Día 6

152 17 1
                                    

(Advertencia: El capítulo incluye contenido sexual explícito y consumo de sustancias ilegales duras.)

-----

Seamos honestos, el bailar con un Lars semi desnudo y cantar canciones de metal a medianoche fue una de las experiencias más bonitas dentro de este proyecto. Me recordó a las tonteras que hacíamos en los recreos o fuera del colegio. Todos saben que estoy fuera de mí y que me siento en constante amenaza, Lars lo sabe específicamente y él es mi razón de perderlo todo. En fin.

Hoy salté de la cama al despertar.

— Fock, ¿y eso? —Cuestionó Ulrich, mirándome como si fuera un bicho raro. Su expresión me daba a entender que estaba consciente de mucho antes.

— Yo... Yo... —Sus ojos de esmeralda, el modo en que se aferraba a la cama sentado y todavía agitado por el susto que le pegué.

El sueño que tuve.

Corrí al baño, tapándome la entrepierna. Mi respiración era pesada. Dios, necesito ayuda y a Cristo, para especificar. Coloqué el seguro en la puerta, procedí a desnudarme y activar la ducha. La mirada la posé hacia mi miembro erecto. Somos hombres, sé que es normal despertar con este tipo de problemas, lo que no es normal es ponerme a soñar con situaciones apasionadas al mismo tiempo que compartimos cama. Agradecido de no expulsar fluidos durante la noche... o eso creo. Fui tan rápido al huir de la escena que no divisé lo importante.

Entré a la ducha y permití que el agua caliente me envolviera a su vez que cerraba forzosamente los párpados. Aquella vívida fantasía... él olía increíble. Estaba desnudo y su lengua se deslizaba por el costado de mi cuello, mi anatomía se estremecía con demasía y su tacto me mataba. Estimulaba mi zona íntima con ambas manos. Yo jadeaba y aferraba mis manos a las sábanas, incapaz de resistirme a la excitación y el vigor que él me otorgaba...

Mordí mi labio inferior, tratando de no hacer ruido. Aquellas caricias me tenían hiperventilado. No... puedo...

Voy... a...

Gruñí, casi perdiendo el equilibrio y, de repente, todo se fue a negro.

Carraspeé en busca de aire. Lo primero que vi al abrir los ojos fue la potente carga que expulsé, yéndose por el desagüe. Una semana sin tocarme parecían meses por la desproporcional cantidad de esperma que quedó pegada en el suelo. Exhalé, teniendo un momento de epifanía y cambié la temperatura del agua. Requiero toda esta jodida frialdad. Tirité, avergonzado por lo que acababa de cometer.

El desayuno fue un calvario. Este profundo sentimiento de culpa me carcomía y cada elemento de mi entorno me acribillaba. La luz roja que emitía la cámara al grabar nuestra comida, el choque de las cucharas contra la taza al revolver el azúcar, los sorbos exagerados, el crujir del pan tostado... Quizás, debería estudiar. Ellos saben que me veo enfermo, hoy decidieron conversar payasadas entre ellos y no cuestionaron nada. Ya debieron acostumbrarse a mis estupideces.

No me atreví, en ni un momento, a mirar a los ojos a Lars. De hecho, pretendí que no existía por el período que duró esta zona común. Puedo imaginar mi cabeza explotar, de modo literal, lanzando piezas de mi cerebro por todos lados. Reí para mis adentros.

Lavé los trastes, no permití la ayuda de nadie. Necesito tiempo a solas.

Salí al patio junto al libro de psicología y pretendí estudiar por un buen rato. Imposible. El suelo retumbaba producto del ensayo de Cliff en su cuarto. Bramé en voz alta. Se sabe que es imposible dialogar con él en ese ámbito. Preferí tomar aire por un momento. Esta culpa debe irse antes de que explote, aunque me siento en el borde del abismo desde que llegamos a este lugar y no puedo sostenerme más.

Psicología (Metallica, KLARS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora