Día 9

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Para la cantidad que lloré anoche, siento que dormí una cantidad decente de horas y eso es gracias a que me alcoholicé, o sino, estaría sin pegar pestaña y más deprimido que antes. El beber me ayuda a dormir, a veces. Y eso no quita el hecho de que me sienta muerto por dentro. Que asco. Me inhalé mis mocos como pude hasta que en un momento no aguanté más y en el baño me limpié la cara como correspondía.

Fingí dormir con objeto de no tener contacto con Lars, él se levantó y no regresó en un buen rato, me imagino que ayudó a cocinar el desayuno pues oí movimiento en la cocina. Me mantuve rígido, si me movía tan sólo un poco, lloraría de nuevo y me negaba a quebrarme frente a los demás.

— A desayunar, Kirky —Llamó tras abrir la puerta y se fue, sin darme mayor importancia parece.

Me mantuve rígido. Pensé que al menos 'lucharía' porque no me inmute y 'sigo dormido'.

— Hey —Era James, quien entró a los minutos—, ya está servido.

Sin respuesta.

— Te conozco de hace años, Kirk, ojalá durmieras así de quieto —Destacó, sigo con los ojos cerrados, pero parecía que ahora estaba más cerca de la cama que antes. Intuyo que me está inspeccionando.

Suspiré fuerte.

— ¿Estás... llorando? —No sonó tan rudo como es lo usual.

Esas palabras me hicieron estallar y sollocé como un bebé.

— Mierda, lo siento. Te dejo tranquilo, le diré a Lars que no entre y puedas descansar —Terminó de pronunciar aquello y dio un portazo.

Menos mal, no hubiera aguantado un abrazo del rubio. Sorbí la mucosidad de mi nariz y refregué mis ojos. Odio esto. Necesito descargar toda esta pena. ¿Por qué? ¿Está jugando conmigo Lars? ¿Cómo se le ocurre? ¿Fue una broma o simplemente pensó que era buena idea besarme, coquetear conmigo y después decir que sólo somos amigos? ¿Alguna vez ha pensado cómo me siento en general? Tantas interrogantes y tanta impotencia que me llena.

Sin darme cuenta, caí dormido del agotamiento. Ha sido una semana horrible para mí y ya no puedo controlarme más.

Estoy en un salón de clases, el de mi curso, para ser específicos. Entré al lugar y veo panfletos con mi cara pegados junto a la frase 'marica' en mayúsculas, ¿qué está pasando? ¿Quién, aparte de Cliff, lo sabe? Alguien habló. Cuando mis compañeros divisaron mi presencia, comenzaron a apuntarme con el dedo y a reír a carcajadas. Recibí un empujón por detrás, volteé y recibí una patada en la parte de atrás de las rodillas, lo que me hizo caer de cara en el suelo. Los insultos eran tantos que no lograba asimilar cada una de las palabras, se mezclaban en el aire y golpeaban mi cara, de modo metafórico tanto como literal.

— Mierda, Kirk, haz sido un cobarde todo este tiempo, que tuve que decir la verdad a los demás —Ese diálogo lo comprendí a la perfección, contemplé al castaño de gran estatura y bigote que me incriminaba con la mirada, estaba de brazos cruzados y molesto.

Cobarde... Soy un cobarde...

Desperté gritando y todavía llorando, ¿lo habré hecho también en mi sueño? Me imagino que sí, Lars estaba al lado mío sacudiéndome.

— Kirk, Kirk —Repetía—. ¡Respira!

Mi respiración era agitada, no iba a controlarme. Lo contemplé aterrado, pues eso es lo que soy: un cobarde.

— Estás muy alterado... —Colocó su mano en mi hombro a modo de consuelo, yo me sobé el pecho pues sentía que se me saldría el corazón.

— Tuve...

— Lo sé —Interrumpió— ¿Qué soñaste?

— ... —Mantuve el mutismo por un prolongado tiempo, hasta poder recuperar el aliento y me senté en la cama— Ya no importa —Exhaló, decepcionado.

— Te dejé el almuerzo dentro del horno, sólo debes calentarlo.

¿Almuerzo? ¿Qué jodida hora es?

— Gracias —Musité con frialdad.

En la cocina, encendí el horno y coloqué los cubiertos sobre la mesa, esperando que mi comida se caliente. El estómago me ruge horrible y mi pie da golpes contra el piso en un tic nervioso. Me aferro con torpeza a la encimera de la cocina, si tuviera las uñas más largas, seguro se me rompían por la fuerza descomunal que estoy aplicando para mantenerme de pie.

— Estás muy frío —Acotó Ulrich.

— Mm, sorry —Mi vista estaba en el horno que calentaba mi porción de frijoles. Cualquier paso en falso me derrumbaría al suelo.

— ¿Te estoy molestando? —Cuestionó sarcástico— Oh, mierda, ¡lo siento! —Volteó de regreso a nuestro cuarto.

— N-no... Lars... —Supliqué en un hilo de voz, lo último que quiero es que él esté enojado conmigo.

— Te dejo. Nos vemos a la noche, supongo —Encogió los hombros, parecía tan frustrado y desinteresado al mismo tiempo.

Suspiré asqueado. Nada que hacerle.

Almorcé de mala gana, porque evitar comer me haría peor. Me siento enfermo físicamente, ya todo está arruinado, voy a arruinarlo más porque no puedo imaginarme sintiendo algo que no sea agonía.

Regresé al parque y compré... ya saben. Me encerré en el baño, no voy a ser tan estúpido de arriesgar que me pillen en la calle. Abrí la bolsita y vertí parte del contenido sobre una de las llaves de mi casa, me mantuve sereno dentro de mi enfermedad e inhalé el polvo blanco lo más rápido posible. Tosí y se me cayó la bolsa al piso de la impresión. Mi ñata sangra. Arghhh... Limpié mis llaves en el lavamanos y recogí la bolsita, la sellé de nuevo. Con mi mano recogí el polvo que ensució el piso. Me da lo mismo desperdiciar si debo ser precavido y no dejar evidencia, me lavé las manos. La cocaína solidificada me generó náuseas.

Salté de la impresión. Cliff empezó su práctica de bajo. No tiene pinta de que alguien venga al baño por ahora, por lo que decidí echarme en el suelo, contemplando el techo y temblando como un perro rabioso. Siento que estoy en el cielo y el infierno al mismo tiempo. Nunca había hecho eso de consumir sustancias más de una vez a la semana. No quiero hacer esto y no puedo evitarlo. Soy un inútil. Soy un... un...

Me quité la chaqueta, hace demasiado calor. Mi camiseta está toda sudada. Me la quité también. Si Cliff es capaz de estudiar tantas horas al día con su instrumento, ¿por qué yo no? Traje a pasear esta guitarra parece. Da lo mismo la mierda que me dijo Lars, él no es mi vida entera. ¿Por qué me estoy echando a morir por esta estupidez? YO SOY FUERTE. Soy capaz. Poseo mis deseos aquí en la palma de mi mano. Debo demostrar en este estúpido reality que yo no estoy muerto por dentro y que, de hecho, voy a sacar a los demás adelante en este jodido proyecto inútil.

Fui por mi guitarra y comencé a improvisar a todo volumen, teniendo una cámara grabándome desde la perspectiva del suelo. Este documental ya está jodidamente sepultado. Mañana nos vamos. Debo demostrarles mi libertad y lo pleno que me siento en este momento. Que jodan a Lars. Si él quiso jugar conmigo, no tengo por qué ser débil y dejarme pisotear. Voy a demostrarle lo que soy.

Toqué por horas y horas sin parar, las yemas de mis dedos sangraban.

Nadie podrá frenar a la bestia que me siento en este momento.

Psicología (Metallica, KLARS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora