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Meses después…

—¡Dónde está!

—Su majestad, lo hemos buscado por todo el palacio, pero no hay señales de él.

—¡Busquen a las orillas de los jardines! Tiene que estar en algún lado—ordenó.

Caminaba por los pasillos del palacio, seguido por sus guardias reales, llevando su mirada de un lado a otro en busca del Omega escurridizo.

—¡SeokJin!—gritó. Su voz resonó por todo el palacio, intimidando a aquellos sirvientes que pasaban por ahí.

Llevaba al rededor de dos horas buscándolo, pero no lo encontraba por ningún lado. Fue por eso que se vio obligado a pedir ayuda a sus guardias y sirvientes. Sin embargo, por más que buscaban, no tenían éxito.

—Mi rey, ya lo hemos buscado hasta debajo de las rocas. ¿Quiere que enviemos a la caballeriza a buscarlo por el pueblo?

—No—negó, para después continuar su camino hacia su habitación—. Sigan buscando y si no lo han encontrado para la mañana, estarán en serios problemas—. Una vez que llegó a su habitación, cerró la puerta con brusquedad, dejándolos atónitos.

Encontrándose en la privacidad de su aposento, soltó un suspiro, mientras peinaba su cabello hacia atrás con frustración.

—¿Dónde demonios estás?—susurró para sí mismo.

—JAJAJA.

Una risa escandalosa dentro de su habitación, llamó su atención. Se dió la vuelta y ahí estaba, camuflajeado entre sus sábanas.

—¿Qué demoni-

—Oh, ¿Me estaba buscando?—fingió ingenuidad.

—¡SeokJin!

—JAJAJA.

—Hiciste trampa. Dijiste que estaba prohibido esconderse en el cuarto del otro.

—Lo hice cuando comenzó a usar a sus guardias y sirvientes para encontrarme. Hizo uso de su poder y eso no es justo—cruzó sus brazos, junto a un mohín.

—¿Qué esperabas? No te encontraba por ningún lado. Ya había comenzado a…preocuparme.

El Omega escurridizo salió de las sábanas que hace unos instantes le habían servido de camuflaje, para después acercarse con lentitud hacia el rey, ya que temía que se encontrara molesto con él.

—¿Está… molesto conmigo?

De pronto, el rey, aprovechó el acercamiento para saltar sobre el otro Omega y tumbarlo sobre la cama real, para después comenzar a reír como unos niños.

—No estaba molesto, solamente me preocupé—dijo, mientras veía con gracia al Omega debajo de él.

—¿Le preocupaba que me hubiese pasado algo o que hubiera escapado?—preguntó SeokJin, con gracia, a lo que el rey pareció pensarlo.

—Mmh, ambas. Pero más que hubieras escapado. Porque de ser así, ya no tendría a nadie con quién jugar.

—Ja, ja. Su majestad acaba de hablar como un niño pequeño y mimado.

—Solamente cuando estoy contigo me vuelvo a sentir como un niño…—asintió.

Dejó de sentarse a horcajadas sobre SeokJin, para después acostarse a su lado. Se veían frente a frente, sintiendo la respiración contraria golpearles tan cálidamente.

—Debió ser dura su niñez…—dijo, sin analizar bien su pregunta, arrepintiendose al instante.

—Lo fue…—asintió, sin embargo no quería hablar del tema—. Pero es cosa del pasado y el pasado afortunadamente, ya pasó—carraspeó—. ¿Te gustaría dormir aquí? No tengo ningún problema.

—¿Un sirviente durmiendo en la cama del rey? Eso no está bien visto.

—No eres un sirviente, eres mi guardia real. Además, somos amigos, ¿Qué tiene de malo que dos amigos duerman juntos?

—Recuerde que ellos nos ven como Alfa y Omega. Así que no creo que nos vean como amigos, señor—susurró.

—Pfff, ya, mejor duerme, SeokJin. Todos deben estar ocupados buscándote.—el mencionado formó un puchero, para después darle la razón.

Se cubrió con las sábanas, al igual que el rey, para después soplar sobre el fuego que iluminaba la habitación. Seguido de darse la vuelta, al igual que el rey.

Sabía que debía dormir, pero no quería hacerlo, no sin antes acercarse al rey más de lo que ya había progresado.

En aquellos meses que habían transcurrido, SeokJin aprendió que el rey vivía detrás de un escudo para evitar ser lastimado. Es por eso que se había propuesto demostrarle ser buena persona y buen súbdito, uno que nunca lo dañaría ni traicionaría.

—¿Sabe? Yo tuve una bonita infancia. Mis padres me amaban y siempre trabajaban para darme lo mejor…—mencionó SeokJin en medio de la oscuridad, captando la atención de un NamJoon somnoliento—. Lo malo de esa época eran los niños de la aldea. Ellos siempre me decían que era una niña y que me comportaba como una. Yo siempre trataba de ignorarlos e insultarlos de la misma manera que hacían conmigo. Y realmente funcionaba… Hasta que un día, esos niños comenzarón a lanzarme piedras…—de repente, se detuvo para poder pasar saliva—, gritándome que fuera un niño de verdad y dejara de actuar con tanta delicadeza. Se burlaron de mí y me pusieron un vestido, me pintaron los labios de rojo y después, se fueron…—su voz se quebró por un momento, sin embargo, se mantuvo firme para poder terminar su relato—. Cuándo me presenté como Omega fue peor. Mis padres estaban felices, pero yo comencé a odiarme y a odiar a la diosa por haberme hecho así. Ya que creí que si conseguía ser Alfa podría dejar de ser tan delicado, traería honor a mi familia y no tendrían que relacionarme más con las mujeres—respiró profundamente, para evitar soltar lágrimas.
—No me puedo imaginar lo difícil que debió ser para usted….

Para ese entonces, el contrario ya se había dado la vuelta y se encontraban nuevamente de frente. El rey escuchaba atentamente cada palabra, sintiendo un dolor en su alma al tan sólo imaginarse al pequeño SeokJin sufriendo y odiandose tanto como él se había odiad

—Afortunadamente, aprendí a amarme y a amar a mi lobo. Callé todas que esas voces y esas burlas y me convertí en una mejor versión de mí mismo—sonrió, con satisfacción. Misma que el rey también deseó tener…

—Yo… realmente quería ser un Alfa—sonrió agridulce—. Ansiaba ser un Alfa y estaba seguro que lo sería. Toda mi niñez había sido entrenado para heredar la corona de mi padre. Día y noche entrenaba con la espada. Leía los libros de historia de nuestro reino. Estudiaba las estrategias de ataque. Practicaba como hacer alianzas con otros reinos y ayudar a mi pueblo… ¿Y todo para qué? ¿Para presentarme como un débil Omega? Si no hubiese sido por mi padre, el trono me hubiese sido arrebatado, nos habrían conquistado y yo, hubiese sido la mayor decepción de mi linaje—. las lágrimas comenzaron a salir con rapidez, y aunque trato de secarlas rápidamente, SeokJin fue más rápido y lo abrazó.

—No fue culpa nuestra. La luna se equivocó, es todo…—le consoló, susurrándole al oído con voz suave.

De pronto, las feromonas del Omega salieron a flote a pesar de los neutralizadores. Lo cuál agradeció infinitamente NamJoon, pues aquello logró calmarme al regresarlo a aquel día donde su madre lo había consolado después de su presentación.

—Apesar de todo, agradezco que sea el rey. Lo admiró mucho, su majestad y siempre lo he hecho.

—Y yo agradezco que estés aquí, escuchándo y comprendiendome—dijo, al mismo tiempo que sus miradas se conectaban aún en medio de la oscuridad.

Sus ojos se encendieron en un rosa y azul neón, siendo los únicos luceros en aquella habitación y en sus vidas…

Y lo mejor de todo era que ya no le tenían miedo a aquellas luces y chispas que saltaban de sus ojos cada vez que se veían fijamente, pues ya estaban acostumbrados y habían entendido el verdadero motivo de aquella reacción.

Habían encontrado a su alma destinada…

♚REY OMEGA♚ [KNJ & KSJ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora