Capítulo 3

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Aunque al principio había llegado a la aldea con el único propósito de encontrar la Flor Lunar para salvar a su hermano, ahora se daba cuenta de que su viaje tenía un propósito mucho más grande y significativo.

Con el tiempo, Luna y Madre Miranda se volvieron aún más cercanas, compartiendo sus conocimientos y experiencias mientras trabajaban juntas para proteger la aldea y mantener el equilibrio entre la vida y la muerte.

En un momento de complicidad, Luna le reveló a Madre Miranda sobre su hermano enfermo y su desesperada búsqueda de la Flor Lunar para curarlo. Madre Miranda ofreció su ayuda y sabiduría, prometiendo hacer todo lo posible para ayudar a Luna en su búsqueda.

A medida que Luna pasaba más tiempo en la aldea y se acercaba a Madre Miranda, comenzó a descubrir el oscuro pasado de la enigmática líder y los sacrificios que había hecho para mantener el equilibrio en la aldea.

En una noche oscura y tormentosa, Luna se encontró con Madre Miranda en su estudio privado dentro de la mansión. La joven botánica estaba ansiosa por encontrar respuestas sobre la Flor Lunar y el vínculo entre esta planta y la líder de la aldea.

El estudio de Madre Miranda estaba lleno de libros antiguos y pergaminos, cada uno conteniendo conocimientos ancestrales sobre la aldea y su relación con la Flor Lunar. Velas parpadeantes iluminaban la habitación, creando sombras que bailaban en las paredes.

Madre Miranda, con su porte majestuoso y su mirada profunda, se sentó en una silla tallada con detalles intrincados. Luna, nerviosa pero decidida, tomó asiento frente a ella.

Madre Miranda: "Has demostrado valor y dedicación en tu búsqueda, Luna. Es hora de que conozcas la verdad".

Con una mirada penetrante, Madre Miranda comenzó a narrar la historia de cómo, hace muchos años, ella había descubierto la existencia de la Flor Lunar y su poder para mantener el equilibrio entre la vida y la muerte en la aldea. Desde entonces, se había convertido en la protectora de la planta, asegurándose de que solo aquellos dignos y con buenos propósitos pudieran encontrarla.

Luna escuchó atentamente mientras Madre Miranda le revelaba los secretos más profundos de la aldea y cómo su destino estaba entrelazado con el de la Flor Lunar. La joven botánica comenzó a comprender la magnitud de la responsabilidad que recaía sobre Madre Miranda y cómo la Flor Lunar era una fuerza crucial para mantener el equilibrio en el mundo sobrenatural que habitaba.

La historia de Madre Miranda se remontaba a siglos atrás, cuando ella era una joven aldeana con un talento innato para la ciencia y la medicina. Fue durante una expedición en busca de plantas medicinales que descubrió la existencia de la Flor Lunar en una cueva escondida en el corazón del bosque.

El poder curativo y protector de la Flor Lunar era inmenso, y Madre Miranda comprendió de inmediato su importancia para la aldea. A partir de ese momento, asumió la responsabilidad de protegerla y asegurarse de que solo aquellos que respetaban su poder pudieran tener acceso a ella.

Pero no todo fue fácil para Madre Miranda. A medida que pasaban los años, la aldea se enfrentó a amenazas externas e internas que intentaban apoderarse de la Flor Lunar con fines malévolos. Madre Miranda tuvo que tomar decisiones difíciles y hacer sacrificios para mantener el equilibrio en la aldea y proteger a los inocentes.

Madre Miranda: "Eva era mi todo, mi razón de vivir. Su partida dejó un vacío que nunca podrá ser llenado. Pero encontré consuelo y propósito en la protección de esta aldea y de la Flor Lunar. Es mi deber asegurar que ninguna fuerza malévola se apodere de su poder".

Luna sintió empatía hacia Madre Miranda y su pérdida devastadora. Aunque ambas provenían de mundos muy diferentes, ambas compartían el dolor de la pérdida y la determinación de proteger a aquellos a quienes amaban.

 ℓα ƒℓσя ℓυηαя -  eɴ edιcιóɴ ✖ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora