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Se encontraba dando vueltas al rededor del lugar, sintiendo como su lobo se removía en su interior con ansiedad.

Desde que el Omega había entrado al palacio, su lobo se mantenía muy inquieto, dando vueltas en su interior y alerta a cualquier cosa que pasara. Todo aquello era nuevo para él, debido a que nunca lo había escuchado, mucho menos sentirlo.

Solamente una vez, la primera vez que su lobo le habló fue cuando se presentó. El pequeño príncipe en esos momentos se sentía triste por su gran desgracia y fue inevitable no gritarle a su lobo y decirle que lo dejara en paz, que nunca más le volviera a hablar y que sería mejor si se llegaba a morir.

Palabras de las cuales llegó a arrepentirse, pero no lo culpen, él creía que su pequeño lobo tenía la culpa de que no fuera un Alfa. Un digno heredero.

Por un momento, llego a temer por su trono, ya que al poco tiempo sus padres le dieron la noticia de que tendría un hermano. NamJoon sintió temor de que este fuera un Alfa y reclamara lo que le correspondía a él por derecho de primogénito.

Cuando nació el cachorro, NamJoon olvidó por completo todo aquello, su hermanito era tan tierno y tan indefenso que juró protegerlo con su vida, y así lo hizo, hasta que su hermano se presentó como un Omega.

Por una parte NamJoon se encontraba feliz, pero por otra hubiese preferido que su hermano fuese un Alfa, ya que los pocos días, el príncipe Alfa del reino Euphoria pidió su mano en matrimonio. NamJoon se reusó a dejar ir a su hermanito con un desconocido, pero TaeHyung parecía muy emocionado con la idea y no les quedó nada más que llevar a cabo la ceremonia.

Pero a estas alturas, NamJoon había decidido nunca casarse, rogaba a la diosa para nunca encontrar a su destinado, a aquel Alfa que había sido creado para él, de ser así las cosas serían desastrosas, pues había una gran posibilidad de que sus lobos se llamaran, pidiendo su unión, entonces el pueblo los juzgaría de Deltas, el nombre que se da para el Alfa que se une con otro Alfa y aquello era completamente prohibido.

Sin mencionar con que si reino era todo para él, un matrimonio sería una debilidad y algo que no le permitiría gobernar correctamente como lo ha estado haciendo hasta ahora.

Unos toques en la puerta lograron sacarlo de sus pensamientos, levantó la vista y recordó que había mandado a llamar al Omega, mismo que con sólo su presencia lograba hacer infinidad de estragos en su interior, pero por su bien y el del Omega fingiría que no sucedía nada en su interior, que no había una tormenta que lo consumía por completo y actuaría frente a él como si nada estuviese sucedido.

Se dirigió a paso lento hacia la puerta, donde antes de abrir dió una profunda bocanada de aire, aunque se extrañó cuando a sus fosas nasales no llegó el dulce aroma perteneciente del Omega.

Abrió con rapidez la puerta, teniendo la esperanza de que no se tratara del Omega, pues su aroma era sumamente adictivo y lo que menos quería era que lo escondiera.

Al momento de abrir, sus ojos y los del Omega se conectaron de manera increíble, era como si existiera un imán que atrayera sus miradas, sus lobos, sus almas, todo tan mágico e ilógico a la vez.

Todo tan hipnotizante, hasta que el Omega desvió su mirada. Estaba consciente de que se trataba del rey, como Omega estaba completamente prohibido ver fijamente al rey, no importaba si este en realidad era también un Omega, ya había roto muchas reglas, ya no quería agregar más a su lista de sentencia de muerte.

—S-su majestad.—Inclinó su cabeza y su cuerpo como signo de respeto.—¿Ha solicitado mi presencia?

—S-sí.—Carraspeó, para después hacerse a un lado.—Pasa.—El Omega hizo caso sumiso, ingresando de inmediato a la habitación del rey. Pegando un brinquito cuando la puerta fue cerrada de una manera muy descuidada.

Fue entonces que Jin cerró sus ojos con fuerza y rogó a la luna para que el rey no se encontrara molesto.

—Te llamé para darte esto.—Tomó una katana que se encontraba a la orilla de la habitación, para luego entregársela.—Tendrás que aprender a usarla y para eso necesitarás un buen entrenador.—En ese instante unos toques en la puerta interrumpieron al rey, el cual se dirigió hacia la puerta con aires de realeza, cosa que dejó plasmado a Jin con un rubor en sus mejillas, ¡estaba en la habitación del rey!—El es Jung Ho Seok y será tu entrenador.—El mencionado hizo una respetuosa venía, para después saludarle.

—Será un placer entrenarlo, su majestad.—Tanto el rey como SeokJin se quedaron perplejos, ¿Acaso creía que el rey y él...?

—A-ah, nosotros no…

—No, nada…—Ambos negaron al mismo tiempo en medio de balbuceos, entonces el Alfa pelirrojo comprendió la situación.

—Entiendo, ¿sería tan amable de acompañarme al lugar dónde se llevarán a cabo sus entrenamientos?—Pidió el Alfa pelirrojo.

—Por supuesto.—Accedió rápidamente el Omega, para después seguirlo y ser continuado por el rey.

Se dirigieron hacia un salón grande, uno que claramente era de jade, sólo que mantenía un círculo en el suelo, en el cual había una piedra preciosa de jade plasmada en pintura. Cosa que intrigó a SeokJin, ya que la mayoría del palacio era de jade, tal vez el jade tenía un valor sentimental para la corona.

SeokJin tardó un poco en darse cuenta que el círculo se trataba de un campo de batalla, hasta que se dió cuenta que se encontraba en un nivel de altura más bajo, era uno esos donde se tenía que luchar contra un contrincante mientras eran observados por el rey y este eligía que castigo ponerle al perdedor.

Y fue ahí que lo entendió todo, el rey sabía que perdería contra un luchador excepcional, así que quería ver cómo lo hacían trizas en el campo de batalla y no sólo eso, sino que se divertiría otorgándole un castigo y todo por haber escuchado esa conversación. Aunque a decir verdad, sentía que ya estaba delirando un poco.

—¿Estás listo?—Preguntó el Alfa pelirrojo junto a una sonrisa. SeokJin asintió sin saber que es lo que debía de hacer.—Bien, lo primero que debes hacer es desenfundar tu arma.—Le quitó la funda a su propia katana, poniéndolo de ejemplo para que el contrario hiciera lo mismo. SeokJin lo hizo con delicadeza de no cortarse en el proceso y vaya que lo logró.

—Bien, te enseñaré los pasos básicos para un principiante. . .

El Alfa se encargó de enseñarle paso a paso al Omega lo que debía hacer, fue muy paciente y generoso cuando a Jin se le dificultaba algo. Todo bajo la intensa mirada del rey.

Después de horas en entrenamiento sin descanso, el Omega comenzó a sentirse mal, su cuerpo pesaba y le era imposible evadir los ataques del Alfa, a pensar de haber aprendido rápidamente.

Fue cuando el pelirrojo y él se encontraban en una batalla muy reñida, el metal de sus espadas resonaba por las paredes del salón, hasta que en un punto quedaron totalmente encontradas, donde comenzó la prueba de resistencia, el que aguantara más tiempo y ejerciera más fuerza sería el ganador.

Pero había sido demasiado esfuerzo, demasiadas horas y el cuerpo del Omega no pudo más y terminó por desplomarse en el suelo.

Una vez en el suelo, miró como el rey corría con preocupación a su encuentro y después de eso todo se volvió negro…

♚REY OMEGA♚ [KNJ & KSJ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora