— ¡No puedo creer que tu papá haya hecho eso! —dijo _____ aún con la sorpresa en su rostro. Reí, hablando sinceramente, yo tampoco. Mi papá es muy estricto.
— Ni yo, pero, al parecer le gusta el trabajo que estoy haciendo —me encogí de hombros. Hablar con ella, era como hablar con alguien en quien puedes confiarle cada uno de tus logros, problemas, tristezas y en fin; Todo. Ella sonrió más.
— Entonces tendremos más tiempo para hablar —dijo ella, al parecer, radiando de alegría. Volví a reír. Ella era tan hermosa cuando sonreía así y se veía tan contenta. Luego observé cuando se sonrojó. — ¿Lo pensé en voz alta verdad? —dijo ella totalmente roja. Reí.
— Sí, sí que lo hiciste —guiñé un ojo.
— ¡Tonto!
Había llegado hace más de tres horas a mi departamento, me había conectado de inmediato y la vi en línea, no dudé en hablarle. Ella era tan pequeña, pequeña e inocente. Inocente y hermosa.
Ella tenía una bufanda alrededor de su cuello, su cabello caía en sus hombros y más allá de ellos, su nariz estaba roja por el frío, aunque ella dijera que tenía calefacción, no entendía cómo aún así seguía teniendo frío. Tenía un polerón negro, y tal vez unos cien chalecos debajo de éste. Ella era muy friolenta.
— Tal vez si estuviera a tu lado y te abrazara, dejarías de temblar como lo estás haciendo ahora —dije yo con una sonrisa. Ella volvió a sonrojarse mucho más de lo que ya estaba —reí —te vez tan dulce con ese sonrojo —ella rió nerviosamente.
Sabía que tal vez, lo que estaba haciendo estaba mal. Mirarle, sonreírle, decirle esas palabras, que, a cualquiera, tal vez pondría nerviosa y se ilusionaría. No quiero que ella lo haga.
Ya bastante daño le hice a una chica. No quiero volver a repetir la historia.
Tal vez, por eso era mi miedo, mi miedo de perder a _____ como lo hice con Kristen, una chica que al principio era mi mejor amiga; amigos de la infancia.
No digo que vaya a tener algo con _____, ella es demasiado inocente y dulce, pero también sé lo sensible qué es. tal vez, sólo un poco, debería de parar mi juego.
Tal vez ella se estaba creando una imagen de mí, de un chico tierno y que la hace sentir especial.
No quiero lastimarla.
(...)
— ¡Eh, bro! —dijo Ho Seok saludándome mientras me pasaba un poco de cerveza.
— ¿Cómo estás? —le dije mientras nos introducíamos más en el club.
— ¡Mejor que nunca! —dijo él. Tal vez lo decía porque seguro se folló a Lucy, pobre chica.
Era el club que íbamos todos los viernes, sábados y unos pocos de los domingos. Con Ho Seok éramos amigos desde la infancia, junto con RM y Jimin. Entramos y ahí estaba. La había visto el domingo pasado. Me quedé con las ganas por supuesto, dijeron que era muy difícil acostarse con ella, tal vez para ellos, pero no para Jeon Jung Kook, alias el breaks pussies, un nombre muy sucio, por supuesto.
Pero ya me hice conocido así. Aquí todos me conocían, todos. Y como no, las mujeres, también, tal vez, una más que la otra, o una más que la otra, de la otra.
Yo era un jodido coqueto
Un jodido sexy
Un jodido rompe coños
Un jodido rompecorazones.
Un jodido idiota.
Me han llamado peores, o me han llamado mejores.
Pero ______ no tenía que enterarse de esto.
Es mejor para ella.
Pensé mientras me acercaba a mi próxima presa. Eran siempre las mismas chicas, no putas, no perras. Sólo pequeñas chicas que irradiaban timidez.
Eran mis favoritas.
Al terminar la noche, siempre me decían ''capullo'', ''que te jodan'' o miles de maldiciones así. A veces no las tomaba en cuenta, pero cuando la relación iba mucho más allá de una noche, sí. Porque, me encariñaba. Pero eran mis reglas, y yo las seguía al pie de la letra.
Conquista con palabras de cariño, eso las ilusionan.
Sólo una noche.
Si no resulta, ten una cita con ella.
Te la follas y sales de su vida.
No la recuerdes.
Eran cuatro simples reglas, simple por cómo se leen, pero difíciles de cumplirlas.
Muchas veces rompí corazones, eso es algo de mí, y nadie lo cambiará. Aunque hubo una que lo intentó y salió rota también.
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OMEGLE | Jeon Jungkook
RomanceEs una página para hablar con el mundo de lo desconocido, donde todos a veces desean tener un juego sexual, o donde realmente quieres conocer a personas que sienten o piensan igual que tú. Sólo fue por diversión que entré ahí, y... terminé magicame...