Capítulo 2

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Al abrir los ojos, estos le ardieron como el infierno al verse rodeado de tanto color blanco, un leve dolor en su brazo derecho le hizo girarse y notar que tenía un suero conectado a su torrente sanguíneo... Estaba en un hospital

- Maldita... sea – apretó los dientes con rabia; miró la habitación, varias camillas separadas por cortinas, oyendo como enfermeras le hablaban al resto de pacientes, de pronto su cortina se abrió y un hombre en bata le miró un tanto incómodo

- Inui... Seishu? – dudó al preguntar, haciéndolo apretar los puños

- Habló con mis padres, verdad?

- Los llamamos, eran tu contacto de emergencia – su labio inferior tembló – Oye, no llores, estabas deshidratado y tu cuerpo necesita reposo, acabas de ser vio-

- Me da igual – sentenció – Quién me trajo?

- Un grupo de chicos. Aún siguen afuera, estaban preocupados por ti – chasqueó la lengua

- Podría darme mis cosas? Quiero llamar a un amigo

- Lo siento, pero tus padres tienen tus pertenencias – en ese preciso momento, Seishu se arrancó la aguja del brazo, dejando un pequeño moretón, salió de la camilla y se fue de aquella habitación ignorando al médico

Caminó un poco hasta llegar a la sala de espera y ahí estaban, la familia Sano, Baji, el llamado Draken... y sus padres. No quería ver a ninguno de ellos, había sido una carga para los hermanos de Shinichiro y no quería afrontar las consecuencias de romper la burbuja de sus progenitores, no de nuevo, pero al no tener como llamar a Koko, quien podría ser su única salvación, se resignó y fue con ellos

- Seishu, estás bien? – se le acercó Izana apenas lo vio, siendo empujado por el señor Inui, quien le conectó un puñetazo en la cara; todos observaron la escena atónitos

- QUÉ LE PASA, VIEJO DE MIERDA?! – gritó Baji, quien junto a Manjiro se prepararon para darle una paliza, siendo contenidos por Draken

- No se metan... - les dijo; él también estaba furioso, pero no se metería a menos que el rubio de ojos verde lima pidiera ayuda y por su expresión resignada, sabía que eso iba a pasar

- Por qué esas pintas, Akane? – le preguntó su padre frente a la multitud

- Mi uniforme... lo tiré a la basura

- Hija, el doctor dijo que un bruto te violó... Ojalá no hayas quedado embarazada... Tranquila, si pasa, te haremos un aborto – le abrazó su madre – Iremos a poner una denuncia ya mismo

- N-no, mamá, estoy bien – sonrió incómodo, sintiendo las miradas perturbadas de sus viejos conocidos ante las palabras de la señora Inui – Me puedes dar mis cosas? Quiero llamar a Koko

- Claro, hija – le entregó su celular

Apenas lo tuvo en sus manos, salió corriendo lejos de todos; una vez escondido marcó entre lágrimas el número de su mejor amigo, una, dos, tres veces... Nunca contestó. Lloró en voz alta abrazándose a sí mismo, hasta que sintió unos pasos acercarse a él

- Estás bien? – preguntó el tal Draken

- No – respondió secamente – Ahora déjame en paz – iba a ponerse de pie, pero las fuerzas le fallaron, por lo que el más alto le terminó sosteniendo

- Cuidado

- Déjame! – lo empujó – Y-yo no... no quiero tu ayuda

- Venía a decirte que Mikey y Emma le dijeron a tus padres que todos éramos tus amigos y que te podías quedar con ellos el fin de semana para distraerte de lo que pasó

No soy Akane! (Drakenui)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora