Capítulo 5.

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No, no podía ser posible, era imposible, no, no podia ser, mis padres no estaban muertos, no por favor, no... ahora tenía sentido por qué todos estaban tan raros... Pero no podía ser eso, eso no...mis padres, muertos, sin vida, por una casa en llamas, solo eso, no,no, no por favor.

No me lo podía creer, no podía hacer nada, solo pensaba y negaba y pensaba. No podía moverme y como mucho respirar. Escuchaba voces, pero eran muy lejanas. No podía ver nada, todo era borroso, todo era oscuro. No me lo podía creer, y si era cierto, lo que me costaría aceptarlo serían muchas noches y espero no acabar con la paciencia de la luna.

Sentí que muchos me gritaban y alguien me agitaba, no lo sentía directamente...era...como un sueño y me estaba despertando de él. Escuché la voz de Laura suplicándome algo y después la de mi madre ahí intenté reaccionar pero no lo logré, escuché uno pitidos rápidos como unos latidos después sentí que dejaron de agotarme pero no gritarme. Alguien me elevó y me dejó tumbado en algo incómodo y justo ahí los pitidos pararon y no volví a escuchar a mi madre.
Sólo unas simples voces pero no eran suyas hasta que poco a poco todo fue siendo más lejano y más oscuro.

-¿Esta despierto ya?

-No lo sé Marta, nos lo tiene que decir la enfermera...

Pablo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora