Día 2

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A nadie le sorprende, ni a mí, que yo despertara mucho más temprano que Lars. Fui tan vago que dormí con las mismas pilchas que usé en el viaje en coche. Era temprano, más o menos las siete según el reloj despertador a un costado de la cama. No logré dormir más porque los ronquidos de este tonto y sus espasmos a mitad de sueño me tienen en estado de alerta constante. Suspiré admirando su pálida piel y la baba que se le caía, recorriendo la almohada. En vez de sentir asco, suspiré porque es imposible enojarse con esa carita adorable.

Me levanté y de puntillas salí de la habitación, aunque creo que puede caer un misil cubano ahora mismo y él ni se inmutaría. Cerré la puerta. Mi nuevo foco de atención era el desastre que hacía James en la cocina; el rubio movía las perillas de la cocina a gas y apestaba bien feo. Al verme, se corrió para un lado, sabiendo que podía dejarme a mí esa tarea.

— Un poco más e iniciabas un incendio —Dije de broma, pero si quieren, no es una broma. Encendí correctamente la cocinilla.

— No sé, esas cosas de chicas... —Excusó encogiéndose de hombros, no parecía verle el problema a este hedor.

— ¿Querías... hacer el desayuno para todos? —Contemplé que había una bandeja de huevos y mucho tocino para que lo consumiera nada más él.

— No le digas a nadie. ¿Ok?

— Yo te ayudo, abre las ventanas mientras.

La incomodidad en su cara se notaba. Mejor no molestarlo. Preparé la mezcla de huevos con tocino y en un sartén aparte hice uno de huevo sólo para mí porque no consumo carne. Olía bastante bien para ser un aceite de quién sabe cuánto lleva acá. Al parecer, Cliff anoche hizo las compras en una tienda de conveniencia porque el refrigerador estaba lleno de alimentos procesados y cerveza. Las prioridades.

— Pondré la mesa —Advirtió Hetfield.

— Dale, yo avisaré a que vengan.

Toqué la puerta del cuarto de Cliff primero, es más fácil y duele menos lidear con él que con mi 'amado'. Entré, y me percaté de que él ya estaba despierto.

— Ya está listo el desayuno.

— Uhh, gracias, Kirk, yo pretendía levantarme a eso en un rato —Sonrió mostrando los dientes.

— Agradécele a James —Guiñé antes de salir.

Aclaré mi garganta y golpeé la puerta de nuestro dormitorio contra la pared, me coloqué al lado de la cama antes de brindar la bofetada más fuerte que pude dar en mi jodida vida.

— ¡Despierta, Lars! —No se crean. Con suerte rezongó— ¡Lars, p-por favor! —Odio actuar pesado y más quebrarme en este papel que me inventé recién de rudeza.

— ¿Mmmm...? —Abrió un ojo, levantó la ceja y su voz se calmó al identificar mi cara— Buenos días, Kirky —Abrió el otro ojo y estiró sus brazos, similar a los gatitos.

— Vamos a desayunar —Invité señalando el comedor—. Te espero allá...

Me retiré sin esperar una respuesta, tomé asiento en la mesa mientras mis dos compañeros acomodaban las cámaras justo para cuando el enano llegó, todavía en ropa interior y calcetines, y se acomodó al lado mío. Planté la vista en mi taza de café.

— ¿Café y huevos? —Destacó Ulrich— Te vas a cagar encima.

— Aquí huele como si tú te hubieras cagado encima —Contestó Clifford—. ¿Qué es eso? ¿Gas licuado?

James y yo asentimos.

— Larga historia —El rubio alto tosió y continuó comiendo—... ¿Por qué empezamos a grabar ahora?

Psicología (Metallica, KLARS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora