Cuando llevé las cosas arriba, me aseguré que mis padres no me hayan seguido, para querer saber qué había en la bolsa. Suspiré y esperé a tranquilizarme, mi corazón iba a mil. Realmente me había puesto muy nerviosa pensando en qué podría haber pasado.
Dejé las cosas en mi cama, y sonreí al ver la caja, que aún tenía los libros adentros, ya que, me los llevé todo a mi dormitorio, por supuesto. No subiría uno a uno. ¡Qué tontería!. Saqué todos los libros y saqué la bolsa. Fruncí el ceño, ¿por qué me mandó uno de sus polerones?, pero, realmente no me importaba. Yo estaba encantada.
Apreté el polerón contra mí, y suspiré al sentir su dulce aroma, ¡joder!, tenía un aroma dulce y sexy; hombre. Suspiré, parecía una completa mocosa oliendo la ropa de su amor platónico. Qué ironía. Me coloqué el polerón, y está vez, la esencia de su olor se impregnó en mi cuerpo, haciéndome estremecer y pensar e imaginar, que era él, el que me estaba abrazando y dejando su dulce aroma en mí.
¡Concéntrate ____!, ¡él no está aquí!, deja de imaginar. -Mi voz molestó en mi mente. Bufé.
No sé cómo, pero el poleron estaba cálido, tal vez él lo dejó ahí después de sacarselo, y una imagen de él, sacándose el polerón llegó a mi mente. Me mordí el labio inferior, ¿en qué estaba pensando?, podría mojarme perfectamente y no quería estar así. Suspiré y negué con la cabeza. Un chico de diecinueve años, nunca se fijaría en una pequeña cara de niña como yo.
No sexy, no hermosa, no alta y con tetas y culo gigante.
Yo era todo lo contrario, morena, bajita, y menudita, que hasta podrían romper, que apenas tenía un busto pronunciado -aunque no pequeño- y un culo normal, todo en mí era normal, ¿por qué él se fijaría en mí?. Era una idiotez.
Metí mis manos en el bolsillo del polerón y me senté en mi cama. Pero al notar algo en mi mano, hizo que me levantara. Saqué sea lo que sea que estaba en mi bolsillo. Arrugué el ceño, era un papel. Lo abrí cuidadosamente y me sorprendí al ver una letra clara y grande.
''Espero que pases unas lindas fiestas, y que te guste mi regalo.
Muy deseoso de saber cómo van las cosas allá.
Con cariño.
Jung Kook''Si antes estaba totalmente maravillada con éste hombre, ahora estaba peor. ¿Por qué era tan dulce y bueno conmigo?, tal vez sólo quiere comportarce como un hermano a una hermana pequeña, ¿no?, ¿era eso?, ¿o sólo estaba flirtiando conmigo?. No, no podría ser que él estuviera coqueteando. Sería absurdo. Y ya nombré porqué sería absurdo.
Me senté en mi escritorio frente a mi viejo laptop y lo prendí, esperando que Jung Kook estuviera conectado. Esperé unos minutos para saber si estaba o no y ahí. ¡Sí!, ¡sí estaba conectado!, joder
Jung Kook llamando.
Contestar o denegar.Vaya que rápido. Hice clik en contestar y ahí apareció él. Ni siquiera me di la hora para saber cómo estaba, si estaba presentable o no. De todas maneras a él no le importaba.
Joder, él estaba jodidamente hermoso, con ese cabello revuelto y sólo con una remera blanca de manga larga, donde se podía notar su cuerpo detrás de ésta. Suspiré y traté de no bajar la mirada hacia su cuerpo. No la bajes _____, no lo hagas.
— ¡Hey! —habló él. Sonreí y me arreglé un poco el cabello — ¡oh!, ¡pero si estás con mi polerón!, ¿te ha gustado el regalo? —preguntó, y asentí entusiasta, mientras le regalaba una sonrisa sincera.
— ¿Cómo estás?, ¡hace días que no hablo contigo! —dije simulando estar molesta y él rió. Su sonrisa sonó ronca y totalmente sexy, reí.
— Lo siento, con las pequeñas vacaciones que tenemos ahora, siempre suelo desaparecerme. Pero, tal vez podríamos estar más en contacto si tuvieras whatsapps —dijo él burlón, sabiendo que yo no tenía un celular donde podía descargar la aplicación. Sonreí burlona.
— ¡Adivina que me regalaron! —dije totalmente modesta mientras levantaba la caja de mi iphone 5. Él abrió sus ojos sorprendido.
— ¡Nunca pensé que te regalarían eso! —dijo mientras se echaba hacía atrás en su cama y suspiraba. Estaba cansado, se podría notar.
— Pues, ya ves que sí —sonreí y luego fruncí el ceño— ¿has dormido? —pregunté seria. Él sonrió sin mostrar sus dientes y ahogó un bostezo.
— No, pues, quería venir a ver si ya te habían entregado mi regalo —dijo éste.Mi corazón se encogió y quise saltar de alegría, ¡él quería saber si me lo habían entregado!, sonreí tiernamente mientras lo veía, y él me miraba todo el tiempo y sonrió mientras negaba con la cabeza. ¿Qué pasaría por su mente?, creo que es la segunda vez que hace lo mismo; mirarme y negar con la cabeza.
— Eres muy tierno —dije y él rió, pero no era una risa sincera, esa risa no llegaba a sus ojos, y luego volvió a mirarme, tan intensamente, era mi idea, o ¿se les oscurecieron sus pupilas?
— No creo que esa sea una palabra correcta para mí... pero gracias —dijo después de dar un suspiro. ¿Qué era lo que aún no me había contado sobre él?— Hay algo misterioso en ti— admití, déjandole saber que yo sabía que había algo que él no me ha contado aún. Él volvió a sonreír y con un susurro dijo.
— Es mejor que no lo sepas, no te convendría —dijo después de mirarme seriamente y darme una mirada tensa. —No quiero perder tu amistad, y si es necesario, no te contaré una parte de mí _____, no aún. —Suspiré.Me daba miedo lo que él podría ocultar detrás de esa sonrisa sexy y mirada relajada, pero, ¿quería saber?, sí, quería, pero me daba miedo que al saber, yo no querría nada más con él, ni siquiera una amistad, o él conmigo.
— No te presionaré —le sonreí con confianza, aún sabiendo que aún estaba aterrada por lo que él podría ser.
— ______ no soy malo, no soy un asesino, un ladrón, violento, o alguien quien merecería ir a la cárcel, tranquila —dijo él gracioso. Reí.
— Te creo.
— Es que te vi asustada —dijo él riendo, riendo muy fuerte. Comencé a reír con él.Y todo el misterio se fue a la mierda.
(...)
— ¡_______ Antonella Miller!, ¡me dirás quién te trajo todo ésto!, porque yo no me creeré el cuento de que fue una amiga invisible en la fiesta de Patrick, fiesta donde yo estuve —dijo Amanda, totalmente curiosa y ansiosa de información.
Suspiré, ya no podía seguir ocultándole la verdad. La miré y sonreí.
— Conocí un chico —ella abrió los ojos como platos— y él me mandó todo ésto, ¿feliz? —dije mientras hojeaba otra vez mi libro. Ella chilló.
— ¡Cómo se llama! —inquirió. Rodé los ojos.
— Jung Kook. Ahora déjame leer —dije y volví a mi lectura. Ella rió.
— ¿Cómo es?, ¿es guapo?, ¿rico?, yo creo que sí, porque te trajo todo esto, joder, ¿es caliente?, ¿rompe coños? —dijo y a lo último abrí los ojos como platos.
— ¿Rompe coños? —dijo y me volví a reír.--- Breaks pussies, oh por Dios. —Volví a reír.
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OMEGLE | Jeon Jungkook
Roman d'amourEs una página para hablar con el mundo de lo desconocido, donde todos a veces desean tener un juego sexual, o donde realmente quieres conocer a personas que sienten o piensan igual que tú. Sólo fue por diversión que entré ahí, y... terminé magicame...