Capítulo 6: "Noticias"

2.4K 106 26
                                    


Había pasado una semana aproximadamente desde que Ayase regresó al apartamento. Kanou no se había despegado  casi nada de él, pues, se sentía tan culpable por lo que hizo que prefería responsabilizarse por sus malas acciones. Almorzaba con el menor, comía con él, e incluso ya dormía con él, verificado que su rubio chico no le pasase nada malo; le ayudaba para que ingiriera su medicamento y no se le olvidase al menor. Aunque, lo que más incomodaba al rubio era cuando tenía que untarse esa crema para la infección en su ano; había mejorado bastante, pero eso no descartaba cuan avergonzado se ponía cuando el mismo prestamista se la untaba delicadamente.


Su cuerpo volvía a tornarse del color blanco y hermoso, sustituyendo el color amarrillo que tenía   por la anemia. Volvía todo a la normalidad, Kanou estaba volviéndose más cercano, lo cuidaba, lo protegía, pasaban más tiempo juntos, que incluso el mayor ya había descuidado un poco su trabajo, pero eso a él no le importaba mucho, pues, para eso tenía a los gemelos.


Pero, lo que comenzaba a incomodar más al menor, era ese constante dolor en su vientre, tenía unas pequeñas contracciones que no se explicaba la razón.


Fijó su mirada azulina en la ventana, pues, estaba recostado en la cama por orden del mayor, diciéndole que era por su salud; lo comprendía, incluso su cuerpo le demandaba descansar, se estaba volviendo tan débil, que culpaba la anemia por eso, su rendimiento cada vez se agotaba más.


—Ahh—. Suspiró Ayase mientras se acomodaba en posición fetal, le dolía tanto la cabeza, podía aguantar esas pulsaciones en sus sienes, pero su vientre le dolía más que eso, esas contracciones se volvían cada vez más molestas, a tal punto que en ocasiones no las soportaba. Pero, Ayase escondía lo que su cuerpo le pasaba, era tan difícil ocultar frente al prestamista lo que ocurría. Siempre había puesto de pretexto que se sentía cansado, aunque eso ya no comenzaba a funcionar, el mayor estaba sospechando que algo le pasaba, pero no quería preocuparlo.


Con su delicada y tersa mano se agarro su vientre, haciendo presión para que esas contracciones no las sintiese más.


— ¡Ayase, te traje comida!—. La gruesa y varonil voz resonó en toda la habitación, sorprendiendo al menor, haciéndolo saltar de la cama y caerse de ella. Ayase soltó un jadeo de dolor que fue escuchado claramente por el prestamista, éste no tardo y se dirigió enseguida al rubio para ayudarlo— ¡Ten más cuido, Ayase! ¡Te puedes lastimar!—.  El prestamista había soltado la comida y fue enseguida con el menor, ayudando a levantarlo.


—...P-Perdón..., es que me asustaste...—. Contestó Ayase al haberse ya incorporado; pero, en ningún momento había retirado su delicada mano de su vientre, no quería dejar de dar presión ahí, no quería desfallecer frente al prestamista por el dolor, pues, esa atenta y preocupada mirada oscura lo ponía bastante nervioso.


—Está bien, pero ten más cuidado—. El menor se sentó en el borde del colchón, aún sin dejar de presionar su vientre, que eso no había pasado por desapercibido el prestamista. El mayor volvió a tomar la comida y se la entrego al rubio. Al parecer era comida comprada. El rubio miro confundido al mayor, puesto que sólo había porción para un individuo.


—Yo no tengo hambre; no preguntes y come—. Demandó el prestamista mientras tomaba una silla y se sentaba frente del menor, cruzando sus brazos y piernas. Su mirada se clavó en la azulina del menor, este enseguida se ruborizó, su corazón empezaba a bombear más sangre de la normal, su respirar se volvía entrecortado, pues, tener posada la mirada del mayor en su débil y flaco cuerpo era algo vergonzoso para Ayase.

Afrontar realidades (Yaoi)[okane ga nai]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora