«Llévame a casa, donde pertenezco.»
Heaven Weasley, la primera Weasley rubia y Slytherin. Cuando nació Heaven Cordelia Weasley, la melliza menor de Ronald, supieron que su primera hija era distinta a ellos, y más cuando queda en Slytherin. Pero no...
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iv. Esperanza
Charlie Weasley miraba a su hermanita corre con su vestido blanco, hoy irían todos a un lago cerca de la madriguera, claro Ron ni Ginny quisieron ir, habían preparado comida ayer en la noche. Algo difícil si le preguntarán. Todo por Heaven, su pequeña Heaven. Los gemelos caminaban detrás de Fleur y de paso el, Bill y Percy. Quien extrañamente no regañaba a los gemelos. Cualquiera que los viera pensaría mal de ellos al estar solos con una niña. La única en realidad de cinco hombres. Apenas llegaron, prepararon las mantas y la comida. Con ahorros de Charlie y Bill, lograron comprarle un lindo traje de baño de un sola pieza a la pequeña Heaven. Despues de jugar y divertirse un rato, volvieron a la madriguera, felices de que su pequeña se haya divertido un rato fuera de las cuatro paredes que la apresavan.
La pequeña contenta de salir de casa y festejar por primera vez su cumpleaños como se debe. La pequeña estaba contenta de que el próximo año iba a entrar a Hogwarts lastimosamente no iba a ver a Charlie, pero si iba a tener a Percy y a los gemelos. Esa noche, durmió feliz de la vida. A la mañana siguiente, Heaven se levantó por los gritos de su madre, asustada agarró sus zapatos y caminó escaleras abajo para encontrarse a su madre preparando el desayuno. Entre gritos, le enseñó a cocinar.
Al todos bajar para comer, Heaven escondía su mano quemada, cuando su madre le dijo que se fuera arriba, sus hermanos mayores protestaron preguntando si ya comió. Algo que su madre diciendo que si, la mandó arriba. Triste, con su mano ardiendo y con hambre, se sentó en su cama. Las pesadas lágrimas bajaban por sus mejillas, sin emitir un solo sonido, lloraba sin darse cuenta. ¿porqué no la quería? Solo tenía diez años. Lloró recordando el cumpleaños de su hermano, y como todos le festejaron y hasta Ginny le dio un regalo, y eso que ella era la bebé mimada. Triste, limpió su rostro y fue al baño en silencio a lavar su mano.
Los meses pasaron y Heaven se quebraba poco a poco, ya no sonreía, ni siquiera reía con sus hermanos, la simple noticia de que Bill se iba de casa y Charlie a Rumanía porque era muy difícil ir y venir todos los días y llegar tarde casa para verla, ambos hermanos no se querían ir claro, pero sabiendo que Percy no se iría hasta qué la pequeña estuviera con alguno de los tres. Heaven no era la misma niña, las quemaduras en sus brazos y piernas apenas eran visibles, pero su espalda estaba llena de cicatrices. Era una niña de diez años que era despreciada por su propia madre y hermanos menores. ¿Eso era vivir?
Los siete hermanos sabían que si su madre le ordenaba a Heaven al callejón Diagon sola, ella iría y regresaría como si fuera salir al jardín. Heaven ya no era una niña, su único rayito de sol era su conejo y sus hermanos. La pequeña no se sentía tan sola con su pequeña mascota, quien siempre la buscaba. Heaven apesar de todo, aún mantenía fe de que cuando entrara a Hogwarts todo iba a cambiar. Heaven aún tenía esperanzas.
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1 de septiembre, 1991. La Madriguera.
Heaven se levantó lo más temprano que pudo, mucho más temprano que su madre, entró al baño y se aseo lavando bien su cabello, al ser tan sensible, necesita más cuidado y paciencia. Al terminar, salió envuelta en una toalla a su habitación, entró y se preparó con paciencia mientras escuchaba a su madre despertar apurada a sus hermanos a las siete de la mañana, al ser tantos niños, tenían que preparar sus baúles, el desayuno y dejar todo listo para el viaje a Hogwarts y más que era el primer año de Heaven y Ron.
Heaven terminó de guardar lo faltante, dejando su habitación completamente vacía, ya que sus pocas pertenencias era lo que iba en su maleta, de viaje. En una jaula metió a su conejo Sark. Bajó las escaleras dejando su maleta afuera en la puerta con las demás. Los libros que llevaban eran viejos de su hermano, y los demás útiles regalados por sus hermanos, Bill había trabajo día y noche para comprarle una varita y Charlie consiguió un segundo trabajo para comprarle sus uniformes de Hogwarts, dos faldas y tres blusas. Percy al ser tutor de muchos compañeros, le pagaban y logró comprarle unas zapatillas y medias nuevas a su hermanita en sus salidas. Al todos comer y que su madre le diera las sobras a ella, todos salieron hacia la estación. Al llegar, Ginny comenzó su berrinche del porqué Heaven iba a ir y ella no. Molly y Arthur se despidieron de Ron, a ella solo le dieron que no dejara a Ron en ridículo y que más le vale quedar en Gryffindor.
Al acercarse a sus hermanos, ellos estaban ayudando a un niño subir su baúl al tren, era pequeño, de su estatura, tenía el cabello negro y revoltoso, unos lentes viejos, sus ojos eran verdes y su piel pálida, además de que su contextura era delgada y huesuda, y su ropa mucho más grande y vieja que la de ella. Eso la hizo entristecer, porque le recordaba a ella y el desprecio de su familia, se acercó a los gemelos con suavidad y su conejo en mano. Ambos la saludaron con una sonrisa y se fueron después de ayudar al niño, susurrando le que se quedara con el.
—Hola, soy Heaven, Heaven Weasley, ¿como te llamas? —preguntó con suavidad. El niño la miró como si fuera un Ángel.
—Harry Potter. —respondió mientras ambos se sentaban en un compartimiento libre. Heaven asintió, sorprendiéndo a Harry.
Harry miraba por la ventana cómo los gemelos hablaban con su madre sobre, se agachó junto a Heaven para que no los vieran. Su hermana insistía en ir a verlo, pero si madre no se lo permitió. El tren comenzó a moverse, y Ginny comenzó a llorar. Harry vio a la madre de los muchachos agitando una mano y a la hermanita, mitad llorando, mitad riendo, corriendo para seguir al tren hasta que este comenzó a acelerar; entonces se quedó saludando.
Harry observó a la madre y la hija hasta que desaparecieron, cuando el tren giró. Las casas pasaban a toda velocidad por la ventanilla. Harry sintió una ola de exudtancion. No sabía que iba a ocurrir, pero aeria mejor que lo que dejaba atrás. La puerta se abrió y entró el menor de los Weasley.
—¡Tu! ¿¡Qué haces aquí, vete, vete!? —gritó con el rostro rojo de la ira al ver como su hermana mayor se le adelantó— ¡Lárgate estorbo! —gritó tomándola del brazo. Harry saltó para defender la.
—¡Hey déjala, quien te crees para maltratar la! —dijo furioso, odiaba que los hombres se metieran con niñas.
—Eh, Heaven. —los gemelos habían vuelto— Mira, nosotros nos vamos a la mitad del tren, Lee Jorsan tiene una tarántula gigante y vamos a verla.
—De acuerdo. —murmuró Heaven. Ron se puso más rojo de la ira.
—Harry, –dijo el otro gemelo— ¿te hemos dicho quiénes somos? Fred y George Weasley. Y ellos son Heaven y Ron, nuestros hermanos. ¡Nos vemos después!
—Hasta luego. —dijeron los tres. Después de que Harry sentó a Heaven a su lado en la ventana, Ron se quedó ahí sin invitación.
—¿Eres realmente Harry Potter? —preguntó dudando del niño, no se parecía en nada a como lo describían.
Heaven miraba por la ventana, ignorando la conversación de Harry y Ron, y como Harry respondía con frialdad por el mal trato hacia ella. Después de eso, todo el viaje Harry le hacía preguntas a Heaven y Ron respondía primer. A Harry le picaba la curiosidad de preguntar porque Heaven era diferente a sus hermanos. En eso llego la señora de los dulces, y Harry compró todos, invitando a ambos mellizos. Ron hablaba con Harry sobre los cromos. En eso, llegó una niña preguntado por un sapo, y Ron iba hacer un hechizo para su vieja rata.
—¿Alguien ha visto un sapo? Neville ha perdido uno. —dijo. Tenía voz de mandona, mucho pelo color castaño y los dientes de delante bastante largos.
—Ya le hemos dicho que no. —dijo Ron, pero la niña no lo escuchaba . Estaba mirando la varita que tenía en la mano.
Heaven escuchaba como su hermano y la niña que se llamaba Hermione Granger discutían. Los tres niños se presentaron con ella, y al final les dijo que se fueran a cambiar y que Ron tenia la nariz sucia, Heaven arregló los lentes de Harry y ambos niños se cambiaron. Cuando pensaron que lo que quedaba del viaje iba a ser tranquilo, un niño rubio y dos grandes más entraron, los ojos grises del niño rubio fueron a dar a ella, mirándola curioso. En eso los niños comenzaron a pelear. Ron le preguntaba si conocía a Malfoy y ambos comenzaron hablar hasta llegar a Hogwarts.
