«Llévame a casa, donde pertenezco.»
Heaven Weasley, la primera Weasley rubia y Slytherin. Cuando nació Heaven Cordelia Weasley, la melliza menor de Ronald, supieron que su primera hija era distinta a ellos, y más cuando queda en Slytherin. Pero no...
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V. Problemas
1 de Septimebre, 1991. Hogwarts.
Al bajar del tren, un hombre de gran estatura los llamó. Todos subieron en grupo de cuatro a las barcas, Heaven, Harry, Hermione y el niño llamado Neville fueron una. Al ver el castillo, la pequeña Fleur quedó fascinada de la oscura belleza del castillo en la noche. Al llegar a la entrada, fueron con la profesora McGonagall, quien después de darles un resumen de las cuatro casas y hacerlos esperar en la entrada, se fue, todos comenzaron hablar entre sí. En eso el niño se acercó a ellos de nuevo, presentándose.
—... Soy Draco, Draco Malfoy. —Ron dejó escapar una débil tos, que podía estar ocultando una risita. Draco Malfoy lo miró.
—Te parece que mi nombre es divertido, ¿no? No necesito preguntarte quien eres. Mi padre me dijo que todos los Weasley son pelirrojos, con pecas, y tienen más hijos de lo que pueden mantener. —miró a Harry y a Heaven— Muy pronto descubrirás que algunas familias de magos son mucho mejores que otras, Potter. No querrás hacerte amigo de los de clase indebida. Yo puedo ayudarte.
Harry miró la mano, pero no la acepto por Heaven, ya que ella tambien era una Weasley.
—Creo que puedo darme cuenta solo de cuales son los indebidos, gracias. —dijo con frialdad, sorprendiendo a Heaven. Las mejillas de Draco tomaron un tono rosa en sus mejillas pálidas.
—Yo tendría cuidado, si fueras tú, Potter. A menos que seas un poco más amable, vas a ir por el mismo camino que tus padres. Ellos tampoco sabían que era bueno para ellos. Tú sigue con gentuza como los Weasley y ese Hagrid y terminaras como ellos. —el rostro de Ron estaba rojo.
—Repite eso.
—Oh, van a pelear con nosotros, ¿eh? —se burló Draco.
Heaven los ignoró y miró los fantasmas que llegaban discutiendo. Todos los niños gritaron y se agacharon por los fantasmas. Los fantasmas los saludaron y se fueron. La maestras McGonagall llegó y los llevó por medio del gran comedor, todos soltaron un suspiro al ver el techo, mientras Granger decía que era un encantamiento a otros niños. Su hermano decía disparates que los gemelos les habían dicho, asustando a los niños, Granger murmuraba hechos.
—Ahora acomodence en fila —dijo la profesora—, y siganme.
Todos iban en fila detrás de la profesora. Pararon y un sombrero comenzó a cantar una canción que podía dormir a Heaven. Todo el comedor estalló en aplausos cuando el sombrero terminó. Este se inclinó a las cuatro mesas y se colocó rígido de nuevo. Ron insultaba a los gemelos por engañarlo. La profesora McGonagall se adelantó con un gran rollo de pergamino.
