Parte 26 -27

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1, 2, 3... 34 llamadas pérdidas. 1, 2... 10 mensajes de texto. Veinte llamadas pérdidas de Jung Kook, diez de Amanda, y cuatro de Ho Seok, aunque estoy segura que no es Ho Seok. Y todos los mensajes son de Jung Kook:

''Tenemos que hablar''.

''Por favor, _____, contéstame el teléfono''.

''Perdón..''

''No me entiendes, y eso quiero cambiar, por favor, habla conmigo, es la única solución''.

Y mensajes de ese tipo eran todos. Cerré los ojos y suspiré entrecortadamente. ¿Desde cuándo había estado así?, desde que los pillé a los dos. ¿Y eso cuándo fue?, hace cuatro días atrás. Suspiré profundamente. ¿Alguna vez había estado así por un hombre?, no, nunca.

¿Cómo es que se ha podido meter en mi piel en tan poco tiempo?, fue porque yo lo dejé. Yo dejé que me hiciera el amor, que me hiciera suya, y ¿cómo resultó todo esto?, yo rota y siendo una más de la lista.

¿Por qué tenía que haberme enamorado de él?, ¿por qué justamente de él?, del chico que sabía que me haría daño. Lo sabía, y muy en el fondo de mi corazón, tenía esa ilusión de que podría cambiarlo, de que yo podría ser la razón de que él cambie. ¡Que ilusa soy!, como si eso fuera posible.

Mujeriego es, y mujeriego será siempre.

Acosté mi cabeza en la almohada y me obligué a dormir. Hace días que no lo hacía correctamente. Siempre me quedaba dormida a las tres de la madrugada, y luego despertaba a las siete de la mañana. Era la inquietud y la ganas de llorar que no me dejaban dormir.

Aún sentía ese hueco en mi corazón, ese vacío que no puedes reemplazar, ese dolor tan grande que no te deja respirar. Me sentía como nunca antes me había sentido en mi vida. Creí que podía controlarlo, que aún no había pasado tanto tiempo, que aún faltaba unos pocos días para caer aún más enamorada. Pero me equivoqué, ¿es así cómo se siente?, ¿el estar enamorada y no ser correspondida?, pues, que jodido es esto.

Me moví para otro lado.

Cerré los ojos, suspiré, y una silenciosa lágrima bajó por mi mejilla. Y bueno, después de eso, no tardaron aparecer los sollozos.

-Tienes que salir- susurró ella por el otro lado de la línea. Miré hacia mi armario y arrugué el ceño.

-No quiero, lo siento- dije, la escuché bufar mientras caminaba hacia mi cama.

-Por favor, necesito a mi mejor amiga- dijo ella, y casi pude verla haciendo un pucherito. Sonreí sintiéndome un poco con más de ánimo.

-Pues, me falta un poco las ganas, ¿sabes?- crucé las piernas mientras estaba mirando hacia la nada y escuchando como mi mejor amiga bufaba.

-Iré a tu casa e iremos al mall, te guste o no-. Refunfuñó.

-No te resultará está vez-.

-Tienes que escucharlo- ahora ella susurró. Abrí los ojos como platos.

-¡¿Qué?!, ¿por qué me estás diciendo esto tú?- dije enojada. Realmente me había molestado.

-____ ¡escúchame!, lo vi. Está horrible- ahora dijo apenada. -'Me reconcilié con Ho Seok-. Vaya, noticias.

-No quiero escucharte-.

-Dale una oportunidad-.

-La oportunidad se la di cuando le dije que sí- dije y corté. Y el celular no tardó en volver a sonar. Solté un grito y lo apagué.

No quería escuchar cómo estaba él. Seguro estaba actuando. ¿Lo ha hecho todo este tiempo?, ¿no?. Es un experto en eso.

¿En qué?, en hacerte sentir especial y que tú eres la única chica en su vida cuando está teniendo sexo duro con otra.

OMEGLE | Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora