Capítulo 3

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Tenía sus piernas alzadas, apoyadas en los hombros de Hajime, quien seguía embistiendo, soltando jadeos de extremo placer, sus pieles chasqueaban al chocar y Seishu estaba sonrojado, teniendo puesto únicamente un diminuto sostén con relleno y una falda con la cual cubría su miembro para no romper la fantasía del moreno

- Te gusta, Akane? – le preguntó con voz lujuriosa

- N-no me digas a-así – soltó entre pequeños gemidos de dolor

- Entonces cómo debo llamarte? Mi amor? Mi reina? – dio una estocada especialmente dolorosa, haciendo gritar al rubio – Uy, perdona, creo que se me pasó la mano – rió

Se sentía lleno, usado y mil veces peor que cuando lo hizo con Taiju en los vestidores, pues a ese tipo no lo conocía, sólo eran compañeros de clase, pero Koko había sido su mejor amigo toda la vida, sabía que a veces se le escapaba llamarlo "Akane" al oír a sus padres decirle de ese modo todo el tiempo, pero jamás se imaginó aquello. Su corazón estaba roto, recordar lo mucho que había llegado a amar al adinerado chiquillo en determinado momento de su vida, comparado a como se sentía ahora... Simplemente no podía más

- A-acaba pronto, Koko... Quiero t-tu leche dentro de mí – dijo seduciéndole, queriendo que aquel martirio terminara de una buena vez

- Si tanto lo quieres~ - sintió sus intestinos ser empujados con fuerza, apretó los dientes y se aferró a las sábanas, llorando en silencio hasta que sintió el miembro de Hajime palpitar... Acabó dentro, se sentía lleno, caliente y repugnante – Te gustó? – preguntó inclinando para besarle, recibiendo un puñetazo en la cara, el cual le dejó inconsciente

- Hijo de perra... - murmuró Seishu, cuyos ojos verde lima estaban llorosos y llenos de ira; tomó uno de los tacones con los que había llegado y a base de golpes, rompió el picaporte de la puerta, logrando salir; la ropa de Koko era unas tallas más pequeñas que la suya, por lo que no pudo robarle nada, tuvo que irse con esa maldita ropa femenina y caminar temblorosamente por las frías calles de Shibuya a altas horas de la noche


Se sentía inseguro, temeroso por su vida, sentía las miradas indeseadas en sus piernas y las burlas por el resto de su figura, quería matarse tirándose al primer vehículo que pasara, pero una mano desconocida sosteniendo con fuerza su muñeca le alertó, terminando por darle un puñetazo con todas sus fuerzas en la cara a Draken

- Ah!! L-lo siento muchísimo!! Perdóname – sostuvo su rostro entre sus manos con cuidado

- Ay, que buen derechazo – se quejó un poco para luego sonreír – No pasa nada. Qué haces aquí solo a éstas horas? Es peligroso

- Bueno, yo... - miró el frío asfalto con leves reflejos de las luces de neón; el más alto suspiró

- Ven, quédate en mi casa

- N-no creo que sea correcto

- No aceptaré un no por respuesta

Draken tomó la mano del rubio y lo jaló unas cuantas calles hasta un edificio en pleno centro, entraron y subieron hasta un "salón de masajes", el cual era muy obviamente un burdel camuflado; caminó por los pasillos mirando el piso hasta que una rubia con coletas detuvo a ambos jóvenes

- Y ella? – preguntó muy enojada – Le estás siendo infiel a Emma?!

- Qué?! Claro que no, Remi!! No seas estúpida!!

- Entonces quién es? – preguntó otra mujer, una de cabello castaño atado en una coleta baja

- Es mi amigo Seishu

No soy Akane! (Drakenui)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora