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Hoy mis lágrimas fueron notorias al despertar.

Mis labios clamaban sin consuelo por la cercanía de su piel, por sentir nuevamente ese tierno roce de dos personas sedientas de amor.

Sus labios eran la mejor cura para mis pesares

Eran capaces de llevarme al cielo.

A veces sin siquiera un roce ya eran capaces de crear cosas en mi que nadie jamás había logrado

Ella saco lados de mi que no me atrevo a mostrarle a nadie más.

Solo ella fue capaz de quitar mis máscaras y mostrar quién soy en realidad.

Sus labios dejaron marcas en mi que jamás creo poder borrar.

Ella fue la muestra que la vida me dió para darme a entender que no todo es malo.

Pero es mi culpa.

Que mis labios la deseen.

Que mi piel la necesité.

Que mis manos requieran tenerla.

Que mis ojos lloren al no poder verla.

Todo esto es mi culpa.

Los actos tienen consecuencias y yo estoy pagando aquello a lo que siempre le temí.

No pensaba que algún día esto podría pasar.

No estaba preparado.

Y ahora me toca ser expectante de aquella realidad la cual siempre odie en lo más adentro de mi mente.

Una vida sin ti no es vida.

Me hice cenizas dentro de mi propio infierno.

Te necesito amada mía.

Pensamientos de una persona arrepentidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora