Capítulo Catorce

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—Era imposible en ese entonces y también lo es imposible ahora

—¿Restaurar el planeta?

—No... estar juntos

¿Acaso Giorno habló de estar juntos?

Fugo y Narancia seguían espiando la conversación con el aparato amplificador de ondas sonoras de la cápsula de compresión de Fugo, al parecer la restauración planetario no era la única razón por la que Giorno se había interesado en regresar a aquel planeta.

—La primera vez que aterrizaste, yo pensé en saludar a esa hermosa "chica tomboy de cabello negro y traje azúl"—Mista sonrió—Vaya que me dejó loco esa chica; sus hermosos ojos, su expresión seria pero acogedora, su delgada figura

Mista hizo una pausa para tomar aire producto de la contaminación y prosiguió.

—Y sus grandes pechos... No eran más que grandes pectorales—Mista sonrió mirando a un lado—¿Y qué? Aun siendo un chico, era el más hermoso de todos para mi, y lo sigues siendo, pero...

—Pero los restauradores de planetas tienen una estricta política en cuanto a estándares de parejas como edad, ascendencia planetaria, género apto para procrear herederos restauradores—Giorno pateó una roca de cenizas— Entre otras más como salud física, preparación intelectual, todo lo mejor para un linaje lleno de restauradores ¡Puras estupideces, QUE INÚTIL, MUDA!

—Por eso te dejé ir, porque toda la galaxia sabe de la grandeza de quienes son sanadores de mundos en agonía—Mista hablaba deprimido—Y no es como que este planeta horrendo tenga salvación, pero es mi hogar y le tengo cariño, no quisiera irme de aquí pero tampoco quisiera volverte a perder

—Yo quisiera estar contigo, pero es muy complicado—Giorno suspiró—De hecho una parte de mi aceptó seguir las coordenadas de la llamada de Narancia porque quería verte una vez más

Ambos lucían tristes, Narancia quería ir a interrumpirlos y hacer algo al respecto, así como ayudó a Bruno y Abbacchio. Fugo era consciente de que eso no estaba en sus manos y que lo mejor era irse del planeta y dejarlos solos en sus asuntos. Pero Narancia se volteó en dirección donde sus amigos para ir a interferir y ayudarles, Fugo lo detuvo tomándolo de la muñeca de su brazo, pero eso no fue suficiente y no le quedó más remedio que ir con él. 

Fugo solo quería estar tranquilo sin meterse en problemas que no le correspondía, pero no podía dejar solo a Narancia porque era quien le daba estabilidad emocional y a la vez, quien desestabilizaba su paciencia.

Aunque Fugo no tenía ganas de entrometerse, entendía muy bien el motivo de aquella angustia para ambos, ya que estaba bien enterado de muchas cosas al venir de un planeta de eruditos. Los restauradores y héroes Joestar tenían sus propias leyes, su estilo de vida y forma de ser, pero aunque Giorno era un restaurador perdido de una rama no reconocida del todo, seguía siendo parte del "elenco principal" de estos héroes intergalácticos quienes debían ser ejemplares.

Mista nunca estaría a la altura,no sería aceptado aquél romance por no encajar con varios de los requisitos. Fugo comprendía esto muy bien y era por lo que temía entrometerse en asuntos de otras familias y otras especies, lo lógico era estar al margen de ese problema, pero Narancia no conocía lo que era mantenerse al margen si había impulso del corazón de por medio.

—¿Por qué no se quedan juntos si se aman?—preguntó Narancia acercándose—¡No tienen que hacerle caso a nadie más que a su corazón!

—No te entrometas Narancia—Regañó Fugo siguiéndole desde atrás—Aunque quieran seguir sus ideales y sean nobles, deben respetar las reglas

Amor Estelar [FugoNara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora