ser feliz a lado de Nick y daría mi vida por compartirla con él.
Pero el fantasma de Demi seguía allí y eso no me dejaba avanzar nada. Aunque Demi ya estaba muy lejos, ¿no? ¿Qué podía perder ahora? pero, ¿de verdad valía la pena? Quería saber qué tanto me quería Nick, si me amaba como yo lo amaba a él y sí esto valía el riesgo.Se hizo tarde, entre cavilaciones y dilemas, el silencio pintó su ocaso; supe que era mejor irme ya. Y aunque había pasado el tiempo, no quería pensar en que Nick, quizá esta vez hubiese dejado de perseguirme, ¿y si lo hizo? Ya no podía con tantas dudas, mañana regresaba a California y si Nick no apareciese de nuevo, entonces no le importaba tanto como decía.
Tomé otro taxi para que me llevara al hotel, siendo ya las ocho treinta de la noche. Rogaba al cielo por una señal, lo que fuera, algo que me indicara que correr el riesgo valía la pena. Algo que me dijera que Demi estaría bien fuera cual fuera mi decisión. En ese momento pensé en algo que no me había pasado por la cabeza: Harry. Pero al instante de cavilar su nombre en mi mente, un puñado de preguntas aparecieron como reacción secundaria. ¿Nick estaría enterado ya de que su hermano está enamorado de Demi? ¿Harry seguirá enamorado de Demi? ¿Qué hizo después de que fue tras ella la vez que...? ¿Qué habrá pasado con ellos ahora? Lo ultimo que supe fue lo que Blanda me había contado, pero eso no respondía mucho. Nada en realidad.
-Aquí es –le señalé al taxista al ver el hotel. Pagué y luego me bajé del auto.
Había dejado trascurrir varias horas. No sabía qué había sucedido con mi exposición, con Nick, no sabía nada. Me reí de pensar que las dos veces que he presentado la exposición he huido sin estar en el final. Pobre Mikey, tenía que recompensarlo de alguna manera. Subí hasta mi habitación, con el plan de llamarlo. Él era mi único informante de todo.
Pasé la tarjeta para abrir la puerta y la calidez de mi habitación me invadió al instante. Sobre la elegante alfombra verde olivo que tapizaba el suelo, había un sobre ancho y rectangular con mi nombre en la cara superior. Cerré la puerta y me agaché para levantarlo, curiosa. Era delgado y liviano, lo que sea que trajera dentro era sólo cartón o algún papel duro.
Lo abrí, más curiosa que antes y cuando saqué su contenido, pude por fin ver qué era...
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El Manual de lo Prohibido (Nick Jonas y tu) (ADAPTADA)
FanfictionSINÓPSIS: Falso y pérfido eran sinónimos de mi nombre. De todos los papeles que pude protagonizar, era dueña del único que todo el mundo en mi situación, rechazaría. Lo peor era que esta no era una obra de teatro, cuyo objetivo es sólo representar...