。*✧「Luz 」✧* 。
Ese chico da mucho miedo.
Nunca pensé que Maximiliano Leister daría tanto miedo como cuando lo sentí en el momento que dijo que si decía algo terminaría con una bala en la cabeza, cuando se fue de mi habitación largue un suspiro pesado, mire la laptop en silencio y empecé a escribir en silencio, cuando pase las cosas a la nueva laptop había perdido los dos capítulos que había echo en mi casa antes de que ese hombre me secuestre, suspire y empecé a escribir en silencio mientras pensaba en Maximiliano...ese chico era aterrador pero demaciado sexy y lindo...¿Que mierda estoy pensando? ¡El me secuestro! Aunque me está tratando bien, pensé que me trataría peor verdad, pero bueno, no puedo pensar en eso y muchos menos sentir algo por ese hombre, era malo y mataba a mucha gente, pero bueno, mientras no le haga nada malo a mi está todo bien, además está siendo algo...bueno conmigo, me da de comer, me deja bañarme, me dió una habitación, me trajo ropa y me regalo una laptop nueva, eso es bueno, creo.—————————————————————————————————
Después de unas tres horas había echo cuatro capítulos, subí dos y los otro lo dejo para mañana, me puse de pie, camina hacia mi cama y me acosté, me quedé callada pensando algunas cosas, aunque ya pasaron algunos días no podía creer que estaba pasando esto, estaba viviendo con el mafioso más buscado de todo Estados Unidos, tenía un Fanfic de el, lo leyó y ahora me secuestro...es algo que si lo cuentas a alguien no se lo va a creer ni aunque le pagarán, respire profundo y abrace la almohada que tenía en la cabeza, me saque los lentes para dejarlo en la mesita de noche y cerré los ojos, no tenía ganas de pensar en otra cosa, solo quería dormir y dormir, solo eso.
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Después de unas hora el sol había salido y los rayos me estaban dando en la cara, abri un poco mis ojos pero al instante los cerré por el rayo de luz, me senté en la cama frotando mis ojos con el dedo índice, agarre mis lentes para ponermelos, cuando abrí mis ojos ví a Maximiliano sentado en la silla del escritorio mirándome fijamente, me sonroje un poco y me puse de pie.
— ¿Paso algo Maximiliano?...¿Que necesitas?. — Exclamé mientras lo miraba y me estiraba en silencio.
— Nada...te traje el desayuno y me quedaré a ver si comes o no. — Dijo en un tono serio mientras me miraba, joder, ¿Porque es tan sexy?
— Está bien... gracias...
Dije media dormida mientras iba al escritorio, agarre la bandeja para sentarme en la cama, empecé a comer pero ya al cuarto bocado no tenía hambre...hace unos años tengo problema alimenticios, no podía comer mucho porque vomitaba o me dolía el estómago, trague grueso y seguí mirando la comida mientras movía la comida con el tenedor
— Luz...come — Hablo el chico alto mientras me miraba serio.
su tono de voz me hizo dar un sobresalto,era serio y parecía un poco molesto, lo mira en silencio para después suspirar.
— Estoy comiendo...como muy lento y a mi tiempo. — Declare volviendo mi mirada hacia el plato, me daba miedo ese chico y mucho más cuando estaba serio o enojado, empece a comer poco a poco ignorando las náuseas que me estaban dando, suspire levemente y seguí comiendo, después de unos minutos termine, mire a Maximiliano que estaba con el teléfono, me puse de pie para dejar el plato en el escritorio.
— Termine Maximiliano, muchas gracias por traerme la comida, estaba delicioso de verdad, con tu permiso iré el baño. — Dije sin mirarlo y camina a la puerta del baño, quería vomitar pero una mano tibia que agarraba mi muñeca me detiene, gire la cabeza para ver a Maximiliano agarrar mi muñeca sin hacerme daño. — ¿Maximiliano?...¿Sucede algo? Quiero ir al baño...
— Quédate aquí, no quiero que vayas al baño. — Ordenó el pelinegro mientras me miraba con esos ojos azules como el mar, me quedé callada por unos segundos y hable.
— Pero...quiero ir al baño, porfavor, será rápido lo juro.
— Bien, iré contigo entonces. — Me congelé al escucharlo, solo me quedé mirando como se ponía de pie y me miraba. — Vamos Luz, ¿Que querías ir al baño?.
— Si...quiero ir pero quiero ir sola, no con alguien que me mire, no me voy a escapar ni pedir ayuda, lo juro. — Me quedé en silencio mientras lo miraba a los ojos, era obvio que no quería que me vea vomitar.
— Luz...— Cuando ví que su mirada se hace mucho más seria y se podía ver que estaba molesto...trague grueso intentando verme firme pero se podía notar el miedo en los ojos, no podía ocultarlo. — Se lo que te pasa...si no quieres que sea mucho más estricto no entres al maldito baño...
Me quedé congelada al escucharlo...¿Cómo el sabía sobre mis problemas?, eso era lo único que pasaba por mi mente, no entendía nada, nadie sabe de mi problemas ya que no me gusta hablar de eso, siento que me hago la víctima, lo mire en silencio y negué con la cabeza.
— T-tu n-no sa-sabes na-nada, Ma-maximiliano. — Empecé a tartamudear mientras lo miraba, estaba angustiada, no le gustaba que sepan cosas de mi sin que se las cuente.
— Se mucho más de lo que tú piensas...en dos segundos tengo a hombres que me traen información tuya...— Exclamó mirándome a los ojos.
Solo me quedé callada mientras lo escuchaba, ¿podía saber todo de mi?...¿hasta las cosas más privadas?...lo empuje y entre al baño, cerré la puerta con llave, no quería hablar más de ese tema y ya no podía aguantar las náuseas, fui hasta el inodoro, abrí la tapa para empezar a vomitar.
— ¡Luz! ¡Abre la maldita puerta ahora! ¡Me estás colmando la paciencia y te lo dijo enserio!. — Dijo Maximiliano al otro lado de la puerta enojado, el estaba intentando abrir la puerta molesto.
Al terminar se vomitar se puse de pie para acercarme al fregadero, me puse agua en la cara mientras se me caían las lágrimas, todo estaba en silencio, creo que Maximiliano se había ido así que estaba más tranquila, me mire en el espejo unos segundos para después alejarme de ahí, fui hacia la puerta para poner mi mano en el pestillo, respire profundo para abrir la puerta y salir del baño.
Lo primero que sentí fueron unos fuertes brazos agarrarme y poniéndome en la pared, abri los ojos para ver a Maximiliano, me estaba acostaralando contra la pared, el estaba demaciado enojado y se podía ver en sus ojos...solo lo mire a los ojos esperando que diga algo, el ambiente se estaba volviendo incómodo ya que los dos no decíamos nada.— Todo esto lo hago por tu bien...te va a hacer mal no comer
— No necesito tu ayuda, puedo hacer esto yo sola. — Afirme intentando mantenerme seria.
— La necesites o no te voy a ayudar y me importa una mierda lo que dijas, estás bajo mi techo y te voy a cuidar ¿Escuchaste?
¿que? ¿Maximiliano Leister me quiere cuidar? ¿A mí? Por dios, me iba a desmayar, muchos sentimientos positivos recorrian mi cuerpo, pero mi única reacción ante el fue asentir con la cabeza levemente y mirar hacia otro lado, al sentir que se alejo para salir de la habitación, cuando escuché que se estaba llendo no me contuve y empecé a saltar de la emoción, no podía negar que Maximiliano era mi tipo de chico ideal, me acosté en la cama para abrazar la almohada y mirar el techo sin parar de sonreír de la emoción aunque sabía que me estaba ilisionando demaciado rápido...no me importaba que el me lastime, si quiere que lo haga.
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Escribe para Mí...
RomanceUna escritora obsesionada con el mafioso más buscado de todo Estados Unidos, ¿que puedo salir mal?