Capitulo 8 - Otro cambio

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-*Hace una llamada* "Hola, cómo amaneces, hoy es un día muy bonito para salir al parque y es domingo te gustaría salir". Dice el narrador contento.

-"Amanecí medio floja, pero si me gustaría salir para el parque ya me arreglo pase por mi en 30min". Responde la fiel oyente.

-"Ok, yo voy preparar unos sándwich para comer" Dice le narrador.

*Cuelga*

-"Bueno ahora de que voy hacer los sandwiches" se dice él mismo.

Llega al parque

—"Vez, hoy el día está muy agradable en el parque". Dice el narrador.

—"Bueno me gustaría continuar dónde me quedé ayer contigo". Expresa el narrador viendo hacia al cielo.

Otro cambio

Era obvio que había que organizar todo de nuevo para irse a la casa del tío de Eli, que estaba enfermo de diabetes y siempre había que ayudarlo con la medicina, ya que la vista tampoco le servía mucho. Después de tener todo empaquetado para mudarse, el proceso fue muy rápido. La verdad es que les tomó como 12 horas completar toda la organización y acomodar todo en su lugar. Los días fueron pasando y las cosas parecían estar normales. Hubo días de compartir con el tío Eli, ya que en cualquier momento podría no recuperarse. Casi toda la familia de la madre de Eli estaba allí, los días fueron bonitos. Eli tenía la fe de que su tío se iba a recuperar, pero esa madrugada, después de cumplir un mes en la casa de su tío, todo cambió.

Madrugada triste

Esa madrugada fue extraña para Eli. Había tres cuartos y Eli dormía en una cama aparte en el mismo cuarto que su tío para estar pendiente de él. Eli se despertó la primera vez y se dio cuenta de que su papá había entrado, pero el sueño de Eli no le permitió escuchar bien y volvió a quedarse dormido después de unos minutos. Su papá estaba sentado en su cama, pero Eli no le prestó mucha atención de nuevo. Cuando Eli se despertó por tercera vez, ya no estaba en su cama sino en la de su madre. Al despertar, vio a su madre llorando. Sin saber nada, Eli se quedó en shock. Su padre entró y le dijo que era duro decir esto, pero su tío había fallecido. Eli se sintió devastado y lo vio por última vez en su cama. Devastado por la noticia, recordó la última charla con él, y siempre la recordará.

Día durante la ida

Era de esperarse que iba a ser la despedida del tío de Eli, muy triste tanto para la familia de Eli como para la familia de su tío. Nunca Eli había visto tanta gente reunida ese día, tanto que había gente que jamás había visto en su vida. Fue raro para él. Pasaron solo dos días para que toda la familia pudiera enterrar el cuerpo de su tío. Fue un momento muy desgarrador para el corazón de Eli, ya que jamás le había pasado esto. No hay descripción gráfica de cómo se siente el corazón de alguien después de perder a alguien tan querido, como un familiar, solo metáforas que pueden expresar este dolor.

Después de que todo pasó

Después de que pudieron enterrar el cuerpo del tío de Eli, como hormigas sin reina, todos se dispersaron y volvieron a sus vidas cotidianas. Pero había algo que dejaba en duda. La familia de Eli se había mudado literalmente a la casa de su tío para cuidarlo, y ahora que él ya no está, ¿qué va a pasar con la familia de Eli? No había un testamento que dijera que estaba a nombre de alguno de la familia. Fue algo en lo que no se pusieron de acuerdo ninguno de los familiares por parte del tío de Eli, ya que era una tierra rica en cacao y café. Pero no había nadie tan dispuesto a cuidar esas tierras como la familia de Eli. Estaban tan descuidadas por tantos años, que la familia de Eli en tan pocos meses pudo recuperar la cosecha de la siembra de cacao y café. Pero siempre hay que esperarse antes de hablar. Ya se había rumoreado entre los familiares que las tierras estaban en perfecto estado, y se le exigía a la familia de Eli que alguna parte de las ganancias de las tierras tenían que ser pagadas a los familiares. Esta decisión la vimos como muy egoísta porque no pusieron ni un grano de arroz para cuidar esas tierras. Y así empezó una batalla por adueñarse de aquellas tierras que estaban envueltas de maldad y envidia. Así era como lo veía el pequeño Eli en aquellos años. No podía ser cierto. Eli decía: "¿Cómo siendo nuestros propios familiares nos hacen tanto daño?" No tenían empatía o, en este caso, no tenían corazón. Hubo tantas peleas entre los familiares entre sí, que ya se hacía sentir que iba a pasar un cambio más grande en la vida de Eli.

"¿Qué tal te pareció el día en el parque?" —Dice el narrador.

"Un hermoso día fue" —Dice la fiel oyente.

"Pues mañana, te buscaré para contarte más sobre el gran cambio" —Dice el narrador.

"Me parece una perfecta idea, te espero" —Dice la fiel oyente.

A tus pasos - Yeshua MedinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora